27 de abril de 2007

Cosoleacaque, entre los Merlín y los Cadena

pablo.jair.ortega@gmail.com.- Cosoleacaque ha sido escenario de grandes manifestaciones sociales que principalmente involucran a la densa población indígena del lugar. No por nada la presencia de sacerdotes jesuitas, o de extranjeros y líderes como el subcomandante Marcos que han hecho presencia en este terruño mágico, tierra del buen pan y el popo, donde también se puede incluir a la carne de Chinameca y la chogosta de Jáltipan.

Desgraciadamente, en lo que le toca en el ámbito de la política de estos días tan calurosos en el sur, es una situación pobre, nefasta, fuera de toda lógica para tratar de combatir el rezago histórico de su población, herida por gobernantes por demás obtusos: Cosoleacaque, pese a que podría ser un municipio con mayor desarrollo regional por su ubicación geográfica, lo han utilizado como alcancía particular de los beneficios que recibe de otros municipios aledaños como Minatitlán y Coatzacoalcos, así como de peajes, impuestos y recursos federales que no dudan en pelear férreamente, como en el caso del puente Coatzacoalcos II, pese a que no está en sus territorios.

El heroico pueblo de Cosoleacaque (participante en la defensa de la nación contra los franceses conmemorada el 18 de octubre de 1863) vive hoy una lucha infausta entre dos familias de las más conocidas en el lugar. Es un pleito cuyo origen se remonta a por lo menos unos 50 años, cuando en la región sur comandaban los dos más fuertes caciques que ha tenido la región: Amadeo González Caballero, situado en Coatzacoalcos, y Francisco López Arias (hermano del ex gobernador, considerado como el hombre de las pistolas), en Jáltipan. Desde esos desencuentros propios de una historia negra de pistolerismo en Veracruz, se desencadena lo que actualmente es la lucha por el poder en tierras cosoleacanecas.

Primero están los que se apellidan Merlín, tradicionalmente envueltos en la política de la zona y con una fuerte influencia en la región convergida por el liderazgo de bonanza ganadera; los hijos del ganadero Heliodoro Merlín, patriarca de la familia, así lo reflejan, pues todos tienen cargos políticos y como servidores públicos: Gladys Merlín Castro, actual diputada local (y quien busca la alcaldía por el PRI en las próximas elecciones locales); su hermano Heliodoro, como delegado de Tránsito en Jáltipan; Héctor, como jefe de la Jurisdicción Sanitaria en Coatzacoalcos; y Elvia Merlín, quien es coordinadora de los Colegio de Bachilleres de Veracruz en la zona sur. Don Heliodoro fue secretario particular durante muchos años de Amadeo González Caballero.

En contraparte están los Cadena, familia también muy ligada a la política local, con Cuauhtémoc Cadena Pérez y su pariente Raúl Morales Cadena, alcaldes de Cosoleacaque y Minatitlán (municipios conurbados) respectivamente, ambos del PRI. Sus antecesores son los hermanos Cadena Bécquer, que fueron gente muy cercana a los López Arias, de Jáltipan.

De estas relaciones entrañables, surge la enemistad que hoy sostienen los Cadena y los Merlín. La lucha por controlar y dejar clara su influencia en el municipio ha tenido como ejemplo claro los desencuentros recientes entre la diputada Gladys Merlín Castro como candidata casi segura del PRI a la Presidencia Municipal, y que trata de boicotear con medios a su alcance el alcalde Cadena Pérez.

Recientemente el conflicto se puso interesante cuando Heliodoro Merlín Castro (hermano de la diputada, conocido como “Yoyo”) fue cambiado de Jáltipan a Cosoleacaque como delegado de Tránsito, a lo que el munícipe Cadena Pérez reaccionó inmediatamente y suspendió el pago a 10 agentes viales que costeaba el ayuntamiento. De acuerdo a versiones periodísticas, el cambio obedecía a la queja de ciudadanos y transportistas por presunta extorsión por parte de Heliodoro Merlín. Lo interesante fue que dicho cambio finalmente no se concretó, y Merlín Castro pretendía volver a Jáltipan a su antiguo puesto de delegado.

