27 de enero de 2010

Para hacerse pendejo extrañando

Para hacerse pendejo extrañando
no se requiere ser poeta, ni tampoco pendejo.
Se necesita una musa, más joven que uno,
blanca, cabellos rizados, 10 años menos.
Una que te regaló una sonrisa diaria
porque era medicamento cardiovascular.
No necesitas distancia corta, ni sexo:
sólo su cara, presente, ausente, indeleble.
Sólo sus manos que huelen a fruta
rozándote la cara.
Tus dedos que tocaron la suya
y cambiaron tus huellas digitales.
Puedes fingir que no hay nada,
que comes bien, vives bien,
ves pornografía como si nada,
fingir que su cuerpo ya es olvido
aunque allá en el fondo es recuerdo.
Para hacerse pendejo extrañando
puedes sumirte en la locura,
estar patológicamente desequilibrado de la mente,
hablar sólo mientras defecas,
mientras te bañas,
mientras caminas pensando en ella,
inevitablemente sin dejar de verla,
ya sea en la banqueta,
en las paredes pintarrajeadas,
o allá arriba donde está nublado.

20 de enero de 2010

Muere la arquitectura jarocha

Pablo Jair Ortega - pablojairortegadiaz@gmail.com.- Una reciente visita a la ciudad de Córdoba, nos dice que su patrimonio histórico prácticamente se ha reducido a unas poquísimas cuadras del centro de la ciudad: la "modernidad" se ha comido al colonialismo.

Para quienes tienen más tiempo viviendo en la Ciudad de los Treinta Caballeros es claro: es cierto, ha crecido el comercio, pero en el marco de la industrialización se han dedicado más a construir locales cuadrados con su respectiva cortina de acero… y ya.

En Coatepec, es de ley que si se construye algo cerca de la zona del centro, tiene que ser de acuerdo a las especificaciones de arquitectura colonial; incluso negocios nuevos tienen que adecuar sus fachadas --por lo menos—al estilo que caracteriza al pueblo mágico. El Oxxo de la entrada tuvo problemas en su construcción por lo mismo, porque no cumplía con los requerimientos técnicos (y que todavía no los cumple, pero el progreso es el progreso).

En el Pueblo Mágico tienen el cuidado y costumbre de honrar a sus ciudadanos distinguidos: en las casas se pueden ver las placas conmemorativas referente al nacimiento de Joaquín Ramírez Cabañas, o de María Enriqueta Camarillo; la casa donde vivió Carlos A. Carrillo en su cúspide como eminente pedagogo.

Xalapa es el mayor ejemplo de preservación. En la zona centro existe esa cultura, esa conciencia por mantenerse de alguna manera intactos en el tiempo. Sí, hay un estacionamiento que ni al caso detrás del Palacio de Gobierno, pero la capital y las ciudades alrededor mantienen viva su historia.

El centro es precisamente la zona donde más se cultiva esa visión de mantener intacto o cuidar los edificios antiguos que tanta presencia y vista le dan a los pueblos. En Paris, si no mal recuerdo en una de esas tantas desveladas viendo el Nashional Jeografik o el Jistori Zhanel, recuerdo haber oído un decreto para que la ciudad siga construyéndose al estilo antiguo, y mire que hasta el día de hoy es considerada una de las ciudades más bellas del mundo y con muchos ingresos por turismo.

Turismo. Eso es clave. A los pueblos cercanos a Xalapa se va para ver las casonas antiguas con sus patios internos y las calles empedradas. Donde de plano ha prevalecido la idea muy subjetiva de modernida’ ha sido en Minatitlán: allí son escasos los edificios que se conserven del pasado identitario. Según la visión de cada gobernante es como ha ido cambiando la arquitectura del lugar. ¿Rescate de espacios históricos? Jaja, nel, como la medicina pa’ las patas: no hay, no existe. Las casas de 100 años construidas por los ingleses hoy son exclusivas de las boñigas grandes de PEMEX.

