21 de septiembre de 2011

Cuando sea grande, quiero ser libertador como Reynaldo

Pablo Jair Ortega - pablojairortegadiaz@gmail.com.- Todo este tiempo me he dado cuenta que ser periodista es una pérdida de tiempo… ¿Para qué estarse rompiendo el lomo si uno puede ser tan magnífico como el gran procurador millonario Reynaldo Escobar?

Fíjese usted: fue director de Gobernación con el alcalde Rafael Villalpando en el periodo 1998-2000, donde fue a pitorrearse como argüendera a la casa del entonces gobernador Miguel Alemán, en Las Ánimas, para presionar al gobierno a pagar por un predio donde se tiraría la basura de Xalapa.

Ahí se ganó la reputación como uno de los argüenderos más sólidos de la entidad. Todavía lo hicieron alcalde, despreció a su mentor Villalpando, abrió cantinas y se quedaba desmayado de briago en el piso en el periodo 2000-2004.

Yo la neta quiero hacer lo mismo. Digo ya me he desmayado de borracho, para a la vez quiero ser un alcalde que dé risa, que la población me vea la papada como un trofeo a mi dipsomanía.

No conforme con eso, el gran Reynaldo cooperó con la campaña de Fidel Herrera y éste quién sabe qué le vio, pero lo hizo secretario de Gobierno para gracia y alegría de todos los veracruzanos. Estoy seguro que los jarochos no tienen la visión de Tío Fide.

No sólo metió la pata varias veces por su boca tan floja y protagonismo para actuar. Fue el mismo gobernador Fidel Herrera quien dos o tres veces le llamó la atención en público: “No puedo estar haciendo tu trabajo”, alguna vez le espetó.

Pero la neta que los veracruzanos seremos algo así como malagradecidos por no tener la capacidad para entender la forma de operar de Reynaldo.

Todavía, para nuestra fortuna, este año le hacen una ley a modo para que el pobre angelito sea declarado como Procurador del Estado donde ha destacado como un gran humanista y libertador.

En el caso de Yolanda Ortiz, el señor Procurador solucionó el caso más rápido que La Araña, más implacable que Batman y más rápido que el pensamiento, al decir que la periodista del Notiver estaba involucrada con la delincuencia organizada, y dio a entender que se haría vello púbico con las investigaciones que estaba obligado a resolver.

Una vez que Yolanda dijo que era narco, el señor Procurador nos regaló otra joya de su magnanimidad cuando detuvo a Maruchi Bravo y Gilberto Martínez, usuarios de redes sociales que se sintieron “obligados” a informar sucesos falsos en Veracruz. La acusación: terrorismo, porque no había otra ley que inventar gracias a los diputados huevones que no legislan más que lo que les mandan de Palacio de Gobierno.

Reynaldo de todas maneras hizo su loable chamba. Se fajó el cinturototototototototototototototototototototototototototototote para enfrentar a los malditos tuiteros terroristas hijo de tuiter madre que se pasaban de lanza diciendo que en el puerto de Veracruz pasan cosas gachas y sangrientas.

Pero en realidad era una trampa: Reynaldo estaba preparando todo para hacer creer que iba a encerrar a los tuiteros, cuando en realidad los iba a liberar retirando la acusación. Eso de que los acusaba de terrorismo en verdad era puro choro, sólo una pantalla para defender la libertad de expresión que tanto salvaguarda.

Tanto, que al fotógrafo Miguel Carmona un día le iba a dar un abrazo con cariño, pero sus “guachomas” lo impidieron.

Reynaldo es un pan de Dios porque liberó a Juan Ramón Ganem cuando el ex alcalde de Tuxpan le prometió que le devolvería todo el dinero que se robó. Con esa alma tan buena, Reynaldo lo sacó del bote porque Ganem prometió pagar en abonos de Elektra al erario.

Es más, casi todos alcaldes arrestados por andar de uñas largas, han sido liberados gracias a la buena fe de Reynaldo, que agarra funcionarios en San Juan Texhuacan, allá en lo mero alto de Sierra de Zongolica y donde a duras penas leen y escriben; o al de Las Minas, que nomás se recuerda porque hay una planta de energía eléctrica.