Esto ocasionó que en la Delegación de Tránsito de Jáltipan surgiera la inconformidad entre transportistas, oficiales, agentes viales y ciudadanía en general, organizándose todos para protestar por el regreso de Merlín Castro a dicho municipio, e incluso colocaron una manta afuera de las instalaciones de la Delegación a manera de protesta. Durante esos días incluso se hablaba que varios sectores de la sociedad jaltipaneca realizarían protestas en las instalaciones de la Delegación de Tránsito, ante el regreso de Heliodoro Merlín, pero finalmente nunca se llevó a cabo, y el famoso “Yoyo” atiende nuevamente en Jáltipan tranquilamente.

Tan redituable es el negocio de la política en “Cosolea”, que se habla unas cuantas familias enriquecidas al amparo del poder, y se comenta que el más reciente presidente municipal incluso sumó 5 ranchos más a sus propiedades.

Esto ha ocasionado que los gobernantes hayan convertido a Cosoleacaque en un municipio sin utilidad y sin mecanismos para hacerse de recursos propios. Así se cobijan con el discurso populista de “defender los intereses de los cosoleacanecos” pretendiendo afectar a las industrias locales cobrándoles impuestos inventados de la nada (conocidos popularmente como “una marihuanada”); el pasado alcalde Darío Aburto lo pretendió con el Complejo Petroquímico de Cosoleacaque, e incluso hasta hizo un “acto de clausura” simbólica; su antecesor Román García lo intentó con el Instituto Tecnológico de Minatitlán, y ahora le tocó recientemente a empresas dedicadas al ramo de los fertilizantes, como Agrofermex (empresa de fertilizantes del conocido empresario michoacano Alfredo Anaya Gudiño), y ahora FEFERMEX, ambas objetivo de los ataques populistas del alcalde Cuauhtémoc Cadena.

No debe sorprender entonces el por qué los políticos de Cosoleacaque buscan por todos lados hacerse de recursos y organizar mitotes populacheros para apantallar ser gente que defiende el municipio. Tan es así, que su actual alcalde “Temo” Cadena –demostrando lo más recóndito de su xenofobia– en lugar de ver por urgentes y prioritarios problemas de su población, pelea por nimiedades como cambiarle el nombre al aeropuerto de Minatitlán que está asentado en terrenos cosoleacanecos.

Algunos lo apodan “El Zorro”, y quiso hacer fanfarrias con su mote al convocar recientemente a los medios de comunicación para “desmentir” que estén desacatando una resolución judicial, donde la empresa FEFERMEX solicita a la devolución de casi 300 mil pesos de fianza por cambio de suelo, que misteriosamente desaparecieron de la tesorería municipal. Lo burdo del asunto, es que dice que pagaron el 30 de marzo pasado, cuando el último acuerdo del Juzgado que “le dio palo” con el amparo a favor de Ferfemex, es del 16 de abril del presente año. ¡Miente Cuauhtémoc!

Lo que no dice el alcalde es que esta parafernalia la utiliza para desviar la atención en el escándalo del derrumbe de 13 viviendas en la unidad habitacional “Hermenegildo J. Aldana”, por una negligencia en obras sobre la carretera federal.

La historia se resume así: resulta que a Don “Temo” se le ocurrió hacer la ampliación de la carretera federal en un tramo que pasa por la colonia Aldana, pero los trabajos comenzaron de una forma pésima en la preparación del terreno, que afectó a las viviendas de dicho centro urbano y derrumbó parte de estas. Esto originó que los vecinos cerraran la Carretera Transístimica por varias horas (de las arterias más importantes en el sureste) en demanda de que las autoridades estatales intervinieran ante la desatención de las municipales.

Hasta el día de hoy no hay una respuesta clara por parte del alcalde, pero los políticos cosoleacanecos aprovecharon el escenario para lo único que saben: hacer política.

Hasta esta colonia llegó la diputada local Gladys Merlín con su gente, incluyendo a su hermano Heliodoro, el delegado de Tránsito de Jáltipan, para entrevistarse con los afectados, y se presentó de manera repentina el secretario del ayuntamiento Julián Montoya, quien inmediatamente fue abucheado por los vecinos y prácticamente corrido del lugar. Fue el famoso “Yoyo” quien incluso le sugirió que se retirara, a lo que respondió Montoya que “cuando fuese alcalde de Jáltipan, le iba a hacer su chamba”, y en plena discusión, “Yoyo” le dijo que no sería alcalde porque no lo quiere el gobernador, a lo que contestó Montoya “que no manda el gobernador, sino los votantes”.

