30 de octubre de 2011

Asilo de ancianos convertido en base militar

Pablo Jair Ortega - pablojairortegadiaz@gmail.com.- Si usted entra o sale de Xalapa vía la carretera que va a Veracruz, a un costado de la carretera, frente a lo que es la tienda Sam's, se encuentra la Estancia Garnica, que es un asilo de ancianos para los derechohabientes del Instituto de Pensiones del Estado (IPE).

El IPE fue creado por el gobernador Marco Antonio Muñoz Turnbull (1950-1956) con el fin de dar beneficios parecidos al INFONAVIT, pero enfocado a trabajadores del Gobierno del Estado de Veracruz: préstamos de dinero a cuenta de nómina, otorgamiento de viviendas, etc., entre lo que también destaca el derecho de tener un asilo en los tiempos de la tercera edad. La Estancia Garnica es uno de los derechos que tienen los trabajadores retirados.

El gobernador Rafael Hernández Ochoa (1974-1980) fue quien construyó la Estancia en un enorme terreno que abarca jardines, viveros, comedor (nombrado actualmente "Rosa Margarita", en referencia a la esposa del ex gobernador Fidel Herrera) y una casa estilo colonial.

No sabemos qué tienen los burócratas actuales o los empleados de confianza del gobierno de Veracruz, que en los últimos años han tenido en la mira a la Estancia Garnica. En los primeros meses de Fidel Herrera, se dio la orden de que desalojaran a 4 ancianos que vivían ahí. El argumento es que era mucho espacio para los pacientes.

Fidel Herrera ordenó que se cancelara el desalojo y regresó a los viejitos a donde debían estar.

Entonces surgía la polémica de que 4 personas eran mucho para la gran casa de hospedaje. Algunos decían que es cierto, pero que no era la manera para sacar de una vivienda a quien vive retirado.

La realidad es que los trabajadores retirados del gobierno de Veracruz, habitantes de la Estancia Garnica, sean cuales sean las condiciones, han cotizado y pagado de sus bolsillos a lo largo de los años para tener una jubilación digna. Así sea uno solo, la Estancia Garnica fue creada para el retiro de los beneficiarios del IPE.

Ahora con los nuevos tiempos violentos de soldados en las calles y marinos fuera del agua nacional, a éstos últimos se les han otorgado todas las facilidades para operar en contra del narcotráfico. Hay que reconocer que la violencia ha disminuido, que la presencia de las fuerzas armadas ha debilitado gran parte de las estructura de la delincuencia organizada.

Pero a cambio de todo lo bueno, resulta que sacaron a los dos únicos inquilinos de la Estancia Garnica y convirtieron dicho lugar en una base de la Marina.

A los viejitos los mandaron al hotel "Xalapa", propiedad también del IPE, donde se les renta habitaciones también al personal de apoyo del asilo.

¿El IPE habrá autorizado que el mejor asilo de ancianos de Xalapa se haya convertido en base militar? Desgraciadamente al Instituto de Pensiones lo tienen desfalcado, sin pagarles deudas de los hoteles que son usados por los políticos para eventos mitoteros. Lo han usado como una especie de caja chica desde Palacio de Gobierno y se mantiene al filo de la bancarrota.

No se duda que los Marinos merecen un espacio dentro de la capital veracruzana para realizar sus acciones contra las delictivas, pero no a costo de perjudicar a quienes decidieron vivir sus días en un lugar que previamente mantuvieron. ¿Con qué cara se le puede ver a un trabajador de Gobierno del Estado cuando quiera retirarse y vivir en la tranquilidad y comodidades de un beneficio como la Estancia Garnica?

Hoy se puede ver como las unidades, camiones, marinos, están ocupando lo que son terrenos de los trabajadores del Gobierno de Veracruz, vía el Instituto de Pensiones del Estado.

Como están las cosas, ya de una vez denles el Estadio Olímpico y el Cerro del Macuiltépetl. Total, ¿qué tanto es tantito?

17 de octubre de 2011

El mentado aeropuerto de Minatitlán

Pablo Jair Ortega - pablojairortegadiaz@gmail.com.- Es de Minatitlán, está en Cosoleacaque y lo usa más Coatzacoalcos. El aeropuerto “internacional” del sur de Veracruz, apenas se mantiene con números favorables y se ha buscado que se reactiven los vuelos no sólo a la Ciudad de México, sino a otras partes del país.