En verdad, así ¿quién no quiere ser como Reynaldo? Todos los que lo hemos criticado deberíamos ser condenados por una ley nueva que se llame Ley de Perturbaciones al Señor Procurador, y de seguro, con eso que los diputados aprueban lo que les ordenan, dicen que sí y sanseacabó.

18 de septiembre de 2011

Peligroso cártel de activistas ataca a Veracruz

Pablo Jair Ortega - pablojairortegadiaz@gmail.com.- Pasan por Veracruz como si nada, tienen influencia y protección. Las autoridades cooperan porque les tienen miedo. No tienen los recursos ni la estructura para combatirlos. Es el cártel más peligroso que ha existido en los últimos años.

Dicen que está liderado por un tal Javier Sicilia, alias “El Poeta”, un criminal que asesina con versos calibre 50. Que tortura fumando como chacuaco frente a sus víctimas encerradas en una casa de seguridad; hasta los más fuertes ceden y se les frunce el cicirisco.

Estos impunes liderados por el tal Sicilia han ido extendiendo su territorio más invasivos que el peor cáncer, más fuertes que los Zetas, que los Chapos, que los Michoacanos aliados; y son tan cínicos que no se andan escondiendo: se la pasan viajando en caravana con grandes camiones así como si nada por todo el país, protegidos por las autoridades.

Este cártel está decidido irse con todo contra la ciudadanía. Atentar contra ella a base de discursos de paz. En respuesta a la granada que tiraron en el Acuario de Veracruz, dicen que irán a tirar los borradores chafas que hizo el tal Sicilia, ahí nomás pa’ que sea basura de utilidad.

En Tabasco, primo de Veracruz, detuvieron por unos momento al lugarteniente Fray Tomás González Castillo, de esos que se hacen pasar por defensores de derechos humanos. Esos son todavía más peligrosos y más el tal Solalinde, jefe de la plaza de Ixtepec. Los cómplices de Sicilia

Ahorita anda por carreteras jarochas, promoviendo su maldito mensaje de paz.

Entró a Coatzacoalcos donde apretó al pobrecito e inocente gobierno, diciendo mentirotas sobre un grupo armado que los había acosado. Puras mentiras, eso no pasa en México, y mucho menos en Veracruz.

Ahí en el Coatza donde reniegan la realidad, ese delincuente poeta acusó y acusó. Dicen los tenían retenidos por mentarles la madre a los soldados, quienes con su endeble entrenamiento se vieron ofendidos: “Yo me trabo a plomazos con delincuentes, pero una mentada no la aguanto”, dijo uno de guachos agredidos.

Veracruz debe cuidarse de este peligroso poeta que anda invadiendo territorio. Dicen que los Zetas de Acayucan de plano se rindieron y dejaron de “pedir prestadas” camionetas y pasearlas por la ciudad, porque este cabrón Sicilia viene armado hasta los dientes, con mejores armas.

Dicen que pese a los retenes del Ejército y la Marina, éste malévolos y ruines sicarios que disfrazan de periodistas y de activistas hijo de sus repipín chamaco, pasaron como si nada por los caminos de Veracruz. Que poco faltaba para que los recibieran con charola de plata y llaves de oro de la ciudad.

Que el cártel de la paz es el más peligroso y por eso en Veracruz están que ni dicen nada, que es mentira que la gente sale a las calles, que es mentira que en Xalapa llegaron cientos a saludar a su líder maquiavélico, casi Escobar Gaviria renacido con alma de pituche. Que es mentira que en las redes sociales se le esté dando cobertura, que la presencia del capo Sicilia es nada.

Que el cartel de la Caravana de la Paz se impuso. Simplemente. Que en lugar del típico “Para que aprendan a respetar”, el mensaje fue “No hay camino para la paz, la paz es el camino”.

“Pinches hippies”, diría Don Nico allá en el cielo.

Ese poeta puro mensaje de paz contra el odio que se cultiva en estos tiempos. De veras que pasan.