Tan así están las cosas en Cosoleacaque, que ahora encontraron una nueva forma de hacer propaganda: envían correos electrónicos anónimos a diversos medios denostando a ex alcaldes, y ciertos personajes conocidos del ámbito local, principalmente perredistas. Dichos mensajes no rayan solamente en el ataque personal, sino que vulgarizan más lo pobre de hacer política en Cosoleacaque.

Así de esta manera, es lamentable que un pueblo tan noble se convierta en rehén de unas cuantas familias; el pueblo de Cosoleacaque se merece más que sólo unos cuantos secuestradores del poder político, y que además van más por el beneficio personal que el comunitario.

Oportunistas son, porque no hay otra forma de calificarles.

24 de abril de 2007

Jóvenes desaparecidos

pablo.jair.ortega@gmail.com.- Lo acontecido este domingo en el puerto de Veracruz ya es una muestra de que la sociedad se muestra cansada de los hechos de violencia, y comienza a organizarse para salir a las calles a enfrentar valientemente al crimen organizado, ante unas autoridades paralizadas y más abstraídas en asuntos políticos.

La marcha de varios automóviles por el malecón, podría ser el detonante del hartazgo de una población jarocha hastiada de un gobierno para enfrentar a la delincuencia organizada, protegida desde las más altas esferas del poder.

Es así como familiares y amigos de los jóvenes Carlos Ruiz Martínez (26) y Javier Alejandro Marcos Rocha (23) salieron este domingo a las calles para demandar, exigir, que los devuelvan sanos y salvos, dado que desaparecieron desde el pasado sábado 14 de abril, cuando se dio la balacera en la congregación Santa Fe, municipio de Medellín.

A decir de los familiares, ese fatídico 14 los jóvenes estaban comiendo en un restaurante de El Tejar, municipio de Medellín, pero después se perdieron: fue precisamente en los momentos cuando se dio el enfrentamiento entre grupos de la delincuencia organizada (específicamente “Gente Nueva” y los “Zetas”) donde se reportan dos muertos, mil balazos, tres reporteros madreados por la policía estatal, un dipsómano secretario de seguridad pública con su playerita de los Tiburones, y casi una decena de vehículos asegurados.

La violencia en el estado precisamente se ha intensificado por la guerra que sostienen narcotraficantes para controlar la plaza de Veracruz, entidad donde hasta el día de hoy las autoridades locales se niegan a reconocer la presencia de estas células, y que califican como “hechos aislados” sus consecuencias (irónico, mientras a los periodistas les piden que no “magnifiquen” las batallas del narco, nosotros deberíamos pedir que no las “empequeñezcan” ni resten importancia a las balaceras, ejecuciones, cadáveres que sirven de recaderos, y demás atrocidades que se acumulen en los próximos días).

El caso de la marcha en Veracruz sin duda podría conducir a que la sociedad en general demuestre su cansancio ante la impunidad con que se manejan los delincuentes en la entidad. En verdad que podría ser una de las maneras más conducentes para que los civiles también le entremos a esto de hacerle frente al crimen, porque si nos esperamos a que la policía le entre al quite, podemos esperar ya no sentados, sino instalados en la fiaca total.

Es cierto: hay que reconocer que han sido policías veracruzanos los que han consumado las últimas detenciones y enfrentado a los delincuentes, mientras que los de la AFI, PFP, PGR, sólo vienen a llevárselos al DF, se toman la foto o de plano nomás decomisan discos de nuestra muy respetable industria pirata.

Vemos como en países como España, luego de los hechos lamentables del 11 de marzo en Madrid, en la terminal ferroviaria de Atocha, millones de españoles salieron a las calles para protestar, para hacer sentir su tristeza, desacuerdo y rabia por los hechos de terrorismo en suelo de la Madre Patria, a la que le habían dado en la ídem.

Claro, afortunadamente México ha estado exento de actos terroristas de las magnitudes de España, Londres, Estados Unidos y diversas regiones del Medio Oriente; pero deberíamos también verificar si los desencuentros discutidos a punta de plomo por parte de los cárteles del narcotráfico, implementan un estado de terrorismo muy particular, tomando en cuenta que “terrorismo”, según la vigésima segunda edición del Diccionario de la Lengua Española dicta que significa “Dominación por el terror. Sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror”.

Así de esta manera, el demostrar el poder a base de fuego, mensajes en cuerpos y balaceras con armas de alto poder, crea un terror psicológico, y ante la nula o escasa respuesta de quienes supuestamente los combaten, han sido familias jarochas las que no dudamos que comiencen a organizarse para protestar por los escenarios de violencia.

