31 de diciembre de 2006

El 2006 que se fue y lo que nos dejó

Pablo Jair Ortega – pablo.jair.ortega@gmail.com.- Un año más que se va. Igual de relevante que cualquier otro y que también tuvo sus destellos de alegría y tragedia. Un año intenso en cuanto a ejecuciones de la delincuencia organizada, en cuanto a accidentes trágicos y también con buenas noticias buenas para los veracruzanos. El 2006 murió feliz con haber cumplido su propósito de darle paso al 2007.

El año que terminó no solamente fue rico en la batalla electoral que se venía dando desde meses atrás con un izquierdista López Obrador como favorito para ganar la Presidencia de la República y que finalmente fue derrotado por el derechista Felipe Calderón en un proceso electoral poco claro, envuelto en una maraña enorme de intereses de grupúsculos políticos, y una gran campaña de denostación pública que nos advertían de un tabasqueño “mesiánico, peligro para México”, o de un Calderón “yunquista, falangista, opusdeista”.

La batalla de las elecciones tuvo un escenario que para muchos fue de una clara polarización del país, pero que a fin de cuentas se fue amalgamando al paso de los días y con el descontento de la reacción de López Obrador en su estrepitosa caída, más por el producto de su soberbia.
Pero más allá de las elecciones federales (donde también se refrendó el rechazo popular que todavía tiene el pueblo de México hacia el Partido Revolucionario institucional, al caer el partido en un tercer lugar nacional), cabe conmemorar lo que en este año pasó, y a manera de recordarnos lo que muchas veces se nos olvida, presentamos un recuento de lo que consideramos como lo más destacado del 2006 en Veracruz.

Se destacan los cambios que ha sufrido el gabinete del gobernador Fidel Herrera: en Comunicaciones renunció el ingeniero Raúl Zarrabal, y entró Marcos Theurel al relevo; en Desarrollo Regional, salió Leonor de la Miyar y en su lugar queda Silvia Domínguez. De igual manera, fueron muy vistosas las múltiples visitas que tuvo el entonces presidente Vicente Fox al estado de Veracruz (cerca de 30 en menos de un año), subrayándose la buena relación del gobernador Fidel Herrera con el primer mandatario del país, y los beneficios en materia de recursos que se gestionaron para Veracruz.

Iniciamos en enero, día 8, con una terrible tragedia que se vivió en Colipa donde murieron calcinados 6 niños de entre 2 y 12 años de edad y resultaron lesionados dos más, producto de la pobreza extrema en que vivían (encendieron fuego en su casa de cartón para contrarrestar el frío). El 12 de enero, aparecerían detenidos supuestos miembros del EPR en la zona de Córdoba-Orizaba, por parte de la Policía Federal Preventiva: no es de extrañarse, dado a que en Zongolica están las raíces de este grupo guerrillero.

El 13 de enero, Veracruz es noticia nacional con la ejecución del alcalde de Ixtepec, Oaxaca, Neguib Tadeo Manrique, y cuatro personas más, quienes viajaban del aeropuerto del puerto de Veracruz hacia Oaxaca, pero fueron emboscados y masacrados con armas de alto calibre, sin que hasta el momento se sepa el motivo de su asesinato.

En los primeros días de febrero, Veracruz tuvo la visita del Delegado Zero (alias el “Subcomandante Marcos”) en diversos municipios y foros, sin que diera declaración alguna para la prensa local. De la misma manera, se sabría del caso extraño de por lo menos 9 muertes de niños por un brote diarreico en Xocotla, municipio de Coscomatepec. El 20 de febrero vuelve la violencia en el estado: en el puerto de Veracruz fue asaltado personal del periódico NOTIVER; al sur, fue ejecutado en Coatzacoalcos el conocido activista político Leobardo Castellanos Montiel, quien operaba en Nanchital; crimen sin resolverse. Ese mismo día, el secretario de Gobierno declaraba en el puerto de Veracruz que había intenciones de maldosos para crear un magnicidio.

El día 22, Veracruz volvería a ser noticia nacional cuando aparecieron 7 ejecutados envueltos en la cabeza con cinta color gris, rosarios, tiro en la cabeza y semidesnudos en un cañaveral cerca del municipio de Amatlán, en la zona de Córdoba-Orizaba; cuatro de ellos habían sido secuestrados 24 horas antes por supuestos elementos de la Procuraduría General de la República (PGR) en una casa del puerto de Veracruz, propiedad de una funcionaria estatal, la conocida Maruchi Bravo Pagola; crímenes sin resolverse. En medio de estos días de violencia y “magnicidio” se daba un traicionero aumento sin aviso al transporte público.

El primero de marzo se da la extraña ejecución de un mecánico en la región de Amatlán, donde aparecieron los 7 cadáveres con rosario. El 3 de marzo sería el primer viernes de marzo, cuando los brujos tienen su reunión anual mística en Catemaco, Veracruz, lo que atrae a muchos turistas del mundo.

El 11 de marzo otra noticia sangrienta que destaca a Veracruz en el plano nacional: se trataba del asesinato del conocido ganadero y empresario Javier Gómez Gutiérrez “El Potro”, en manos de su esposa Isabel Morales Aguirre, síndico de Minatitlán. “El Potro” era compadre del líder petrolero de esa región, Pablo Pavón Vinales, con quien venía haciendo negocios de obra pública a través del ayuntamiento que controla Pavón Vinales a través del alcalde Raúl Morales Cadena. El asesinato de “El Potro” sigue impune, su autoviuda se encuentra prófuga de la justicia luego de huir del hospital donde estaba arraigada, fue desaforada en un proceso que duró más de un mes, y hasta el momento no se le ha detenido para que responda por el homicidio de su esposo.

El 17 de marzo se daba por inaugurada una edición más del festival Tajín, allá en la zona arqueológica del mismo nombre asentada en Papantla, en el norte del estado.