Este lunes se reiniciaron los vuelos de la línea “Aeromar”, la cual prestó sus servicios durante largo tiempo, pero los canceló por falta de demanda. El aeropuerto ahí está, existe, pero los elevados costos y la falta de promoción lo tienen como inalcanzable y perdido en el limbo.

La historia del aeropuerto ubicado en el sur es relacionada a la del petróleo que explotaban los ingleses en la refinería de Minatitlán. A finales de los años 20 y principios de los años 30, los súbditos de Chabela aterrizaban en avionetas (también hidroaviones en el río Coatzacoalcos) en lo que se conocía como el aeropuerto de Tacoteno y hoy es la zona comercial de Soriana hasta la colonia Ex Aeropuerto, casi colindante con la salida a la autopista a Villahermosa. De hecho éste último asentamiento --entre otros nuevos-- está construido sobre lo que fue la pista de aterrizaje.

En 1940, Mexicana de Aviación inauguró el primer vuelo de México a Minatitlán, con lo que iniciaba la era de los viajes comerciales al sur de Veracruz. El aeropuerto se inauguraba como Minatitlán, y hasta el día de hoy el boleto que usted compre tendrá como origen o destino MTT (siglas aeronáutica para Minatitlán, Veracruz).

En los vuelos se trasladaban principalmente funcionarios de PEMEX y del sindicato petrolero a la Ciudad de México. Hay anécdotas como la de esposas de altos funcionarios que ocupaban la flota aérea para irse de compras a tiendas de lujo en la Ciudad de México. Regresaban con lámparas, alfombras, o a veces solamente era por puro paseo.

Decidió trasladarse en la década de los 80 --inaugurándose en el 82 por el presidente José López Portillo-- a la zona actualmente conocida como Canticas, congregación de Cosoleacaque, justo en medio de la carretera antigua que comunica a Minatitlán con Coatzacoalcos y donde a los empleados de los hangares petroleros les habían dado terrenos para vivienda. La obra del nuevo aeropuerto terminó oficialmente en 1990 por parte de la constructora ICA, según información de INGENET, portal digital de la comunidad de ingenieros de México.

No obstante, el hangar permanente de Petróleos Mexicanos desapareció en el 91, con la liquidación de la flota aérea a nivel nacional. Desde entonces, el aeropuerto de Minatitlán ya comenzaba a venirse abajo principalmente por los altos costos que se mantienen como tarifas, además de la única ruta hacia la Ciudad de México, cuyo costo oscila en los dos mil pesos por boleto.

En 2006, pese a las intenciones de convertirlo en internacional, los pasajeros fueron disminuyendo. La internacionalización fue un mal chiste, uno muy cruel: es contradictorio que un aeropuerto que por muchos años fue la única vía que comunicaba hacia el sureste, tenga pocos usuarios y todos hacia el Distrito Federal.

Es incongruente que siendo el sur de Veracruz, con sus polos Minatitlán y Coatzacoalcos, zona petrolera que bien podrían utilizar los servicios del aeropuerto, por alguna extraña razón (incluso pese a convenios con la aerolínea Aeromar, hoy reinaugurada, para descontarse vía nómina petrolera el costo del boleto) nada más no levanta.

Todavía con la desaparición de Mexicana en el 2010, la única línea en el aeropuerto MTT, muchos se espantaron por la posible desaparición final de dicho lugar.

El sur de Veracruz tiene todo para merecerse un aeropuerto de calidad y con mucho tráfico en salidas y llegadas. ASUR, la empresa que lo administra, no ha podido vencer al pulpo camionero que domina en la región.

Cancún, Oaxaca, Ciudad del Carmen, Poza Rica y el resto del país podrían estar permanentemente comunicados desde el sur de Veracruz vía aérea. Muchos pasajeros que viajan del sur a Xalapa, con una tarifa a bajo costo, estamos seguros que pagarían por ir y regresar en avión.

Se hablaba de la entrada de Interjet, de Miguel Alemán Velasco, desde principios de este año, pero la realidad ha sido que el ex gobernador de Veracruz no ha dado una razón para que se instale.