Hace unos años se alertaba que Tlacotalpan también se estaba uniendo al club de las ciudades que iban perdiendo su arquitectura tradicional. Sería el colmo, pues es el pueblo --junto al puerto de Veracruz-- que más nos pinta como jarochos.

El puerto, con todo y su playa escatológico olor, tiene al Baluarte de Santiago y a San Juan de Ulúa como íconos jarochos merecedores de ser preservados. El Parque Zamora y su reconstrucción ha sido motivo para que organizaciones sociales protesten ante la "modernización" de dicho parque.

Al norte, Pánuco, Chicontepec y Tantoyuca conservan por ahí algunos edificios. El Tajín ya sería el acabose si desapareciera y no dudamos que hasta ocasione el coraje del Dios Trueno.

Papantla de plano perdió lo de Pueblo Mágico: problemas de ambulantaje, organización civil y diversas disposiciones oficiales no se cumplieron y la capital mundial de la vainilla y los voladores perdió su calidad de mágica. Desde 2006 obtuvo esta certificación, pero sólo le duró el gusto tres años. Ahora Zozocolco busca la denominación de Magic Town.

La realidad es que así como no hay protección oficial --INAH, autoridades locales-- tampoco hay voluntad popular para adornar o mantener los edificios con una perspectiva más allá de cajón con puertas y ventanas. Los palacios municipales son los reflejos de cómo la ciudadanía o los sectores organizados tienen luz verde para hacer urbanismo a su modo. En el sur, el de Acayucan es el que más destaca.

Hubiese estado bien que se conservaran en las ciudades algo que poder presumir como parte de nuestro pasado, sobre todo en poblados con verdadera historia. Aún con desconocimiento de causa ante un estado tan gigantesco, podemos decir que Córdoba es el ejemplo de lo que no debe suceder en aras de la modernización urbana y el mentado progreso que tanto nos prometen.

El hecho de que se instale un comercio o industria, no debe ser argumento para exentarles de cuidar el entorno, aunque sea arquitectónico.

Así como vamos, a ver si podremos presumir de los "millones" de turistas que nos visitan cada año en el futuro.

15 de enero de 2010

Corazón Valiente, Rojo y Fidelista


Que así pasó más o menos frente al penal de Allende, pero en lugar de color azul, era rojo

Pablo Jair Ortega - pablojairortegadiaz@gmail.com.-
Cuadrillas de soldados vestidos tradicionalmente como en las altas tierras de Zongolica, Soteapan y Huayacocotla; portan sus tradicionales escudos antimotines. Disfraces color negro cuya leyenda en la espalda se lee POLICÍA DEL ESTADO DE VERACRUZ ESPECIALIZADA EN DESALOJO DE CÁRCELES DONDE HAY HACINAMIENTO Y SE VAN A FILMAR PELÍCULAS DE MEL GIBSON.

Ahí estaban en fila, con sus legendarios toletes en las manos.

Frente a ellos cientos de bárbaros también ataviados de lucha: Lucha Díaz, Lucha Vega, Lucha López, Lucha Pérez, todas con sus sandalias pata de gallo Calzaletas, abanico pa’ el calor y faldas escocesas que más bien parecían manteles o cortinas oaxaqueñas.

Las hordas bárbaras comienzan a acechar con gritos nórdicos de guerra: “¡Ora hijo de tu repipinchamaco, suelta a mi primo El Ferras!… ¡La bebes o la derramas forever! ¡Ferras, I love you, atentamente La Mimosa!”.

La vieja construcción colonial está fuertemente resguardadas por las tropas del Rey Fide I El Fiel, aunque los bárbaros estén siendo apoyados por los abogados Téllez Marié y Vaca Betancourt…

¿Cómo está eso de que van a desalojar el penal de Allende nomás porque viene a filmar “How I Spent My Summer Vacation”? O las peripecias de un habilidoso criminal que es confinado por las autoridades mexicanas en una peligrosísima cárcel autóctona en la que tendrá que sobrevivir entre traficantes de droga y peligrosos asesinos que serán sus enemigos, y su único aliado es un niño de 9 años.