El 8 de abril se cumpliría un año de la muerte cobarde y aún impune del director del periódico La Opinión de Poza Rica, Raúl Gibb Guerrero, ejecutado de varios balazos cuando llegaba a su casa. La justicia no ha actuado, ni parece tener intenciones de actuar, pese a que hay conocimiento de quiénes pudieron ser los asesinos materiales.

El 18 de abril nuevamente una tragedia pone a Veracruz en los titulares nacionales: un camión con sobrecupo que provenía del estado de Jalisco se desbarranca en la carretera en la zona de las peligrosas cumbres de Maltrata, habiendo 57 muertos, principalmente jóvenes. El camión aparentemente se quedó sin frenos (lo que evidenciaba la presencia de autobuses del servicio público federal operando en mal estado) y fue a parar a la rampa de emergencia, pero no fue suficiente para detenerse, cayendo a un despeñadero de cerca de 200 metros de profundidad.

El 21 de abril, el gran escritor mexicano Sergio Pitol, radicado desde hace muchos años en Xalapa, recibe el premio Cervantes de literatura en España, de mano del rey Juan Carlos, acuñando su nombre como uno de los mejores escritores en español de todos los tiempos.

Mayo: más ejecuciones. Aparecen los cadáveres del comerciante Daniel Zárate, de su ayudante Arturo Pérez Vargas y del empresario transportista Tomás Hernández Palacios, en playas del norte del estado. Los tres habían sido “levantados” en días posteriores y fueron encontrados sus cuerpos en avanzado estado de putrefacción, esposados, tirados al mar, y con un ancla en el ano. Zárate y Hernández se rumora que estaban involucrados en actos delictivos, por la gran fortuna amasada por ellos en poco tiempo.

El 10 de mayo trasciende que hasta los malos políticos tienen madre.

El 11 de mayo trascendía una deuda de 70 millones de pesos que tenía la Universidad Veracruzana con una empresa denominada Rodríguez Pasquel, contratada para rentarle equipo de cómputo a la máxima casa de estudios; pese a los amparos y vías jurídicas para no pagar dicho adeudo, finalmente perdió la UV el juicio y tuvo que desembolsar parte de su presupuesto para pagar un arrendamiento poco claro hecho en la administración de Víctor Arredondo, hoy flamante secretario de Educación.

El 16 de mayo fue ejecutado en un centro comercial de Poza Rica, el empresario Maximiliano Gaona Castelán; los autores materiales fueron detenidos, señalando a la amiga sentimental del fallecido como la persona que los contrató: Suemy Alamilla Olguín hasta el día de hoy está prófuga.

El 26 de mayo acontecería el secuestro en Villahermosa, Tabasco, de Ponciano Vázquez Lagunes, hermano del conocido y controvertido ganadero Cirilo Vázquez Lagunes. Dicha noticia repercutió en Veracruz y puso tenso al estado, por la historia de los Vázquez Lagunes en Veracruz.

El día 30 de mayo es ejecutado en el centro de Martínez de la Torre, Remo Giovanni Allegretti Mejía, hermano del también ejecutado Alfonso Allegretti, presidente del PRI del lugar y ex delegado de Seguridad Pública en el sexenio de Miguel Alemán. En ambos homicidios es sabido que el narcotráfico está detrás.

El 5 de junio, otro asesinato más de consecuencias políticas: es baleado a la puerta de su casa el regidor de Las Choapas, Alfredo Pérez Juárez. Los responsables, según la Procuraduría, serían miembros del ayuntamiento de ese lugar encabezados por el alcalde panista Renato Tronco, quien supuestamente es el autor intelectual de dicho homicidio toda vez que tenía diversos enfrentamientos con el fallecido regidor. Los implicados van desde el secretario del ayuntamiento (hoy libre) hasta el inspector de Policía y dos empleados del palacio, siendo detenidos en diversos operativos. La muerte del edil desataría un enfrentamiento estatal entre el gobierno de Fidel Herrera y el Partido Acción Nacional politizando el caso, ante los reclamos de una viuda que busca que se le haga justicia al asesinato de su esposo. El caso sigue.

El 10 de junio retumba nuevamente el estado por la noticia que de encontraron ejecutado en Huimanguillo, Tabasco, al ganadero Ponciano Vázquez Lagunes, “El Pony”, hermano de Cirilo Vázquez Lagunes, junto con otras 4 personas más a bordo de una camioneta tipo Durango, con los ojos vendados con cinta gris y semidesnudos, acribillados con armas de alto poder. Cirilo denunció que serían miembros del gobierno estatal de Tabasco y federal quienes habían matado a su hermano.

El 2 de julio fue el día más esperado por los mexicanos (luego de unas largas campañas electorales de ataques y odio magnificado por la propaganda en los medios de comunicación masivos) al llevarse a cabo la votación para elegir al Presidente de la República, a diputados federales y senadores. En general la jornada transcurrió tranquilamente en Veracruz, surgiendo algunas denuncias de compra de votos, acosos, mensajes por teléfono para convencer a la población de votar por un determinado candidato. El ganador en Veracruz fue Andrés Manuel López Obrador, quien llevó a Dante Delgado como senador, y un notable avance del PRD en el estado en cuanto a los diputados federales. El PRI fue el gran perdedor en Veracruz, pese al bastión tricolor tradicional e histórico: en ningún distrito ganó Roberto Madrazo, su candidato a la presidencia.

La efervescencia postelectoral siguió viva durante unos días más. Las movilizaciones de grupos simpatizantes de López Obrador tuvieron sus repercusiones en Veracruz, dándose muestras de protesta en la capital del estado, así como en las sedes del Instituto Federal Electoral de cada municipio. Había interrupciones de perredistas en eventos de diversas índole, incluso de gobierno, pidiendo el voto por voto. El colmo en Veracruz llegó en agosto de 2006 cuando comenzaron a bloquear casetas de la autopista que va de Tinajas hasta Minatitlán.

