29 de junio de 2010

La tortuga


"¿Y yo qué culpa tengo? No me menciones en tus mafufadas, Pablo Jair"

Pablo Jair Ortega - pablojairortegadiaz@gmail.com.-
Convocar a las fuerzas políticas es pan con lo mismo; siempre se han convocado y son las que siempre son la causa de los males de este país.

La experiencia nos dice que los primeros en romper con los pactos de gobernabilidad son precisamente los políticos, aquellos que, demostrado hasta el cansancio, difícilmente ya son representantes populares.

Esta falta de credibilidad, este descrédito popular ganado a pulso por los gobernantes, la clase política, nos hace pensar en que el llamado del Presidente Calderón es otro de los tantos llamados a misa a una iglesia igual de desacreditada por sus asuntos pederastas.

Hasta ahora, con un escenario que dicen se parece al de Colosio, al gobierno del Presidente Calderón le cae el veinte de que tiene que gobernar con los que también gobiernan en las entidades. Que los tiempos son diferentes porque sencillamente no es el presidente omnipotente, priísta, que disponía de todos los recursos como si fuese rey. Que al momento de pelearse con quienes gobiernan en la mayoría de los estados en este país, se debilitó a sí mismo, porque los gobernadores militantes de su partido, sus aliados del PAN, son pocos en este país y con escándalos mayúsculos propios.

¿Quién no recuerda a Emilio, el de Jalisco, embrutecido por el alcohol diciendo estupideces? ¿Juan Manuel Oliva, el de Guanajuato, con sus escándalos como nepotismo y operaciones políticas prioritarias en otros estados? ¿O el reciente de Sonora, Guillermo Padrés, que quería la mansión de interés social del narco chino Zheli Ye-Gon?

Es cierto, en el PRI y PRD también hay joyas: Ney González diciendo “metáforas” zopencas. El protagonismo de Peña Nieto. Los “pájaros” que rodean a Fidel. El avión del amor de los hijos de Granier. Los segundos pisos, las playas de Marcelo, y una interminable lista de folklorismos. Situaciones que hacen al ciudadano dudar.

Son pocos los políticos serios que quizás puedan ser tomados en cuenta como verdaderos líderes sociales, porque sabemos que en el fondo la clase política es lo mismo: intereses comunes, más allá de las siglas, colores, y casi siempre es la lana, mucho dinero, millones de dólares. También “el poder por el poder”, como diría Dante Delgado.

¿Qué los políticos son los que tienen que ponerse de acuerdo? Siempre lo han estado: los intereses políticos son comunes y no comunitarios. ¿Cómo se explicaría tanta protección en el caso ABC, por ejemplo? Ahí no se tocaron ni priístas ni panistas. Ahí andan como si nada, durmiendo como bebitos, Eduardo Bours y Juan Horcasitas.

La clase política es como una gran tortuga. Avanza a pasos lentos, porque así es el ritmo que tiene desde que nació. Tiene ideas y rasgos longevos (estamos viendo a la misma clase política de hace años). En la concha lleva a cuesta todos los colores, y cuando algo le asusta, se protege. Toda la tortuga, todo el sistema, toda la clase política.

¿Llamado a las fuerzas políticas? Es mostrar una unidad fantasma, porque la clase política carece de liderazgo auténtico, está desacreditada, más allá de la popularidad entre sus gobernados.

Suenan bonitos los llamados demagógicos en tiempos de crisis, pero en la práctica siguen peleándose. Cuando pasa algo, todos se protegen.

La realidad de la situación de este país es por el manejo que hacen de él una “ridícula minoría”, unos “tontos útiles”, esos que hoy se rasgan las vestiduras por la patria.

Cierres por aquí, cierres por allá

Pablo Jair Ortega - pablojairortegadiaz@gmail.com.- Últimos días. Los candidatos aprietan el paso para demostrar (o demostrarse a sí mismos) que tienen capacidad para movilizar, para convocar a las multitudes con su sola presencia.

Gran parte de esta operación depende de los partidos. El PRI, agrupado en sectores sociales y populares, lleva la delantera desde hace años. Puede en un poco tiempo, con sus hábiles operadores, llevar a cientos, miles de simpatizantes.

Sí, es lo que en lo que el argot muchas veces se llama el “acarreado”, aunque hemos sido testigos en los últimos años de una cultura diferente para asistir a los eventos sin necesidad de ser obligados.

Seríamos ingenuos en decir que nadie lo hace. Los partidos se hacen los occisos y hasta tenemos que admitir que es parte tradicional de nuestra cultura política, porque la movilización depende mucho para mostrar el músculo.

Pero así como llegan los que les dan el “ride”, también han llegado los que por su propio pie acuden a los mítines. Con López Obrador fueron varias las crónicas de periodistas que hablaban de un asistente honesto, tal vez hasta curioso, pero no “movilizado” por afiliación política.