El rodaje comienza en el mes de marzo en Veracruz y San Diego. ¿Qué casualidad no?

El duelo es frente al penal de Allende. Las gaitas… pos no llegaron, y se conformaron con jarana y rimas del jaranero solitario.

Por un lado, los bárbaros impidiendo que sus familiares presos en el penal de Allende sean desalojados –disculpe aste’– porque van a filmar una película jolygüdense. Del otros, los polis comandandos por unos cuantos nobles esperando a William Wallace Esquer.

Entonces llega el héroe en un cuaco de la montada. Da un discurso emotivo a todos sus polis de porque es necesario desalojar el penal de Allende, ante la llegada del amigo del gober que quiere a la de a huevitos con jamón filmar ahí.

“Ellos podrán bloquear el penal de Allende, pero nunca bloquearán a Mel Gibsooooooon”, es el grito alentador al final de tan retórico mensaje… Y toda la raza exclama “Waaaaaaa… Fidel… Fidel… Fidel”.

Y ya, se acabó el efecto del cigarrito.

13 de enero de 2010

Jodidos, pero felices



Pablo Jair Ortega - pablojairortegadiaz@gmail.com.- El reciente estudio de la organización World Database of Happiness nos muestra que somos el séptimo país más feliz del mundo, y no puede ser el mejor epíteto de nuestra realidad.

"Viva mi desgracia", encarnizada por Pedro Infante e interpretada por Javier Sólís --íconos de nuestra feliz amargura-- se queda atrás. "No vale nada la vida, la vida no vale nada" dice José Alfredo… Y así podemos hacer toda una lista de pesimismos nostálgicos que nos alimentan con alegría el alma.

Una amiga que radicó recientemente en Ciudad Juárez comentaba que extraña mucho regresar a esa fronteriza ciudad, así como está con su violencia hoy legendaria, sus sanguinarios escenarios policiacos; la extraña porque fue una ciudad que le abrió las puertas a emplearse y ganar bien, cuando entonces la industria maquiladora era la esperanza de miles que viajaban al norte.

Ella misma platicaba la vida nocturna de Juárez puede darse el lujo de asistir a discos, antros, bares y pasar una noche "normal"… Normal en el parámetro de que una persona es "levantada" por un comando armando al interior de dicho establecimiento, los parroquianos se congelan del miedo, todo mundo voltea a donde sea, menos a la cara de los agresores; y dejar que se lleven al secuestrado; llega la policía, hace como hace algo y todo mundo sigue en la panchanga.

Sí, ya para algunos parroquianos en Juárez es normal. La frontera en general tiene el mismo padecimiento; son normales los balazos, la sangre y claro --me corto uno-- que se puede ser feliz. No por nada hay amigos más agradecidos con Tijuana y Ciudad Juárez que con la tierra que los obligó a migrar.

Está más que remarcado que somos el segundo país en el mundo que más mata periodistas. Ni siquiera el villano Chávez, o el dictador Fidel, o la guerra de Irak han matado a tantos reporteros como en este país donde prevalece el cacique ignorante que describen Los Tigres del Norte en el "Jefe de Jefes", como juglares épicos de una persona que se debe hacer respetar: "Porque a mi el periodista me quiere, y si no mi amistad se la pierde"… Chido.

Somos el México donde actualmente se vive una de las crisis más graves de los últimos años, los precios han subido y el salario mínimo mantiene su nivel paupérrimo (algo así como "pa’l perro"). "Mira, Bartola, ahí te dejo estos dos pesos, pagas la renta, el teléfono y la luz… Ya vas", es con lo que alegremente Chava Flores nos dice como nuestra miseria puede tener algo de gracioso y destacar la gran administración que tienen las amas de casa mexicanas, quienes fácil saben más de finanzas que los economistas fufurufos que salen en la tele.

Pepe El Toro y los Tigres nos vuelven a enfatizar que está bien ser pobre: que somos más felices; que no es necesario tener dinero porque eso no significa la felicidad; que los ricos mueren en helicópterazos, son susceptibles al secuestro. En este caso, mi tío Carlos Slim debe ser el ser más miserable de México.