El 21 de agosto, acorde con lo que sucedía en Oaxaca, un grupo de maestros y empleados del magisterio tomaron el palacio municipal de Chicontepec, en respuesta al desalojo que con abuso de poder ordenó el alcalde de ese lugar, Gonzalo Vicencio Flores, de las oficinas de inspección escolar. Respecto a lo que acontece en la vecina entidad oaxaqueña con el paro de clases y conflicto posterior conocido por todos, el gobernador Fidel Herrera ordena que se les abran las puertas y se faciliten las clases en escuelas de Veracruz a alumnos de Oaxaca que viven en los límites de ambos estados.

El 23 fue golpeado en su rancho (a manera de mensaje) el conocido ganadero de Cosoleacaque Heliodoro Merlín Alor, padre de la diputada local Gladys Merlín; se hablan de amenazas a dirigentes ganaderos de la región sur.

El día del último informe de gobierno del presidente Vicente Fox, que estaba programado para el 1 de septiembre, en Veracruz protestaba la viuda del regidor de Las Choapas asesinado, Orfelina Galindo Jaimes, quien encaró a diputados locales del PAN que abiertamente defendían al alcalde Renato Tronco de las acusaciones de ser el autor intelectual del homicidio, como así lo ha denunciado la viuda. El día 4 se sabría que cadetes de la Academia de Policía Estatal, embriagados, matarían a un albañil en un pleito de cantina.

El 11 de septiembre es una fecha fácil de recordar porque fue ese día cuando se dio el golpe de estado en Chile para derrocar al presidente Salvador Allende en 1973; y en 2001 el atentado terrorista contra las torres gemelas de Nueva York. Pero también fue el día fatídico para Pablo Pavón Vinales, el otrora líder petrolero de la zona sur de Veracruz, a quien jubilaron como obrero petrolero y retirándolo de la vida política de Minatitlán. Se cerraba un capítulo de la historia política de la petrolera ciudad.

El 12, Veracruz perdería a uno de sus hijos más pródigos: Pericles Namorado Urrutia, quien fuese Procurador de Justicia y uno de los maestros y autores de Derecho más reconocidos.

El 16, campesinos e indígenas de la sierra de Soteapan ocasionarían por cerca de 5 días el caos para el sur de Veracruz cuando tomaron las instalaciones de la presa Yuribia y cerraron las válvulas que surten de agua a las ciudades de Coatzacoalcos, Minatitlán y Cosoleacaque. Los alcaldes de la región, así como operadores políticos, funcionarios, etc., estuvieron en el lugar sin éxito alguno, hasta que el gobernador Fidel Herrera llegó personalmente para destrabar el conflicto, a cambio de diversas obras de beneficio social.

El 15 de octubre se haría el milagro para México, pero en especial para el estado de Veracruz y Xalapa: el Papa Benedicto XVI canonizaría al beato Rafael Guízar y Valencia, quien es alzado a los altares para beneplácito de muchos de sus seguidores. La historia del desaparecido sacerdote es un ejemplo de amor y vida para muchos.

Dos días después, en contraparte a la felicidad del nuevo santo, explotaría un buque en la terminal marítima de Pajaritos en Coatzacoalcos, lo que pondría en alerta a toda la zona sur del estado. Nuevamente una tragedia enlutaba a Veracruz: la explosión por negligencia de parte de una compañía soldadora que realizaba operaciones a bordo del buquetanque denominado “Quetzalcoalt”, atracado en el muelle 6, mataría a 7 personas.

El dos de noviembre seguiría el luto, no sólo por ser día de Muertos, sino porque un camión en mal estado cayó al río Papaloapan desde una altura de 30 metros del puente del puerto de Alvarado, llevando en su interior a 7 personas, incluido el chofer. Ningún sobreviviente surgió de las aguas, pese a las labores de rescate que fueron muy exhaustivas. Hasta el día de hoy las autoridades no se ponen de acuerdo con respecto a qué pasó realmente y quién es el responsable; mientras tanto, el dueño de la línea está prófugo. El 17, nuevamente los transportistas demuestran su impunidad al tener un nuevo accidente en Soledad de Doblado, ocasionando un accidente donde salen lesionados 20 estudiantes de bachillerato.

El 19 de noviembre otra noticia que cimbra al estado con una ejecución más: se trataba de la muerte del ganadero Cirilo Vázquez Lagunes y cuatro personas en la ciudad de Acayucan. El llamado “cacique del sur”, luego de perder a su hermano Ponciano, se dedicaba a su equipo de béisbol profesional y se mantenía lejos de los reflectores políticos. Fue precisamente luego de regresar de un partido donde ganó su equipo, que fue emboscado a pocos metros de la sede de su poder, el rancho “El Mangal”, por al menos unas 6 personas que le dispararon a mansalva y todavía se dieron tiempo para darle el tiro de gracia. Hasta el momento sólo está detenido el Inspector de Policía de Acayucan por sospecha de estar involucrado en el asesinato. El homicidio conmocionó al sur de Veracruz y fue notable el desplazamiento de cientos de personas que llegaron a Acayucan a despedir a Vázquez Lagunes.

El 21 ahora habría violencia en contra del gremio periodístico veracruzano: era ejecutado arteramente Roberto Marcos García, director de la revista “Testimonios” (especializada en temas policiacos) cerca del puerto de Veracruz, sin que hasta el momento se sepa algo de sus asesinos. El 23 otra gran pérdida para el periodismo nacional: fallecía Jesús Blancornelas, editor fundador del semanario Zeta Tijuana y especialista en temas del narcotráfico, por problemas de salud.

El 26, un grupo de indígenas que escoltaban a miembros de la APPO provenientes de Oaxaca, tomaron por unos momentos la radiodifusora Radio Lobo, de Minatitlán, ocasionando los arrestos de una ciudadana francesa naturalizada mexicana, así como de diversos líderes indígenas de la región. Ante lo que se preveía como la radicalización por el actuar de la policía del estado, todos los detenidos fueron liberados.