No sería el único caso: está aquella megamarcha en el Distrito Federal en contra de la violencia (y de paso en contra del Peje); pero de igual manera se llevaron a cabo en Aguascalientes, Chiapas y Coahuila en el 2004; una multitudinaria en Acapulco, en abril del 2006; y recientemente en febrero del presente en Monterrey, capital del estado donde ya no ven lo duro, sino lo tupido de las ejecuciones.

Y no tanto quizás por la violencia la población se manifieste: el fondo es la impunidad con la que se conducen estos personajes gracias a que no vemos señales claras del actuar de la justicia, y como ejemplo están los policías estatales ahora en calidad de “recogedores de muertos”.

Es en verdad raro que incluso funcionarios como el subprocurador de Justicia en la región, Marco Antonio Aguilar Yunes, el hombre de la “fusca” a la cintura, adopten posturas en donde se diga que es necesario recoger los cadáveres así nada más, porque se estudia mejor en las instalaciones del servicio forense, como si no fuera lo básico en criminología que en el lugar de los hechos (y así lo pueden constatar peritos, y periodistas de antaño en la fuente policíaca) se deben realizar estudios, tomar muestras de suelo, buscar, escarbar, indagar hasta la ignominia en el lugar, sospechando hasta de una hormiga y una partícula insignificante de algo.

Si nosotros como ciudadanos vemos que ahora se simula jugar a la policía (al grado de que a lo mejor la “trona” de Aguilar Yunes es de Juguetes “Mi Alegría”), entonces surge la duda de ¡oh! ¿Y ahora quién podrá defendernos?, y ante la ausencia del Chapulín Colorado por andar haciendo spots contra el aborto, sólo nos queda salir, a exponerse, para pedir que nos devuelvan a nuestra gente y de paso, por favor, que baje tantito la violencia.

Esto puede ser solamente una semillita de la desesperación de nuestros paisanos. Pero también es debido a que ante la tormenta, los primeros en arrodillarse son quienes supuestamente están para defendernos.

Bastaría ver la actitud tranquila de Julen Rementería, alcalde de Veracruz, quien también debe responder por el tiempo en que tuvo la Policía a su mando, periodo en el que se desató la guerra entre narcotraficantes por los hechos sangrientos en el rancho Villarín, carrera parejera que cambió –por lo menos en Veracruz– el concepto “de pura sangre”.

Peras o manzanas: Todas son estrategias azules

No es la primera vez que sucede en Veracruz. El caso más escandaloso fue el pasado 3 de marzo cuando en el municipio de Landero y Coss hubo actos de violencia en contra del dirigente municipal del PAN de ese lugar, Juan García Fuentes, a quien le robaron su padrón de militantes.

Pareciera que fuese una guerra entre partidos, pero la verdad es que se trata de una fuerte pugna entre los militantes y principales actores veracruzanos del Partido Acción Nacional, quienes ese día arremetieron violentamente contra García Fuentes y bajo amenazas le quitaron su lista de militantes: el motivo, hace consejero nacional al subdelegado de la PROFEPA en la entidad, perteneciente al grupo de panistas que encabeza Julen Rementería, alcalde de Veracruz.

La batalla por el poder entre los panistas se desarrolla en aras de ganarse el aprecio de la clase actual en el poder presidencial. No hay que olvidar que los actuales dirigentes del partido en Veracruz, encabezados por Alejandro Vázquez Cuevas, apoyaron abiertamente la candidatura “tapada” del pasado secretario de Gobernación en el gabinete foxista, Santiago Creel; y que el grupo disidente y enemigos políticos de Vázquez Cuevas, el grupo Boca del Río, guiados por Julen Rementería, apoyó con todo la aspiración presidencial del “indócil hijo de Michoacán” Felipe Calderón, quien arrancaba renunciando a la titularidad de la Secretaría de Energía, llevándose a varios colaboradores cercanos a su cruzada personal.

Sobra decir quién fue el triunfador; finalmente hubo panistas del Comité Estatal que, molestos, tuvieron que recular y tragarse el orgullo para impulsar la campaña del michoacano, y así con una disciplina sectaria tuvieron que alinearse al hoy presidente de la república.