Sólo nos queda satirizar humorísticamente a nuestra clase política, porque la justicia en este país permanece impávida con ella. Que si un niño en Coatepec es atropellado por el sobrino de una familia potentada, nos tenemos que conformar con una sonrisa que nos arranque la tele. Que si un político se hincha de dinero de la noche a la mañana, nos tenemos que conformar con hacer caricaturas de él.

El estudio de la WDH coloca a Costa Rica como el país más feliz del mundo, seguido de Dinamarca, Islandia, Suiza, Canadá, Noruega, México, Finlandia, Suecia, Panamá, Luxemburgo y Colombia.

Debe ser. ¿Quién no sería feliz viendo los videos exquisitamente eróticos de Shakira? ¿Oír la voz de niña de Björk? ¿La salsa de Rubén Blades? ¿Ver la libertad de Ariel Rebel que Canadá le provee?

¿En México por que no deberíamos de ser felices? Es lo único que nos queda ante tanta desgracia.

Implacable frío xalapeño

Pablo Jair Ortega - pablojairortegadiaz@gmail.com.- Más allá de la fuerte gripa que me azota, el frío en Xalapa ha sido igual de despiadado como el calor que los xalapeños no soportaron en abril y mayo. Bien lo decía la vox populi: "Así como están los calores, van a estar los fríos".

En los días recientes se ve por momentos calles completamente desiertas: la gente no quiere salir a la calle… ¿Para qué? ¿A qué demonios se expone uno a sentir como navajas las corrientes heladas? A tener las patas congeladas y húmedas, frías, que se tardan en calentar bajo cerros de cobijas. Los más abusados tienen su talega llena de agua caliente, como se ven en las caricaturas viejas.

Otros compraron sus calentadores eléctricos en forma de ventilador, para ir calentando un poco el ambiente. Hay quienes no se quieren ni siquiera bañar.

Lo peor es el tráfico. Sí, ya sé, los chilangos dicen que a ellos no les pueden hablar de tráfico porque están curadísimos de eso, pero la realidad es que en Xalapa no; había manifestaciones, sí; había granaderos, trancazos y ya, pero no eran tan constantes; los inconformes encontraron ya la formulita ante la ineptitud de los operadores políticos: nomás basta con cerrar la calle Enríquez para generar caos y atención.

Ahora la circulación está atascada de taxis de sobra y camiones que aglomeran en el centro histórico. También la facilidad de conseguir auto, ya sea por moda, por "necesidad", por tener ganas de moverse sin depender de un transporte público amafiado, corrupto, pero sobre todo impune e ineficaz.

¿Así para qué salir al frío? ¿Valdría la pena ir a los Tecajetes para ver a los pececitos? El parque es de los favoritos de los xalapeños, pero con este ambiente siberiano ni para irse a sentar a leer en los kioscos.

¿Ir al cerro del Macuitepetl? Ni pensarlo, allá que se congelen los líderes agrarios y Cándido Aguilar.

Ahora no sólo hay que cargar la mochila para el trabajo o la escuela, también hay que cargar con unos 5 kilos de implementos para el frío: guantes, gorras, chamarras que nos hacen ver pachoncitos, bufandas, doble calcetas, pants debajo de los pantalones, botas, suéter y ropa térmica. Los más aventurados se atreven a cargar con el paraguas e impermeable.

Frío, helado, congelante es el aire de Xalapa. Echarse un cafecito es la costumbre en la capital veracruzana, pero mis respetos para quienes se atreven ahorita a posar sus asentaderas en una cafetería. Les pesa más el hábito cafetero.

Nada como estar entamalado con las cobijas… ¡Achuuuuuuuuuu! Sodamedte esdpedo qe nod sed contagied de gidpa, podqe je jiendte de da made.