No obstante, es divertido ver sectores como los petroleros que gustan de aprovechar estos viajes para descansar, dar el rol, salir de la rutina y echar desmadre. Viniendo de tierras petroleras, es parte de una obligación no escrita con el sindicato petrolero-priísta que muchas veces parecen disfrutar: ahí se ven en las gradas haciendo relajo, dando la vuelta, conviviendo y tratando de hacer el mayor escándalo posible. Hay quienes hasta preguntan en dónde va a ser el próximo mitin para ver si se animan a quedarse unas horas más. En los camiones, ni se diga de la convivencia.

El PAN aprendió por las malas. En un inicio se veían renuentes a realizar manifestaciones de esta naturaleza porque no penetraban sectores populares: sólo empresarios, iglesia, abogados, toda el ala conservadora; pero una vez ya en el poder se dio cuenta de lo necesario que resulta realizar lo mismo que hacen en el PRI, con la diferencia de que existen denuncias de presión de uso de los programas sociales del gobierno federal para “convencer” a los ciudadanos de acudir a apoyar a un candidato.

Incluso la presencia de invitados especiales son factores de atracción: si Peña Nieto acompañó a Duarte, ¿por qué Ebrard no acompañaría a Dante? Del lado de los azules, pues está difícil: los panistas más populares son ahora los más relegados por su mismo partido; el Jefe Diego anda secuestrado y a Fox no lo quieren ver ni en pintura y eso que fue el primero en darle chamba a Yunes Linares. Ni modo que llegara Calderón (que poco falta)

No obstante, en ambos partidos –PRI y PAN– coinciden visiblemente la fuerte presencia de jóvenes que realizan las brigadas de promoción del voto. No hay esquina o rincón en Xalapa donde no se vean con banderas, con calcomanías, folletos, etc. La asistencia a los eventos de éstos es igual en ambos bandos: a lo largo de estos días de campaña se ha sentido así y es una labor admirable y digna de reconocimiento.

Claro. Los partidos se acusarán de que las movilizaciones ciudadanas son producto de algo maquiavelado, pero la presencia multitudinaria y los sectores a los que pertenecen dicen mucho del impacto e influencia de un candidato.

Sólo falta que el aspirante lo capitalice. Lo sepa usar en las pocas horas que le queda a esta interesante jornada.

20 de junio de 2010

¡Arrodíllense, cabrones!


Saramago presente en el 2006 cuando le entregaron un reconocimiento en la Feria Internacional del Libro a Monsiváis


Monsiváis, Saramago y Poniatowska, en el 2001, en la visita de la caravana del EZLN al DF en el 2001

Pablo Jair Ortega - pablojairortegadiaz@gmail.com.-
No entendía por qué el History Channel andaba tan apocalíptico; el porqué insisten con la onda astrológica vía mensajitos de texto; el porqué los mayas se pusieron tan de moda.

No entendía por qué se sacan los trapitos al sol: “El Come-niños”, “El Fogoso”. Por qué se da a conocer el chesco “Delfín Rojo”. Por qué el gober de Puebla admite su gusto por las carnitas y los cueritos de 17 años; que no se trata de ningún cogñac enviado a Casa Puebla.

Hasta ahorita comprendo por qué secuestraron al Jefe Diego. Por qué el Mayo Zambada hasta salió en la portada de Proceso.

Me cae el veinte del porqué tantos empates en el mundial con sus partidos de hueva. México le gana a Italia. México le gana a Francia. Alemania pierde con Serbia. Entendí porque Javier Aguirre, entre tanto jodido, gana 3 millones de euros al año.

Ahora entiendo por qué ya no existe El Padrino para Xbox360. Por qué Audrey no me pela. Por qué el Chicharito ya por fin metió gol. Por qué Ponchito apareció en Televisa. Por qué sacaron el Iphone 4G cuando justamente iba a comprar el 3G (Steve Jobs ‘ulero). Por qué las piedras ahora son armas. Por qué aquí en el bar no vino la gorda que canta. Por qué me siento briago apenas con dos “bulls” y una “piedra”.

Ya comprendí por qué a la Puchis y a la Tania les enseñan a disparar armas de 9 milímetros. Por qué el Cat fue testigo de conocer la verdadera identidad del hombre araña.

Ya entendí por qué vamos ganando una guerra, “haiga sido como haiga sido”, aunque no lo vaya pareciendo. Comprendo por qué el presidente prefiere los “happy hour” a partir de las 12, y también porque era necesaria su presencia en Sudáfrica.

No entendía por qué La Trevi estuvo en Bellas Artes. O por qué cero y van dos de los hijos de Joan Sebastian.

Finalmente concibo por qué hay un presidente negro en Estados Unidos. Por qué vino Paul McCartney a México (y no fui). También por qué viene Roger Waters.

Ya sé por qué mueren José Saramago y Carlos Monsiváis. Habiendo tanto hijo de fruta, Diosito, te llevas a lo mejorcito de este mundo.

Definitivamente el mundo se va a acabar.