El 30 aparecería ejecutado de dos tiros en la cabeza, el cuerpo de Adolfo Sánchez Guzmán, reportero de Televisa, quien había desaparecido en días pasados en Nogales. En menos de 10 días se daba otro atentado contra un periodista, lo que ya comenzaba a alarmar a los medios de comunicación. De igual forma, se daban las amenazas de muerte y agresiones contra diversos reporteros de la zona Orizaba-Córdoba. El clima de terror no se ha apaciguado.

Más violencia: ejecutan el 4 de diciembre al dizque empresario pollero Samuel Priano, en Acayucan. Posteriormente se sabría que formaba parte de grupos delincuenciales de la zona de Atzalan, donde en días posteriores se llevaría un operativo cuyos informes se han mantenidos herméticos a la opinión pública.

El 13 de diciembre desaparecería el coordinador de la Policía Intermunicipal de Poza Rica, Gonzalo Chong Ortiz, sin que hasta el momento se tenga noticia alguna de su paradero, pese al gran despliegue policíaco en la zona norte del estado para dar con su persona. Se habla de venganza de grupos de delincuencia organizada, de motivos pasionales, pero la verdad es que hasta el cierre de esta edición, no se sabía nada del jefe policiaco.

De hecho diciembre fue un mes muy activo en cuanto a secuestros se refiere: un niño de Atzalan, un joven de San Rafael, un empresario de Coatzacoalcos y el hijo del ex secretario de Salud, Mauro Loyo. Solamente falta por resolver el del joven de San Rafael.

El dos mil seis desgraciadamente tuvo muchas muertes y nota roja que se destacaron en los periódicos, pero no se compara con la clase de violencia que ha sucedido en Michoacán donde van al menos unas 500 personas ejecutadas. El 2006 nos dejó también buenos augurios como la liquidación de la deuda que nos dejó la administración de Miguel Alemán, aunque también se mantiene en duda qué sucederá con tantos casos pendientes del saqueo que la administración anterior hizo a diestra y siniestra.

Veremos que nos depara el 2007.

28 de diciembre de 2006

Conspiraciones fotográficas


Pablo Jair Ortega - pablo.jair.ortega@gmail.com.- (Ya había terminado esta columna cuando recibí la noticia de que mi bisabuela Esperanza Castillo falleció a la edad de 100 años en Tampico, Tamaulipas. Descansa en paz, viejita de cabellos blancos).

En los últimos días se oyen versiones de complots fotográficos en casos importantes y relevantes para la historia política de Veracruz. Casos como el de Javier Gómez “El Potro”, asesinado en marzo de este año que expira, en manos de su esposa Isabel Morales Aguirre, entonces síndico de Minatitlán, y compadre del depuesto líder petrolero Pablo Pavón. También se destaca la reciente y tensa situación que se vive el sur de Veracruz, específicamente en Coatzacoalcos, a raíz del secuestro del empresario Óscar Contreras Ávila, donde salen a relucir que los autores de dichos secuestros son nada más y nada menos que los famosos Zetas, peligroso brazo armado del Cártel del Golfo.

En ambos casos coincide la misma sospecha: la de que habría alguien manipulando la realidad a través de las secuencias fotográficas que se han presentado a la opinión pública de los actores, y que por ende habría un interés específico detrás por ocultar la verdad histórica.

En el caso de la foto de Javier Gómez, se trata de la imagen del cuerpo del ganadero que yace en un piso de lozetas color naranja, en una de las habitaciones de su rancho “Los Javieres”. El cuerpo luce boca abajo, con al menos tres impactos de bala como se ven las heridas sangrantes. Viste una camisa roja a cuadros con un pantalón de mezclilla azul. Al cinturón se le ve la funda para pistola que, según sus cercanos, gustaba de portar una escuadra 9 milímetros, pero que a su lado tiene una pistola revolver, que según la intención, era demostrar que fue la que utilizó “El Potro” para disparar en esos momentos contra su esposa Isabel Morales.

En la imagen que se difundió retocada, se puede apreciar el cadáver del “Potro” sin herida alguna en el cuerpo (excepto una mancha en la pierna) y con la cabeza sumida en un charco de sangre. No aparece la funda de la pistola, ni tampoco el revolver que se plantó ahí.
Algunos medios de comunicación efectivamente rediseñaron la fotografía donde yacía el prominente ganadero-empresario (propietario de una Hummer que alguna vez embistió un taxi en la avenida Justo Sierra de Minatitlán porque no le daba el paso). El retocado se manifestó justo al día siguiente del asesinato de Javier, dado a que las fotos eran exclusivas de Sotavento Diario de Minatitlán, tomadas por el reportero Omar Vázquez Valencia, pero obtenidas por otros periódicos a través del sitio web de Sotavento, que en esos momentos informaba en tiempo real de los sangrientos acontecimientos.

La foto se había retocado tanto para borrarle el sello de agua que contenía la foto (un logotipo de Sotavento Diario) que suprimieron detalles importantes de la escena, como la pistola y la funda, sin nunca aclarar que la imagen había sido retocada y dando pie a que se interpretara una manipulación de la realidad.

No se puede afirmar que haya intenciones de un medio de comunicación para alterar la realidad a través de una fotografía que ya ha sido publicada como es originalmente, ni mucho menos asegurar que haya una conspiración para así influir en la opinión pública y en la resolución del proceso judicial que se le persigue a Isabel Morales Aguirre como presunta asesina de su marido, aunque es conocido que la escena del crimen sí fue alterada por gente cercana a la conocida “Potra”, como el caso de que el entonces Inspector de Policía Ronaldo Smith habría ocultado las armas del crimen, así como ser cómplice de la versión infantil de que un “empleado” del Potro se le fue encima porque éste estaba como energúmeno, donde también participó el depuesto líder petrolero Pablo Pavón.