4 de enero de 2010

Retenes de pandilleros en Coatepec

Pablo Jair Ortega - pablojairortegadiaz@gmail.com.- El 31 de diciembre del 2009, por radiofrecuencia de los taxis en Coatepec alertaban a los choferes que no entraran por ningún servicio a la colonia Manantiales, ni que tampoco se acercaran a dicho sector. ¿La razón? Pandillas de escuincles que se dieron a la tarea de poner retenes en las calles para detener a los vehículos y pedir cooperación para celebrar la llegada del año 2010.

¿Y la policía municipal? Ni sus luces. Comentan que no es la primera vez que las pandillas juveniles en Coatepec causan desmanes, pero en esta ocasión era inédito que se reportara a las unidades del servicio público que no entraran a determinado lugar para no verse perjudicados con los "retenes".

Insistimos: ¿Y dónde está la policía municipal? Porque así como se organizan para protestar con causas justas como la falta de uniformes, equipo y armamento, salario más digno, nada les costaba también organizarse para ir a verificar qué estaba pasando en la Manantiales, ante la alerta de los taxistas.

El asunto no era temerse como cuando asesinaron al inspector Honorio Gutiérrez Muñoz el 7 de agosto de 2007: los que conocen la Manantiales saben que se tratan de jóvenes no mayores de 20 años que se juntan para alcoholizarse en determinadas esquinas. No son miembros de la delincuencia organizada, así que los policías podrán estar seguros de que no se toparán con cuernos de chivos, ni bazucas ni granadas de fragmentación.

Precisamente por la falta de vigilancia policiaca y ante la permisividad de la autoridad para que a las pandillas las dejen hacer lo que quieran, esas zonas se van convirtiendo en focos predilectos del crimen organizado: semilleros de secuaces, sicarios y vendedores. Que si la autoridad municipal permite que siga creciendo la situación, el nivel de inseguridad se volverá incontrolable.

Ahora que si la queja constante en las últimas semanas de la Policía Municipal ha sido en el sentido de que no tienen herramientas para hacer su trabajo, pues nada les costaría organizarse pidiendo apoyo a corporaciones estatales (la Delegación de Seguridad Pública está en Xico) para realizar rondines en las colonias. Que pese a la presencia de patrullaje del Ejército y Policía Federal, estos no salen de las primeras cuadras que cubren el centro del pueblo mágico.

Y volvemos a remarcar: éstos no tendrían porqué entrar a detener pandilleros, si ese es trabajo de la policía preventiva. No debemos olvidar que ya ocurrió en el barrio de El Dique, en Xalapa (cerca del santuario a la Virgen de Guadalupe) cuando a los maleantes se les ocurrió poner un retén para los peregrinos que iban de visita, llegando la policía intermunicipal y habiendo tres uniformados heridos.

El asunto tal vez tenga más de fondo; la mayoría se trata de niños y niñas alcoholizados con aguardiente de caña que consiguen en las tiendas que existen en el lugar. No se necesita más que presencia disuasiva para evitar lo anterior.

Lo increíble es que pareciera que nadie los ve, pese a que se reúnen en puntos específicos como las colonias Manantiales o Zapata, o se les ve caminando por las noches en bola amedrentando contra todo el que se les atraviese.

A más de un ciudadano se le ha escuchado decir: "Si fuera nada más uno, lo aplaco y pongo en su lugar; lo malo es que son varios y te atacan en manada".

¿A esto le tendrán miedo los polis? Digo, porque verse rebasada de esta manera la autoridad (al menos en Xalapa le entraron al quite) sólo da pie a que los desmanes crezcan de manera creativa: no hay que olvidar que este es el paso hacia la tradicional feria de San Jerónimo, o que también lleva a zonas de ecoturismo y balnearios. Al no haber presencia policiaca, al rato no van a ser retenes para automóviles, sino hasta peaje para peatones.

Coatepec no debe de ser ejemplo para darle ideas a los delincuentes. El divorcio entre la Presidencia Municipal y sus elementos tampoco debe ser motivo para que se descuiden las tareas básicas de seguridad pública, porque entonces estamos hablando de una policía que sólo sirve de parapeto, ni siquiera para enfrentarse contra unos niños embriagados.