Los vuelos en la actualidad, para preferencia de los usuarios, salen de Villahermosa, a tres horas del sur de Veracruz y más lejos para municipios de Oaxaca en la colindancia con estados del Golfo de México.

Por medio de las redes sociales, el reconocido neurólogo minatitleco Norberto Luna ha puesto en la mesa de discusión el tema del origen del aeropuerto, ubicado en Cosoleacaque, pero más usado por los de Coatzacoalcos.

El 19 de junio de este año, el alcalde de Coatzacoalcos, Marcos Theurel Cotero, encabezó una reunión con sus homónimos de la región hasta de la sierra de Soteapan, sobre la promoción del aeropuerto de Minatitlán. El gran ausente fue el edil poblano-minatitleco Leopoldo Torres.

Pero la discusión por el nombre o pertenencia a dicho aeropuerto, como lo plantea el doctor Luna, se desvanece porque Minatitlán se convierte solamente en destino, porque a diferencia de Theurel y alcaldes de la región, a la mal llamada “Tierra de Flechadores” le importa un comino si tiene aeropuerto o no.

El ayuntamiento de Coatzacoalcos habla de promover el desarrollo económico necesario y para lo cual se requiere de un aeropuerto de altura de la región, dejando entrever que se gestionaría también la llegada de la empresa Viva Aerobus, una de las que ha tenido éxito en el país por sus bajas tarifas.

Pero lo increíble es que los presidentes municipales de Cosoleacaque, Acayucan, Oteapan, Jáltipan y Agua Dulce, son los más interesados en destacar e impulsar la funcionalidad del aeropuerto, a diferencia de Minatitlán, donde prefieren enquistarse en feudo del sindicato petrolero.

Es triste que el aeropuerto de Minatitlán sea simbólico, de nombre. Con pasajeros mayormente de Coatzacoalcos y disputado por Cosoleacaque por estar en su territorio. El aeropuerto de Minatitlán podría estar a sólo un paso de convertirse en un puerto aeronáutico de altura, pero falta la voluntad de la clase política para promover.

La secretaría de Turismo también podría intervenir, porque pareciera que a la clase gobernante del estado sólo conoce el Heriberto Jara, de Veracruz, y El Lencero, de Xalapa. Quieren pregonar a El Tajín, pero no se llega más que por tierra.

Así igual podrían llegar “miles” a disfrutar el “Mosaico de Culturas”…

Mentira, es chiste cruel como la internacionalización del aeropuerto.

2 de octubre de 2011

El cuento de los Zetas "mataniños"

Pablo Jair Ortega - pablojairortegadiaz@gmail.com.- Xalapa, Veracruz, Coatepec, Tierra Blanca, Minatitlán y ahora Acayucan caen en las manos de los peligrosos Zetas “Mataniños”.

Una banda imaginaria que existe en todos los rumores de Veracruz. En todos dicen que son “Zetas”, los criminales favoritos para echarle la culpa de todo, pese a la delincuencia que ya existe en lugares violentos como las zonas de ingenios cañeros. Vaya, que se cayó el político, es culpa de los Zetas; que Reynaldo no da una, es culpa de los Zetas; que si las cuentas de Twitter del Gobierno del Estado sirven para reírse, es culpa de los Zetas.

Tampoco hay que olvidar a las grupos organizados que se hacen pasar por Zetas y amenazan con matar si no les dan millonadas. No hace mucho una banda de secuestradores en la región de Xico y Teocelo fue detenida, sin tener qué ver con “esos”.

Curioso que se presenten los hechos cuando existen operativos de la Marina, los cuales recientemente se han visto exitosos. Pareciera que el rumor lo soltaran los mismos malosos.

Esta perversa banda apócrifa hace que los padres de familia acuden a las escuelas, temerosos de supuestos malditos hijos de su pulcrísima madre que disparan a sus hijos desde helicópteros. (Veracruz)

Se trata de una ficticia sarta de hijos de su tapudrema que están cobrando a los alumnos “derecho de mesabanco” a 5 pesos, cobro que se hace en el recreo (Acayucan).

Que pusieron mantas colocadas contra la Marina, es mentira que sean contra la Marina, sino que van dirigidas a las madres de familia, porque va a correr sangre (Minatitlán).

