Pablo Jair Ortega - pablojairortegadiaz@gmail.com.- La polémica decisión de la Suprema Corte del País creo que está siendo exagerada por grupos de extrema --izquierda y derecha-- minoritarios, pero que están haciendo eco al calor de la morbosidad.
Les conviene a estos grupos (pero en especial a los de extrema derecha) aprovechar la bandera de lo que puede ser una discusión razonable para crear escenarios violentos.
Le explico: creo que efectivamente la sociedad se va a polarizar con el tema de la adopción gay, pero también creo que está suficientemente civilizada para aguantarlo. Cuando fueron las elecciones del 2006, ante la guerra sucia utilizada en las campañas electorales, el país literalmente se dividió ante dos líderes nacionales: Andrés Manuel López Obrador y Felipe Calderón Hinojosa.
El mapa mexicano entonces quedó definido en sólo dos colores: para el norte, todo azul; para el sur, todo amarillo. Las discusiones pasaron de los foros en medios de comunicación hasta las mesas de comer y tertulias de las casas; hubo fuertes discusiones en las familias, mentadas, argumentos, soplamocos verbales… y ya. El 2006 nos demostró que superamos una etapa donde se veía un México dividido.
Tanto así que nos seguimos ayudando en tiempos de desgracia, ahora con lo de las inundaciones. Nadie puede decir que México no es fiel siempre a las buenas causas. Vaya, hasta el trinche Teletón nos une.
Creo entonces que pese a todo, somos una sociedad que sigue adelante, supera las discordias y estamos en frentes comunes contra la corrupción, contra la delincuencia organizada, contra la denigrante clase política que nos gobierna, contra muchas cosas que son verdaderamente graves.
El asunto es que la decisión de la Suprema cae ahora en el riesgo de que grupos de extrema derecha y sectores de la Iglesia Católica (encabezados por radicales como el príncipe de la iglesia, Juan Sandoval Íñiguez) aprovechen para conducir protestas que traspasen la discusión y las mentadas para llegar a escenarios de enfrentamientos dignos de los años 70, donde se llegó a linchar a supuestos comunistas: la guerra sucia de México que tiene sus desaparecidos.
Es preocupante que una decisión de la Corte ahora sea utilizada por grupos especialmente afines al gobierno como pretexto para iniciar guerras contra la misma sociedad. La postura de Sandoval es sólo una muestra de la intolerancia de la que se debe tener cuidado, porque si en misa hay padrecitos que dicen que los celulares y el Internet son del diablo, que no dirán de los homosexuales.
En Veracruz creo que hay un respeto enorme a la comunidad gay. En el puerto jarocho se les va ya como una congregación natural entre todo el folclor porteño. En el sur existen los llamados “muxes”, los hombres que se visten de mujer, originarios de Juchitán, pero que también están fuertemente integrados a ciudades como Minatitlán, Cosoleacaque, el propio Coatzacoalcos.
Hasta donde recuerdo y cuando todavía creía en Dios, íbamos a la iglesia San Pedro o Cristo Rey en Minatitlán y había entre la comunidad uno que otro homosexual, pero nunca fue maltratado, corrido a patadas. Era un cristiano más recibiendo misa, donde por cierto siempre dicen, en pos de la paz, la tolerancia y el respeto, que nos debemos amar los unos a los otros… y otras.
Pienso que el asunto de la adopción gay es más bien un tópico que lástima a la susceptibilidad de las personas, pero que a la vez ha sido tolerante con el paso del tiempo ante las manifestaciones homosexuales. Que si bien hay gente que no traga la idea de una hombre acostándose con otro hombre o mujer con otra mujer, el mismo respeto nos ha llevado a mantenernos al margen y no hacer escarnio de algo que ha sido siempre común.
Digo, maricones siempre ha habido, que antes no se daban a conocer, es otra cosa.
La realidad es que en un mundo “correcto” para las mentes conservadoras, las estadísticas dictan que los delitos se multiplican entre personas “normales”: las violaciones sexuales son regularmente entre parientes, padres o padrastros a hija; tíos, etc. Los feminicidios son situaciones que entonces parecen normales y aceptadas por la iglesia. Los abortos van en aumento. La pobreza y el hambre desgarran a la patria.
Es una hipocresía que la Iglesia salga a protestar lo que ellos consideran una aberración que afecta a los niños y la familia, y no hayan protestado abiertamente contra el caso ABC o el caso de la comida chatarra que se da en las escuelas; ambos casos de vida o muerte, no de preferencia sexual, porque en el incendio de Sonora murieron 49 angelitos y con el otro caso ya vemos niños con diabetes.
Creo que sí, efectivamente la decisión de la Corte no está avalada popularmente: en estos días previos se hablaba que el 70% de la población mexicana no estaba de acuerdo con la adopción para grupos homosexuales. Pero ellos se fueron con lo que saben: lo jurídico.
El asunto es que ante un escenario de polarización, lo que menos esperaríamos de los patriarcas de la iglesia (cuya influencia es palpable) es que ya se vayan formando ideas de intolerancia, racismo, y peores que la homosexualidad.
Lo más chistoso del caso es que se dice que Jalisco (estado del cardenal Sandoval) es tierra colorada, pero dicen que de la pena… Vaya usted a saber porqué. ¿Será por qué Jalisco los producía, el Distrito Federal los distribuía y Veracruz los consumía?
EPÍLOGO: Pobrecito del líder petrolero Jorge Wade, de Minatitlán, que no tiene para su fiesta de cumpleaños y tienen que pedir cooperación de a 100 varos por cabeza entre los obreros para comprarle su piñata, payasos, dulces y hasta viagra.
2 comentarios:
jajaja excelente columna broo y lo ultimo del lider petrolero jaja que mal plan yo coopelo pe lo que invite si no no jajaja atte:@polsnare ricardo ruiz jeje
Gracias broder, estamos pendientes
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