Es cierto que alguien se aprovecha de ciertas realidades manipuladas y no se duda que hasta se exhiba como prueba de inocencia una foto manoseada: por su supuesta honestidad, desde un inicio la señora Isabel Morales ha gastado millones de pesos para presumirse inocente.

Ahora en el caso de los presuntos Zetas que están atrapados en Coatzacoalcos, se habla de que el presentado ante los medios de comunicación no coincide con algunas de las fotografías donde se aprecia una persona con actitud altiva, entradas discretas en el cabello y andar de pantera, a diferencia de un sujeto con la mirada asustadiza, complexión obesa y cabello tupido que se ve en las imágenes del presunto zeta Erick David López Priego.

La realidad de las imágenes del presunto zeta Erick David es que detrás llevan un dejo de complicidad, corrupción y gran temor por lo que pueda ocurrir si un periodista, funcionario o policía se mete con uno de los Zetas (que ya son todo una leyenda por su escandalosa presencia con camionetas de marca con gente armada hasta los dientes e impunidad garantizada). Las amenazas a periodistas por publicar la foto del “zeta” provienen de la protección que obviamente les dan rincones de las estructuras del poder oficial a este grupo armado: uno no se explica cómo los famosos “zetas” se desplazan desde Tabasco a Veracruz con una facilidad impresionante, o que porten armas de alto poder y nadie sepa nada al respecto.

A estas alturas pueden confundir mucho un par de fotos como las de Javier y Erick David. Las realidades manipuladas pueden influir mucho en la opinión pública y confundir a quienes hemos dado seguimiento a estas lamentables noticias; pero lo que no es admisible es la manipulación de la verdad histórica, a la cual deben estar avocadas las autoridades ministeriales para investigar a fondo y dar conocer a la sociedad veracruzana preocupada por su seguridad. En ambos casos está como vértice la Subprocuraduría de Justicia en la zona sur, a cargo de Tomás Cristóbal Cruz, quien no ha aclarado (debemos suponer que por temor, porque sería absurdo que admitiera estar colaborando con los delincuentes) ni los asuntos de “La Potra” ni tampoco el caso del zeta detenido.

Lo que no se entiende, es que pareciera que hubiera una contradicción en las políticas de seguridad del gobierno del estado: si por un lado se saben de exitosos operativos de la policía estatal, por el lado ministerial están quedando muchos pendientes y cosas confusas que sólo los mandos deben aclarar. No puede haber elementos del gobierno que pareciera que protejan a la delincuencia, mientras otros exponen la vida por hacer cumplir la ley.

No es posible que en estos momentos figure más la confusión y no un definimiento claro de la autoridad en casos tan delicados que no deben quedar impunes. El caso de “El Potro” sigue rezagado, mientras los mandos en la Procuraduría se hacen bolas con si la susodicha “Potra” está en el país o ya salió de él; o que se ande paseando en la zona sur, como así lo han atestiguado varias personas; o de plano se siga comunicando con funcionarios del ayuntamiento de Minatitlán.

El caso del Zeta es más delicado: se sabe de la presencia de dicho grupo y su operaciones gracias a que hay elementos que cumplen su juramento de hacer cumplir la ley, y también por periodistas que, sin arma alguna más que su pluma, exponen con valentía su compromiso para informar el estado que guardan las cosas en Veracruz con la versión que muchos políticos prefieren censurar.

Ya debe haber una aclaración, las dudas solo crean sospechas.

11 de diciembre de 2006

El mito de la reconfiguración en Minatitlán

Pablo Jair Ortega - pablo.jair.ortega@gmail.com

El mito de la reconfiguración es sinónimo del cuento demagógico progresista que la clase gobernante insiste en repetir. En cuántas ocasiones se ha escuchado la palabra “progreso” en el típico discurso del jefe político: desde el presidente de la república, el gobernador hasta el presidente municipal, lo que en la realidad se traduce en poco o casi nada.

Desde finales del sexenio de Ernesto Zedillo ya se hablaba del proyecto de la necesaria modernización, ampliación y actualización de la refinería “Lázaro Cárdenas” en Minatitlán, lo que finalmente se concretó en el sexenio de Vicente Fox tras largos anuncios y conferencias de prensa en el sentido de “ahora sí va en serio”.

Llega la reconfiguración a Minatitlán, y entonces la clase política interesada y oportunista comenzó a propagar que serían los años de las vacas gordas después de temporadas anquilosadas; que ahora sí se venía el progreso de Minatitlán en cascada y habría mucho dinero proveniente de megaempresas y ultracompañías que trabajarían en la factoría.

Pero las recientes declaraciones del presidente de la CANACO local, Ignacio Trujillo, en el sentido de que para nada se ha beneficiado el comercio local, derrumba ese discurso oficialista.
Los comercios locales no sólo han visto como las empresas beneficiadas con la reconfiguración se proveen de materiales a otras empresas foráneas ya designadas desde las oficinas corporativas en la Ciudad de México (u otras ciudades), sino que además están siendo víctimas de alevosos atracos y exigencias por demás burdas.

Y es que no son pocas las compañías que trabajan en la dichosa reconfiguración que han llegado a las tiendas de la zona para exigir un “certificado de calidad” sobre sus productos, como principal pretexto para la adquisición de material de trabajo. En un principio, por ejemplo, las empresas de material de construcción tuvieron el beneficio de los primeros trazos en la reconfiguración de la refinería, pero luego de la instalación de la planta de CEMEX en la zona (donde se fabrica concreto) las compañías comenzaron a pedir el famoso “certificado de calidad” a las empresas locales y finalmente les dejaron de comprar cemento.