Y no se sabe si por convicción propia, o por llevarle la contraria a la dirigencia estatal del PAN, el alcalde de Veracruz, Julen Rementería del Puerto, desde un principio apoyó en todo a Felipe “El Recluta” en su campaña para ocupar el fraccionamiento “Los Pinos”: son de amplio conocimiento público las desavenencias, desencuentros y mentadas de madre mentales que tienen entre sí los dirigentes del Comité Estatal en Xalapa y los panistas de la zona de Veracruz y Boca del Río, principal pilar blanquiazul de la entidad.

El asunto es que el ganón en esto de la disputa por quién iba a ser el candidato bueno para la presidencia por parte del PAN fue Rementería del Puerto.

Y esto al parecer le ha redituado políticamente: es el menos afectado en el caso Villarín, la carrera de caballos que cimbró al estado al convertirse en una balacera y tumba del Z14, identificado como Efraín Torres, según la PGR. Pese a que los hechos de sangre fueron en su municipio, y que en esos momentos la seguridad pública dependía totalmente del control de su ayuntamiento, Julen Rementería minimizó los hechos con su característica mueca de echar abajo la boca forrada de vellos y levantar los hombros.

Tampoco le pareció mucho importar que en el video recientemente difundido por TV Azteca se mencione que sus ex jefes de policía municipal, Jorge Iván Castillo y Xicoténcatl Enríquez Arano, estén señalados como protectores del Cártel del Golfo; ni que tampoco a Jorge Iván se le relacione desde el pasado sexenio de Miguel Alemán, como protector del narcotráfico, según notas periodísticas de ese tiempo.

A Julen, sencillamente, el escándalo le hizo lo que el viento a Madero (porque aquello de que los panistas nomás no pueden ver a Juárez ni en pintura).

Ahora en términos de proselitismo político, descubierto por el escándalo de Landero y Coss, se dan muestras de un grupo de panistas encabezados por Julen Rementería operando en diversas partes del estado a nombre del presidente Calderón. Viajan a diversos municipios del estado, uniformados todos de azul, promoviendo candidatos panistas que van desde aspirantes a consejeros nacionales del partido, hasta las ansias de alcanzar el poder ejecutivo en las próximas elecciones a gobernador: según versiones de Juan García Fuentes, dirigente de Landero y Coss, Julen se nombra así mismo como el próximo mandatario estatal.

Por filtraciones anónimas a varios medios de comunicación es que son sabido de las operaciones de Julen Rementería en días hábiles y con recursos públicos en municipios como Landero y Coss, Tihuatlán e Iztaczoquitlán, aunque también recientemente se vio la presencia de panistas como el famoso regidor jarocho apodado “choriqueso” (Marco Antonio Núñez López), que recientemente estuvieron desayunando en el restaurante Finca Andrade, de Coatepec.

Es verdad: los panistas ya comienzan a moverse en aras del proselitismo, y abiertamente se reúnen para definir sus estrategias de grupos y partidistas ante la proximidad de las elecciones locales, y camino a definir para las elecciones a gobernador.

Lo que también llama la atención son las filtraciones a la prensa de las reuniones que sostienen Julen y sus compinches con diversos simpatizantes blanquiazules, por lo que no se deja de lado el sospechismo propio de los excreelistas, gente de Vázquez Cuevas: que desde el comité estatal del PAN se estén filtrando a la prensa las reuniones de sus enemigos políticos.

También puede ser una estrategia barata por parte de Julen Rementería para promocionarse como “el panista preferido por el presidente Calderón”. ¿Por qué “estrategia barata”? Porque resulta curioso que si las reuniones son “cuasi secretas”, abiertamente Julen, servidores públicos, políticos y destacados panistas que le acompañan se dejen fotografiar y hasta hacen la típica foto futbolera de grupo.

No estaría mal pensar que también los del gobierno del estado, priístas, estarían interesados en derribar la imagen de Julen como el calderonista consentido, con eso de que hacen guerra por todo con los panistas, principalmente con los de Veracruz, tanto así que riñen por los colores (rojo o azul) que adornarán el puerto.

Pero a final de cuentas, insistimos, pese a tanto movimiento del alcalde de Veracruz en la entidad, la mueca de Julen siempre será la misma y el viento le hará lo mismo que a la barba del apóstol revolucionario. Si lo de Villarín no le afectó, mucho menos el obvio proselitismo.

Licencias para ser alcaldes

Este 11 de abril se dio a conocer en los pasillos del Congreso del Estado que Alfredo Grajales y Julio Saldaña pidieron sus respectivas licencias de su cargo como diputados locales por Orizaba y Veracruz, respectivamente, para contender como candidatos del PAN a la alcaldía de esos municipios. ¡Qué sacrificados!