Así en todo el estado corren los falsos rumores de una peligrosa banda mezclada entre robachicos y sicarios del narco. Como si las cosas en Veracruz estuviera para andar jugando con cosas serias.

Son tan despiadados en la imaginación de los padres de familia, que mientras corren por sus chamacos van pensando seguramente que al hijo ya lo tienen colgado en uno de esos ganchos de carnicería, con un plomo en la cabeza. O que la hija va a ser violada y muerta como sucedió desgraciadamente con la señorita Gabriela Benítez Ibarra, encontrada el 23 de septiembre en Lomas de San Roque, lugar donde la Policía Ministerial ya había buscado y se hicieron como que los inútiles para buscar.

En todo el estado, las autoridades no han podido frenar los rumores que se disipan ya no en redes sociales, sino de boca en boca. Se sabe que el asunto de la colonia Campo de Tiro (17 de septiembre) fue originado por la presencia de la Marina alrededor de una casa sospechosa, de donde habría un supuesto estallido. De ahí, el pánico total en Xalapa de padres de familia corriendo por las calles y haciendo fila en las afueras de la escuela.

En Coatepec, un rumor similar surgió el 12 de septiembre por el enfrentamiento ocurrido unas horas antes por la noche. Se trató de una persecución que acabó en Zimpizahua (congregación a unos metros de la salida del pueblo cafetero) donde hubo una balacera.

Esa vez, en la congregación Las Puentes, los maestros de la única escuela primaria en la pequeña comunidad alarmaron a los niños y los dejaron salir de la escuela porque “alguien” les había dicho que se los iban a llevar. A los pequeños los dejaron vulnerables por la falsedad: algunas padres trabajan por la mañana o simplemente la madre estaba de compras confiada en que la escuela le iban a cuidar a sus hijos, pero los estúpidos maestros los dejaron salir. Afortunadamente, todo fue mentira.

Precisamente el magisterio es otro de los actores en esta etapa de violencia inédita y bárbara: son los que se supone deberían, siquiera como empleados del estado, a pedir que no se difundan rumores. Que su sindicato millonario de fiestas decadentes como la del “maestro de ceremonias” Juan Nicolás, ojalá utilizará ese dinero para programas o asesorías ya no de prevención al delito, sino qué hacer en caso de una balacera, operativo, etc.

Estos tiempos ya nos enseñaron que no se tratan de “ya merito acaban con los malos”. Se trata de que si esta guerra en la que ya nos metió el chaparrito pelón de lentes es a la de a fuerzas, lo mínimo qué podemos es estar preparados para cualquier tipo de evento.

A estas alturas es realmente ingenuo que se piense que se quiere, por ejemplo, el puerto de Veracruz de antes. Quizás llegue el día, pero mientras no se puede estar de rodillas, sino pecho al suelo.

No es alarmismo. También como sociedad debemos estar preparados y tomar las precauciones en nuestras rutinas habituales. En Coatepec ya se habla de que las escuelas tomarán las medidas de no soltar a los niños aunque haya balacera, pues están más seguros adentro que afuera.

El problema está, opinamos, en tres partes fundamentales: gobierno, medios de comunicación y magisterio. El gobierno aprendió que ocultando las cosas no se soluciona nada y es mejor irlas aclarando; ahí la llevan. Los medios --nos consta-- han insistido que no se haga caso a rumores; que los padres se informen antes de caer en pánico que no ayuda a nadie. El magisterio, que en lugar de andar sacando niños de las escuelas aprendieran a cuidarlos, ya no de los “robachicos” tan temidos en los 80, sino de balazos que pudieran ocurrir.

La delincuencia organizada no es tonta como para meterse con los niños. Bueno, claro ejemplo es que cuando se aventó la granada en el Acuario de Veracruz y lesionó a dos menores, los señalados tuvieron que esconderse más profundo en el hueco en donde estén, pues rebasaron el límite de cualquier evento violento.

EPÍLOGO: Los “robachicos” es una leyenda urbana que inició a principios del siglo pasado. Luego se modernizaron y a mediados de la década de los 70 y fines de los 80, y que se reforzó en el sur de Veracruz por la construcción del puente “Antonio Dovalí”, cuando se decía que se llevaban a los niños para echarlos al colado de los cimientos de dicho puente.