A esto súmese grandes irregularidades en empresas que tratan alevosamente de sacar ventaja de ser foráneas, con actos de sobrefacturación, expedición de documentos falsificados, e incluso la modalidad de “depósito bancario en línea” donde algunos comerciantes locales han detectado intentos de fraude: empresas que solicitan algún producto o servicio y pagan vía transferencia electrónica, sin que en la cuenta del comerciante aparezca dicho depósito, lo que argumentan las empresas foráneas diciendo que hay un retardo de 24 horas en la actualización de los movimientos bancarios.

Esto sucede con al menos una empresa proveniente de Orizaba, que le renta a la empresa Soriana los espacios del estacionamiento para la instalación y mantenimiento de gasolineras.
Ya no digamos de las principales quejas entre el comercio organizado de Minatitlán, referente a que los servicios como hospedaje se concentran en Coatzacoalcos. Que de igual manera el único beneficiado curiosamente, es el hotel del centro que hasta la ignominia niega Pablo Pavón (líder petrolero recientemente jubilado) como de su propiedad, aunque sí lo benefició con obra pública al crearle una calle privada y un parque.

Es claro también que las expectativas de los anuncios oficiales de progreso siempre serán exageradas. Los viejos comerciantes de Minatitlán sabían desde un inicio que la reconfiguración cuando mucho beneficiaría a las grandes corporaciones que ganaran las licitaciones de la reconfiguración, mismas que traen a pequeñas empresas con las que ya han trabajando antes. Que a lo mucho solamente se aprovecharía la mano de obra local, misma que ya comienza a resentir despidos por la entrega de los trabajos en los próximos meses.

Tal vez cabe criticar el porqué los comerciantes organizados en Minatitlán no previeron invertir en sus propias empresas para actualizarse y estar a la par de las necesidades de las corporaciones, pese a que se antojaba como algo incierto: las instalaciones de nuevas empresas de mayor capital del ramo constructor ya se edificaban desde antes de la inauguración de los trabajos de la reconfiguración en mayo del 2003. Era obvio que la competencia iba a estar fuerte (inclusive desigual), y que se necesitaba de una mayor organización para combatir a las empresas provenientes de otros estados.

Tampoco hay que dejar de lado la desidia de los últimos nefastos gobiernos que han puesto a Minatitlán en alto en el tema de la corrupción: no ha habido en los últimos años un gobernante visionario que hubiese previsto los requerimientos de una ciudad que pueda ofrecer más allá de un malecón apestoso, lleno de tugurios de mala muerte y prostitución sin control; o servicios básicos como la pavimentación de algunas calles u obras de reparación en los principales accesos de la ciudad. El caso de la avenida Ávila Camacho (que se preveía como la “magna” obra del trienio del actual alcalde Raúl Morales) sólo se ha convertido en el monumento más grande a la corrupción, desfalco y robo descarado.

Para esto, lo único que ofrece Minatitlán son mercados sucios, cantinas y cervecerías para los obreros, decenas de OXXO que se instalan como muestra del gran alcoholismo que hay en la región y un gobierno incapaz e inútil que no sabe de la riqueza que tiene para administrar.

Tampoco hay que olvidar a los gobiernos estatal y federal que prefieren impulsar zonas de preferencia de alta productividad económica, olvidándose de municipios que tienen que enfrentar por sí solos al tan anunciado progreso sin arma alguna. No sabemos en qué se base la preferencia, porque se supone que Minatitlán es una ciudad importante para Veracruz y para México por tener la refinería más antigua del país.

A final de cuentas, el mito de la reconfiguración es como el cuento de “Pedrito y el Lobo”: sumamente infantil.

4 de diciembre de 2006

Corrupción mata periodistas

Pablo Jair Ortega - pablo.jair.ortega@gmail.com

No se concibe la idea de que estemos cerrando el 2006 con periodistas 2 muertos en Veracruz en un lapso menor a un mes. Que casi fueron tres las víctimas fatales en los últimos días con las que ya se comenzaba a voltear con ojos inquisidores de respuestas a los integrantes de las altas esferas del gobierno: ¿De qué se trata? ¿Por qué de repente están matando a periodistas?

Las reacciones inmediatas ante una inminente y creciente protesta pública de los comunicadores fueron las detenciones de los supuestos asesinos de Roberto Marcos García y Adolfo Sánchez Guzmán. Qué bueno que se tenga avance de esta naturaleza, pero que malo que haya sido el resultado tan inmediato dado a que los dos periodistas murieron en el mismo mes, con una diferencia de menos de 15 días: un escándalo para el gobierno, sobretodo cuando Sánchez Guzmán estaba entre las filas de Televisa.

Mientras tanto, los casos más conocidos internacionalmente --que son los de Raúl Gibb y Jesús Sandalio Mejía--, siguen en la penumbra. Reporteros Sin Fronteras, el organismo de defensa de periodistas con mayor prestigio en el mundo (con sede en Francia) incluso dedica un espacio en su página inicial de Internet a la desaparición de Jesús Sandalio Mejía.

Aquí en Veracruz, ni siquiera un ápice de avance en investigaciones pese a los señalamientos periodísticos en torno al contubernio entre políticos, policías y narcotraficantes que operan en la zona norte de Veracruz, mismo que Sandalio y Gibb llegaron a señalar en sus medios. En el caso del director de La Opinión de Poza Rica ya se han filtrado los nombres de quiénes podrían ser los responsables de su cobarde asesinato, pero resulta que hasta a los investigadores de la Procuraduría General de la República (que tomó el caso a raíz de que se descubriera que las usadas en el asesinato del director de La Opinión de Poza Rica eran de grueso calibre) han sido cambiados de plaza inexplicablemente.

Se subraya: qué bueno que estos últimos casos parecen resolverse favorablemente para la justicia de los periodistas; qué malo que haya sido en el marco de que la opinión pública comenzaba a cernirse sobre las autoridades de un estado que se cacarea como “seguro”.

¿Pero quién está ejecutando a periodistas?, o por lo menos ¿quién está solapando dicha cacería?, ¿quién los protege?, ¿por qué tanta facilidad para asesinar en el estado? Sencillo: la gran corrupción de Veracruz promovida por su clase política.