4 de abril de 2007

Todavía hay políticos honestos (bendito sea el cielo)

pablo.jair.ortega@gmail.com.- En días pasados, mientras se recibía con mucha alegría la noticia de que la capital de estado se libró de una presunta deuda de 300 millones de pesos por una demanda de la empresa Aguas Tratadas de Xalapa (porque se les retiró un contrato que fue convenido mañosamente a su favor en la administración municipal pasada, y que no cumplieron), también salimos del estiércol de la incertidumbre: hay políticos honestos en Veracruz.

Sí, aunque usted no lo crea (y disculpe por recurrir a un cliché radiofónico), nos congratula saber que todavía hay políticos honestos consigo mismos y con la población que representa y sirve; damos gracias al alcalde xalapeño Ricardo Ahued por decir que no puede ser diputado local por Xalapa ya que no es originario de Veracruz ni sus padres, así que, por ley, está impedido para dicho cargo de elección popular.

Claro, no ocultó su picarona aspiración política de ser un pequeño lujo, pero creo que lo vale, y expresó que podría ser diputado federal porque no hay regulación en cuanto al origen y nacimiento del aspirante.

Viene a nuestra memoria desde tierras lejanas del oriente el “doitor” Flavino Ríos Alvarado, notario público number nine de Minatitlán, cuando toda su vida ha fungido diciéndose político minatitleco, veracruzano, como regidor, diputado local y hasta ahora recientemente secretario de Gobierno y casi candidato a gobernador, sin tener orígenes jarochos.

Sí. Ya es de conocimiento público que el señor no es originario de Veracruz, y que no puede negarlo dado que varias personas de su círculo de amistades saben su historia personal. Fue todo un escándalo cuando por la mañana un diario de la capital veracruzana daba a conocer que el entonces secretario de Gobierno es originario de Mogoñé, Oaxaca; un pintoresco pueblo, nos imaginamos, con crepúsculos arrebolados.

Cómo olvidar cuando entonces citó a todos sus cuates de la infancia - algunos dicen que en Palacio de Gobierno soltaban cohetes desde la azotea pa’ llamar a la tecada- y dio una conferencia de prensa mostrando sus fotos de cuando estudiaba en la primaria “Mi Patria es Primero”, por el rumbo de “la curva”, cerca de la puerta seis de la refinería. Incluso recordó ser “el hijo pródigo” (afortunadamente no el desobediente) del pueblo petrolero, como parte de una destacada generación de jóvenes políticos que hasta el día de hoy dan guerra.

En esos momentos, en el mero clímax del escándalo, la estrategia gubernamental era minimizar el asunto por lo delicado que implicaba la pérdida de personalidad jurídica por parte del secretario de Gobierno: si se confirmaba que Flavino era de Oaxaca, en cascada vendría el caos legal: amparos de delincuentes, de empresas, inmediatamente carecían de validez documentos oficiales, etc.

Todo por no ser honesto. Hoy el “doitor” pretende ser el candidato del PRI a la alcaldía de Minatitlán; de ser por su origen, ningún reglamento se lo impide. Sobre todo que ahora están buscando quitarle las candidaturas al gremio petrolero, sector tradicionalmente favorecido por los grandes recursos económicos que aporta al tricolor.

Claro que en su momento nos vino esta ironía de la historia política de Veracruz, y ahora comparamos en realidad lo que es una ambición por el poder, hasta lo que es un coqueteo a la carrera política para dejar la de empresario dedicado a la “industria plástica”.

No obstante, ciertas actitudes de Ahued son criticables (como anteponer sus creencias religiosas a su cargo de gobernante, en una democracia supuestamente laica), pero es de reconocerse que el alcalde xalapeño dio muestra de tener los principios de la honestidad, lo que a lo mejor pone a pensar que de veras existe una nueva forma de hacer política, que los tiempos están cambiando como dice Bob Dylan, y que está habiendo una epidemia mortal de políticos, principalmente priístas, tan encasillados para mentir.

Sólo como ejemplo está el nauseabundo caso de Aguas Tratadas de Xalapa, empresa beneficiada por el hoy priísta un millón y actual flamante secretario de Gobierno de nombre Gaudencio. Han sido tantas las deshonestidades del mismo, que hasta llegó a concluir que él había resuelto el problema de aguas en la capital de Veracruz.

Pero todo cayó por su propio peso, como bien lo auguró Ahued.