5 de septiembre de 2010

Alegría y tristezas jarochas

Pablo Jair Ortega - pablojairortegadiaz@gmail.com.- Dicen que los veracruzanos tenemos formas particulares en nuestra cultura para lidiar con muchos aspectos. Están las inundaciones en el sur, pero no falta quien lo vea con buen humor y diga que Minatitlán es la Venecia veracruzana. Aquí no nos ofendemos porque digan bromas como la “sopa de coditos” de Monterrey.

Retrato fiel es el son jarocho que convive hasta con la tristeza: los velorios tuxtlecos son estampas de cómo se vive con festividad una tristeza, allí zapateando; en la película “Los Tres Huastecos” se ve a la paisana Blanca Estela Pavón diciendo a bordo de su carreta: “Esa música viene de casa de Hipólito”…

--Es música de velorio-- le responde “El Güero”.
--¿Quién se murió?
--Hipólito…

Al fondo, se oye la música jarocha de huapango.

Los jarochos lidiamos a nuestra manera con la tristeza, nunca sin olvidarnos cómo dejar de ser desmadrosos y alegres. Somos privilegiados, porque pocos tenemos ese espíritu festivo.

Este choro introductorio viene a colación por los que se nos adelantaron, los que nos tienen con el Jesús en la boca, y los que estos días cumplen años.

Este 2010 ha sido particularmente funesto: Saramago, Monsivaís, Samaniego, Dehesa; cuatro personajes ligados al periodismo, tres de ellos ligados a Veracruz: Monsivaís, visitante constante a estas tierras, conferencista preferido por una generación que los admiró en la Facultad de Comunicación en la UV. Samaniego, quien en plenas vacaciones en el puerto de Veracruz tuvo su encuentro desafortunado con la que llaman “niña blanca”. Dehesa, el ángel que quiere llegar al cielo vía el Papaloapan y despedirse entre versadas.

Los que nos tienen con el Jesús en la boca: el excelente político, motivador profesional y analista Juan Fernando Perdomo, senador. Originario de Córdoba y quien gusta hasta de caricaturizarse a sí mismo. Parece tener una batería eterna, porque está en todo.

Don Fausto Fernández Ponte, quien dicen es originario de Coatzacoalcos, aunque él alguna vez haya confesado nacer en Minatitlán. El decano del periodismo permanece enfermito ahí en el puerto. Es toda una leyenda para quienes nos dedicamos a este oficio; se sabe su peso, se siente su influencia, es capaz de soportar traiciones de quienes hoy se ufanan de ser millonarios empresarios. Don Fausto es ley.

La del cumpleaños es Eleaney, una hermosa mujer oriunda de Misantla. Bueno, más bien es el diario misanteco “El Chiltepín”, que es su alter ego, su creación. La misma Eleaney escribiría: “Mi querido Chiltepín, muchas felicidades por estos diez años de vida...Hemos llegado juntos a la primera decena y espero que podamos seguir caminando juntos otras decenas más. Eres parte fundamental de mi vida, te confieso, a veces no se donde empieza tu vida y donde la mía. Espero que contemos más historias juntos... Besos”.

Recordamos a los que se fueron, pendientes estamos de los que nos dan el susto, y un abrazo muy cariñoso para Eleaney, su periódico, su personal.

Es por eso que le decía de la alegría y tristeza jarochas. Así somos de complicados y nos vale maye, cuñao.

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