En la tradicional y larga fila de generaciones de políticos que han gobernado o han formado parte del sistema de gobierno en Veracruz, se ha generado un fenómeno de grupos que se reparten el poder estatal y regional de acuerdo a los tiempos: es decir, si bien en el pasado sexenio de Miguel Alemán se beneficiaron ciertos políticos del estado afines al grupo alemanista, en este periodo de Fidel Herrera ahora se notan grupos diferentes en las áreas de gobierno; aunque por lo menos desde hace unos cinco sexenios atrás son las mismas caras las que vemos siempre en los periódicos.

Bien lo decía el tuxpeño Garizurieta: “Vivir fuera del presupuesto es vivir en el error”, y esa máxima se ha convertido en algo así como la piedra angular para quienes nunca salen del “servicio” público; ya sea como funcionario de gobierno o con un puesto de elección popular. Por eso no es raro que haya personajes que repitan en cada sexenio y en diferente cargo, así sea de policía, director de seguridad social, subsecretario de asuntos sin importancia, regidor en su ciudad natal, consejero jurídico, jefe de asesores, delegado, etc., con el fin de repartir la mayor cantidad de cuotas a personajes claves ya sea para la operación política, ya sea por el simple hecho de ser alguien cercano al gobernante en turno.

El problema es cuando áreas como la de seguridad se han vuelto vulnerables por el nombramiento (por causas desconocidas) de personajes que nada tiene que ver con la materia policíaca: ahí tienen a José Gabriel Pérez Gutiérrez, quien de regidor del puerto de Veracruz, pasó a ser nada más y nada menos que el jefe de la Policía Ministerial del Estado.

Pero la corrupción no ha sido sólo en la repartición de puestos: gracias a este tradicional sistema de “coloco a mis cuates en donde quiera”, no se debe olvidar ese eficiente mecanismo perpetuado por el PRI para la vulgar tranza financiera: la recolección de dinero desde el nivel más bajo del organigrama hasta lo más alto de la cúpula de gobierno, donde el agente de Tránsito tiene que “reportarse” con el jefe de Servicios, el jefe de Servicios con el delegado, el delegado con el director, el director con el subsecretario, el subsecretario con el secretario particular del secretario, y el secretario con el que manda.

Imagine algo de esa dimensión en una dependencia más propensa a actos de corrupción de colosales repercusiones, con problemas más serios y de mayores dimensiones como Seguridad Pública. No es creíble que en Veracruz entren o radiquen en el estado grupos de sicarios armados (como los que mataron al alcalde Ixtepec, Neguib Tadeo, cerca del puerto de Veracruz; o a Cirilo Vázquez Lagunes, en Acayucan) sin que un sólo policía tenga conocimiento de su presencia. Simplemente basta saber que la población civil muchas veces es la que da la alerta a los medios de comunicación de la presencia de gente extraña en sus comunidades. “Gente con camionetas de lujo y aspectos de narco”, como la mayoría de las veces se atestigua.

El hecho de que se maneje a cada momento de que a Veracruz sólo viene a delinquir gente de otros estados, es admitir entonces que hay una gran ineptitud para vigilar las carreteras, los poblados, las rancherías, y todo camino que conduzca y salga de la entidad.

Vea usted lo que pasó en Coatzacoalcos: un grupo de secuestradores toma a una conocida mujer y a sus hijos, pero como en ese momento estaban todos los mandos policíacos en la zona sur por la presencia del gobernador, los delincuentes no tuvieron otra más que abandonar a las víctimas para huir sin problemas ante la gran intimidación que realizaron las corporaciones policíacas en dicho puerto. (Sólo que al final salieron con la batea de babas oficial de que los secuestradores se habían equivocado de víctima, cuando podían haberse anotado un éxito en materia de seguridad).

Pero cómo esperar que la misma policía sea la que avise de la presencia de delincuencia organizada en su jurisdicción, cuando ella misma la protege: en el ámbito municipal, en Coatepec, en la calle Juan Soto, los policías llegaban hasta la casa de un distribuidor de droga solamente a estirar la mano por el portón. En Minatitlán, en una tienda de abarrotes que se llama “La Botica” por el rumbo de La Bomba, pasan los policías municipales con los tenderos y no precisamente a comprar Cheetos.

Ahora podemos por lo menos tener una idea de la clase de ente poderoso e impune al que se está enfrentando el gremio periodístico: uno protegido por titulares de Seguridad Pública y Ministerial que no tienen tablas como policías, con un cuerpo infiltrado por elementos desleales a su función social como protectores de la población. No por nada protestan en Minatitlán por la designación del nuevo inspector de Policía, pese a los lamentables antecesores como Ronaldo Smith y Freddy Escobar, elegidos por caprichos políticos de los gobernantes en turno, y con consecuencias lamentables como cuando Ronaldo protegió a Isabel Morales, ex síndico de Minatitlán, cuando mató a su esposo; o Freddy Escobar con comandantes como Rafael Huerta que golpean a los detenidos o que encañonan a los juniors para sacarles dinero.

De lo que sí no tenemos ni siquiera la menor idea es de la fuerza y grado de penetración al que ha llegado la delincuencia en el control de los cuerpos de Seguridad Pública en el Estado.

Ojalá no sea muy profundo y recule.

28 de noviembre de 2006

Raúl, un alcalde pusilánime

Pablo Jair Ortega - pablo.jair.ortega@gmail.com

Ya se veía venir desde la manera en que se llevaron a cabo las elecciones locales para el periodo 2005-2007: el candidato del PRI a la alcaldía de Minatitlán sería supuestamente definido a través de una encuesta entre los simpatizantes del tricolor, a propuesta del “jefe político” Pablo Pavón.

