Pablo Jair Ortega - pablojairortegadiaz@gmail.com.- Veracruz comienza otra vez el vía crucis de cada año: inundaciones. En este 2010, el reto es mayor porque las lluvias se nos adelantaron y dicen los expertos que vendrá más agua que en otras ocasiones.
Pero los jarochos para eso y más estamos requetepreparados. Aquí nadie nos puede venir a contar de qué se trata una inundación ni cómo prevenirnos. Que me disculpen los regios, pero allá subestimaron el poder de la naturaleza y por eso están como están y no se parecen a “naiden”. No se ha podido levantar pese al mito de ser la ciudad industrializada del país. El resto del estado ni se diga: envuelto en problemas de delincuencia organizada y desastre, los neoleoneses le rezan hasta a Piporro.
Es curiosa esta anécdota: cuando por acá se estuvieron viviendo balazos de alto impacto mediático, en Minatitlán un grupo identificado como el Cártel del Golfo, a través de un boletín con fotografías, daba a conocer que estaba entregando despensas y apoyos a quienes fueron afectados con las inundaciones del 2008. Ahí se ven las fotos de la gente recibiendo de a dos o tres despensas y con el mensaje del capo Osiel Cárdenas Guillén de ánimo ante la desgracia.
En Nuevo León quien sabe si ocurra lo anterior. Está por verse. La geografía del narco ha cambiado demasiado.
Acá en tierras donde hacen su nido las olas del mar, ya comenzaron a desalojar las viviendas y comercios, como sucede en el Playón Sur de Minatitlán, la parte baja de la petrolera ciudad, colindante con el río Coatzacoalcos. Ahí desde siempre se inunda, no es nada inusual ni extraordinario para los “playoneros”; las cantinas de la zona (considerada como de tolerancia) incluso están en segundos pisos o elevados de las calles con altas escalinatas: pase lo que pase, los borrachos no dejarán de beber y llegan hasta en cayuco por su dosis diaria.
El sur de Veracruz es experto en la materia: Las Choapas, Jáltipan y Cosoleacaque ya tienen listos los albergues, con gente que comenzará a ser evacuada. Es cierto, habrá también el escenario que les gusta a los políticos para tomarse la foto con una pala o cargando un costal para hacerle al héroe. Es patético.
Agua Dulce quién sabe por qué, pero pese a las experiencias siempre paga la peor parte. Puede deberse a su complicado acceso; o puede ser también el inútil del alcalde, quien no pudo contenerse más y salió del armario para demostrar su amor por el teatro, construyendo uno como si de veras hiciera falta en esa localidad.
En general habrá detalles como el mencionado arriba que son las manchas en la loable labor de rescate: suele pasar, que hasta se esconden a los muertitos de las cifras.
Pero no son suficientes para embarrar toda la gran labor y coordinación entre autoridades y civiles para rescatarse mutuamente; solidaridad y apoyo se ven entre todos los ciudadanos. Los helicópteros y lanchas de la Marina y el Ejército, Protección Civil, Bomberos, Cruz Roja: todos son los verdaderos héroes.
El norte tuvo la experiencia del 99, y apenas se van recuperando: la zona de Costa Esmeralda ya es otra, llena de hoteles, sitios para descanso o para echarse un buen pescado. Lechuguillas, en Emilio Carranza, es otro de los puntos: ahí está el paraíso de don Mario Chama.
En lo que sí estamos resultando primerizos es en ser víctimas de la perversidad política del gobierno federal. Los recursos no se liberan, al igual que en el año 2008; y mientras muchos jarochos padecen las lluvias, el burocratismo y la desidia impiden que los recursos fluyan con inmediatez ante la urgencia.
Dicen que porque en Veracruz los recursos los mal usan, como si los trinches panistas no hicieran lo mismo con el Bicentenario. Qué asco, la verdad.
En fin, pero nada nos quita el callo que tenemos para esto de las inundaciones. Los veracruzanos hemos salido a flote tal vez con mucho ingenio, como cuando en Jáltipan a un cuate se le ocurrió rescatar su vocho subiéndolo a unos tambos a manera de panga hechiza (imagen tomada por el premio nacional de periodismo Fabián Santiago Hernández). De ahí tampoco se puede dejar de lado a los chamacos echándose un chapuzón a falta de alberca fufurufa.
A ver, trinche Tláloc, a ver si eres tan salsa. A ver de qué cuero salen más chicharrones. Aquí te estamos esperando.
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