20 de enero de 2010

Muere la arquitectura jarocha

Pablo Jair Ortega - pablojairortegadiaz@gmail.com.- Una reciente visita a la ciudad de Córdoba, nos dice que su patrimonio histórico prácticamente se ha reducido a unas poquísimas cuadras del centro de la ciudad: la "modernidad" se ha comido al colonialismo.

Para quienes tienen más tiempo viviendo en la Ciudad de los Treinta Caballeros es claro: es cierto, ha crecido el comercio, pero en el marco de la industrialización se han dedicado más a construir locales cuadrados con su respectiva cortina de acero… y ya.

En Coatepec, es de ley que si se construye algo cerca de la zona del centro, tiene que ser de acuerdo a las especificaciones de arquitectura colonial; incluso negocios nuevos tienen que adecuar sus fachadas --por lo menos—al estilo que caracteriza al pueblo mágico. El Oxxo de la entrada tuvo problemas en su construcción por lo mismo, porque no cumplía con los requerimientos técnicos (y que todavía no los cumple, pero el progreso es el progreso).

En el Pueblo Mágico tienen el cuidado y costumbre de honrar a sus ciudadanos distinguidos: en las casas se pueden ver las placas conmemorativas referente al nacimiento de Joaquín Ramírez Cabañas, o de María Enriqueta Camarillo; la casa donde vivió Carlos A. Carrillo en su cúspide como eminente pedagogo.

Xalapa es el mayor ejemplo de preservación. En la zona centro existe esa cultura, esa conciencia por mantenerse de alguna manera intactos en el tiempo. Sí, hay un estacionamiento que ni al caso detrás del Palacio de Gobierno, pero la capital y las ciudades alrededor mantienen viva su historia.

El centro es precisamente la zona donde más se cultiva esa visión de mantener intacto o cuidar los edificios antiguos que tanta presencia y vista le dan a los pueblos. En Paris, si no mal recuerdo en una de esas tantas desveladas viendo el Nashional Jeografik o el Jistori Zhanel, recuerdo haber oído un decreto para que la ciudad siga construyéndose al estilo antiguo, y mire que hasta el día de hoy es considerada una de las ciudades más bellas del mundo y con muchos ingresos por turismo.

Turismo. Eso es clave. A los pueblos cercanos a Xalapa se va para ver las casonas antiguas con sus patios internos y las calles empedradas. Donde de plano ha prevalecido la idea muy subjetiva de modernida’ ha sido en Minatitlán: allí son escasos los edificios que se conserven del pasado identitario. Según la visión de cada gobernante es como ha ido cambiando la arquitectura del lugar. ¿Rescate de espacios históricos? Jaja, nel, como la medicina pa’ las patas: no hay, no existe. Las casas de 100 años construidas por los ingleses hoy son exclusivas de las boñigas grandes de PEMEX.

Hace unos años se alertaba que Tlacotalpan también se estaba uniendo al club de las ciudades que iban perdiendo su arquitectura tradicional. Sería el colmo, pues es el pueblo --junto al puerto de Veracruz-- que más nos pinta como jarochos.

El puerto, con todo y su playa escatológico olor, tiene al Baluarte de Santiago y a San Juan de Ulúa como íconos jarochos merecedores de ser preservados. El Parque Zamora y su reconstrucción ha sido motivo para que organizaciones sociales protesten ante la "modernización" de dicho parque.

Al norte, Pánuco, Chicontepec y Tantoyuca conservan por ahí algunos edificios. El Tajín ya sería el acabose si desapareciera y no dudamos que hasta ocasione el coraje del Dios Trueno.

Papantla de plano perdió lo de Pueblo Mágico: problemas de ambulantaje, organización civil y diversas disposiciones oficiales no se cumplieron y la capital mundial de la vainilla y los voladores perdió su calidad de mágica. Desde 2006 obtuvo esta certificación, pero sólo le duró el gusto tres años. Ahora Zozocolco busca la denominación de Magic Town.

La realidad es que así como no hay protección oficial --INAH, autoridades locales-- tampoco hay voluntad popular para adornar o mantener los edificios con una perspectiva más allá de cajón con puertas y ventanas. Los palacios municipales son los reflejos de cómo la ciudadanía o los sectores organizados tienen luz verde para hacer urbanismo a su modo. En el sur, el de Acayucan es el que más destaca.

Hubiese estado bien que se conservaran en las ciudades algo que poder presumir como parte de nuestro pasado, sobre todo en poblados con verdadera historia. Aún con desconocimiento de causa ante un estado tan gigantesco, podemos decir que Córdoba es el ejemplo de lo que no debe suceder en aras de la modernización urbana y el mentado progreso que tanto nos prometen.

El hecho de que se instale un comercio o industria, no debe ser argumento para exentarles de cuidar el entorno, aunque sea arquitectónico.

Así como vamos, a ver si podremos presumir de los "millones" de turistas que nos visitan cada año en el futuro.

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