La candidatura del PRI por la presidencia municipal de Minatitlán (2005-2007) era disputada por la sociedad no petrolera a través de Robinson Uscanga, diputado local en la pasada legislatura. Entonces la “empresa encuestadora” propiedad del Inspector de Policía de ese entonces Normando Bustos Berthau (un funcionario policíaco resultaba ser estudioso de Warren Mitfosky) daría a conocer quién iba a ser el aspirante del PRI.

Los resultados: que Raúl Morales Cadena, entonces tesorero del sindicato petrolero, resultó ser el “mejor candidato”, pese a la labor que Robinson venía desempeñando en su función como legislador y a su precampaña con gran simpatía entre la población. Los resultados de dicha empresa los desconoció el ex legislador local ante el evidente capricho de Pablo Pavón por imponer a Morales Cadena como candidato; Robinson renunció entonces al PRI y decidió jugársela por la alianza Unidos por Veracruz, compuesta por el PRD, Convergencia y PT.

Ahora competían los más fuertes candidatos: uno contando con la simpatía de la sociedad civil, y el otro agraciado con la estructura partidista controlada por el sindicato petrolero y encabezada por Pablo Pavón. El ganador de los comicios fue Raúl Morales Cadena, en medio de un proceso electoral poco claro, donde los mapaches priístas patrocinados por el sindicato petrolero se encargaron de intimidar a los votantes.

Comienza su mandato e inmediatamente se vio quién mandaría en el palacio municipal, con todo y la bendición del padrino político Pablo Pavón: no era Raúl, sino Isabel Morales Aguirre, síndico y esposa del desaparecido ganadero Javier Gómez Gutiérrez, compadre de Pavón Vinales. Comenzaría la historia del peor trienio que ha tenido Minatitlán. Grave en cuanto a escándalos, fraudes, desfalcos y un alcalde sin carácter.

No sólo Isabel tomaría el poder y el mando del ayuntamiento, sino que sería el medio para los intereses del trío Gómez Morales-Pavón Vinales al tener el control de la policía municipal, al igual que sobre las obras públicas y demás recursos. La intención: más allá de robar descaradamente, era beneficiar a través del ayuntamiento a los negocios y empresas que Pablo Pavón y sus compadres comenzaban a establecer en Minatitlán.

Pese a la voracidad de este trío, Raúl Morales sólo se quedaba callado, haciendo como que gobernaba, siendo cómplice por omisión y vista gorda de los grandes desfalcos cometidos contra el ayuntamiento. A sus más cercanos colaboradores les decía “no se metan con esa gente”, solamente por el afán de no tener problemas.

Pasa la tragedia del 3 de marzo de 2006, cuando Isabel Morales Aguirre (ya embriagada de poder) mata a su esposo Javier Gómez Gutiérrez en su rancho “Los Javieres”, por causas todavía desconocidas. Como ya lo hemos mencionado anteriormente en esta columna, parecía la oportunidad para Raúl Morales de ahora sí tomar las riendas de la administración municipal y dar a conocer la manera en que Morales Aguirre lo tenía ahogado, con la venia de Pablo Pavón.
Pero Raúl prefirió seguir callado: como un extraño sentimiento masoquista de no darse cuenta que el único responsable de lo que sucede y suceda en el ayuntamiento, es y será él.

Desde entonces, ya a nadie le intriga el porqué Raúl ha dejado abandonada la administración municipal. Rara vez se para por el palacio, no recibe a nadie, ni siquiera las llamadas telefónicas del gobernador. Las únicas veces que se le ha visto, ha sido en las fotos de Comunicación Social, y eso, a veces, porque luego manda a los actos a un representante.

Y es que pese a que Isabel Morales anda huyendo de la justicia por el homicidio de su esposo, de que a Pablo Pavón le retiraron todo el poder del sindicato petrolero jubilándolo de su puesto de obrero comisionado, Raúl Morales Cadena no reacciona, actúa de manera extraña y se esconde más: se le ve tímido hasta con su propia gente.

Es increíble la manera en que no sólo ha perdido el piso Morales Cadena, sino la gran irresponsabilidad con la que ha dejado abandonada la administración. Ha tenido infinidad de ocasiones para hablar con la verdad y verse por lo menos íntegro en su dignidad como primera autoridad del municipio.

No obstante, calla. Todavía le ordenaron colocar como inspector de policía a Freddy Escobar Huervo, ex delegado de Tránsito, gente muy cercana a Pablo Pavón; tanto así que le ha sostenido dos patrullas de modelo reciente para ser los guardaespaldas personales de los hijos de Pavón Vinales. Todo con la complacencia del alcalde.

A estas alturas, Raúl Morales Cadena ya no tiene pretexto alguno para explicar porqué no ha dejado ser simple parapeto de su padrino Pablo Pavón, ni porque todavía sostiene a gente clave del trío Gómez Morales-Pavón Vinales en la administración municipal. Ni siquiera puede decirse amenazado de muerte, porque entonces no ha tenido la valentía para denunciarlo. No se concibe que una alcaldesa de Atzalan, por ejemplo, haya denunciado con gran valentía la presencia del narco en su región, y que Raúl Morales Cadena no tenga los pantalones para denunciar que está amenazado de muerte por parte de grupúsculos remanentes bajo el control de Pablo Pavón e Isabel Morales.

La verdad es que ya no es sólo la timidez, ni la desidia, ni la irresponsabilidad de dejar plantados a mandos policíacos estatales que llegaron a Minatitlán el sábado pasado a destituir a Freddy de la Inspección de Policía: Raúl se acobardó y como regularmente sucede, se escondió y sostuvo como jefe policiaco a Freddy; no fue hasta que los mandos de Seguridad Pública le insistieron en la destitución de Freddy Escobar, que este pasado lunes lograron convencer al alcalde de tan necesario cambio en la Policía Municipal.

A Raúl Morales Cadena ya lo rebasa la pusilanimidad. ¿Qué comunicará ahora en su segundo informe de gobierno? Sólo falta que también se esconda.