Pablo Jair Ortega - pablojairortegadiaz@gmail.com.- Son 400 los ex policías intermunicipales que no pasan el examen de confianza para volver a ser recontratados para vigilar el orden en la región de Xalapa.
Éstos amenazan con seguir realizando protestas y así presionar al gobernador Javier Duarte para que los vuelva a recontratar, los vuelva incluir en alguna corporación policiaca, argumentando la falta de empleo.
La desaparición de la Policía Intermunicipal fue una decisión delicada, pero no fue espontánea: desde hace tiempo, ya se estaba investigando que había elementos inmiscuidos y trabajando para la delincuencia organizada, si no sirviendo como “halcones” (vigilantes), dando todas las facilidades y a veces como sicarios.
Como ejemplo, en la pasada balacera del domingo 22 de mayo en Xalapa se detectó que los delincuentes portaban armas registradas en la Policía Intermunicipal.
Esto, pese a las voluntades del Gobierno del Estado para dotar a la Policía con armamento necesario para enfrentarse a malosos… pero resultaba inútil, porque el asunto no era qué tipo de armas portaban los guardianes del orden, sino el nivel de complicidad en que estaban o están para ni siquiera disparar una bala contra la delincuencia.
Un ejemplo claro fue cuando en días pasados fue cateado el domicilio de un jefe de una organización criminal en Xalapa, colonia Luz del Barrio, en la salida a Tlalnehuayocan, y donde fueron decomisados varios automóviles, así como droga y armamento. El Ejército llegó al punto exacto donde había sido ubicada la casa de seguridad y revisaron, pero alguien había dado un pitazo. No se encontró a nadie adentro.
Teniendo al enemigo en casa, los esfuerzos se han duplicado por parte del Gobierno del Estado en coordinación con el Ejército Mexicano, la Marina, la Policía Federal y la PGR (como sucedió en la reunión del pasado 22 cuando llegó a reunión urgente el delegado a Palacio de Gobierno) quienes han dado golpe contra estructuras del crimen organizado.
Pero la tarea no termina ahí. Se sabe que en las próximas horas, un comando especial de Policía Federal y agentes de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) realizarán operativos especiales en busca de los informantes, los llamados “halcones”; entre ellos, los que están entre los 400 policías que no pasaron el examen de confianza.
Y es que su separación sólo es la primera parte para ir desmantelando la red de información que nutre a las organizaciones criminales.
Viene ahora la parte correspondiente a la ley donde SIEDO y Policía Federal actuarán deteniendo a los informantes, quienes, como el dicho, si bien no mataron a la vaca, le agarraron la pata.
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