18 de junio de 2010

La última entrevista de José Saramago


José Saramago

ENTREVISTA: ENTREVISTA - JOSÉ SARAMAGO

"No me hablen de la muerte porque ya la conozco"

MANUEL RIVAS 23/11/2008

Acaba de cumplir 86 años. El lenguaje le ha salvado. Escribió su última novela nada más sentir la cercanía de la muerte. Sigue siendo un escéptico, pero se encuentra pleno de serenidad.

José Saramago siempre fue algo más que un escritor. "Un aprendiz", sería su respuesta. Así se presentó ante la Academia Sueca cuando recogió el Premio Nobel de Literatura, el primero concedido a un autor portugués, hace ahora 10 años. "Un maestro, el maestro", puntualizaría el crítico más exigente del universo, Harold Bloom. Para el autor de El canon occidental, Saramago, que este noviembre ha cumplido 86 años, es "el novelista vivo más talentoso del mundo" y "uno de los últimos titanes". Como un titán ha escrito su último libro, El viaje del elefante (Alfaguara). Un triunfo del lenguaje, la imaginación y el humor, arrancado literalmente a la muerte.

Capítulo I

Observaré lo que sucedió con el silencio con que las raíces de las plantas agujerean la tierra

(Mongane Wally Serote)

Un día de las navidades de 2007, José Saramago se fijó en sus ojos. Eran enormes. Se habían expandido como círculos concéntricos en su rostro. Y los ojos lo miraban a él. Con extrañeza. Con curiosidad. Con asombro. Parecían decirle: "Así que sigues por aquí, todavía aquí".

No es un episodio de El hombre duplicado (2002), una de sus novelas. Pero durante un tiempo sí que había un doble, otro Saramago, testigo de su lucha por salir con vida. El doble era un tipo sereno. Le corrigió. No, no han sido los ojos los que han crecido. Es la carne, la musculatura que ha desaparecido. Por eso con tu piel ocurre lo que con las momias, que se ha replegado y se ciñe a los huesos. Es eso lo que agranda los ojos. Siguen siendo lo que eran, pero el entorno ha cambiado. El doble lo conocía bien. Iba a añadir: son como astros resplandecientes en la ruina. Pero se atuvo al estilo más conciso, poético, sí, pero menos barroco del Saramago que volvió a abanear la narrativa contemporánea, no sólo la portuguesa, cuando publicó Ensayo sobre la ceguera (1995). La primera revolución en la forma de narrar había sido en 1980 con Levantado do chão (Levantado del suelo).

-Has perdido 20 kilos, Zé. Siempre has sido delgado, enjuto. Como el abuelo Jerónimo. Pero 20 kilos son muchos kilos. Mides 1,80. Tenías 71 kilos y ahora tienes 51. Piensa en las manzanas asadas. Y en lo que dijo Josefa.

El doble lo sabía todo. Sabía que el abuelo Jerónimo Merlinho, el de la aldea natal de Azinhaga, el marido de Josefa Caixinha, se había despedido de la vida abrazando cada uno de los árboles de la huerta. Jerónimo, el que enseñó al nieto a contar historias durmiendo en el verano bajo la higuera, será recordado como un clásico en toda la historia de los discursos de entrega de los Nobel. Así comenzó la intervención de Saramago: "El hombre más sabio que conocí en toda mi vida no sabía leer ni escribir". Sí, el doble lo conocía bien. ¿Qué había dicho Josefa? "El mundo es tan bonito y yo tengo tanta pena de morir".

José llevaba tiempo, unos años ya, con malestar físico. Un hipo interminable lo había debilitado. Pero lo ayudaban mucho las manzanas asadas. No había dejado de escribir como un titán. Ni de moverse por el mundo denunciando la globalización como "un nuevo totalitarismo" o con su cita preferida, la de La sagrada familia (la de Karl Marx): "Si el hombre es formado por las circunstancias, entonces es necesario formar las circunstancias humanamente". Las cosas de Saramago, decían los cínicos. En 2005 había escrito Las intermitencias de la muerte. No era tampoco una abstracción. La muerte era una presencia física, tangible. "Uno es creador de sus personajes", había escrito, "y al mismo tiempo, criatura de ellos". El personaje de la muerte pasó de lo invisible a lo visible. No era un juego. Venía para llevárselo. José Saramago lo recuerda bien. Pero él no estaba conforme. Una parte de su cuerpo sí parecía resignada. Aceptaba la crisis. Llegó a pararse de tal forma, que casi era imperceptible eso que llaman el hilo de la vida. Al principio, en la clínica de Lanzarote, llegaron a dudar de la conveniencia del ingreso.

-Supongo que no querían que aquél fuese el lugar del fin de Saramago. Les estoy muy agradecido. La muerte no me ha llevado. Era consciente, sabía, veía, sentía, que estaba al borde de pasar al otro lado. Más tarde decía: 'No me hablen de la muerte porque ya la conozco. De alguna forma ya la conozco'.

Había otras partes de su cuerpo que no estaban conformes. Ni el corazón, ni la cabeza. El corazón siguió latiendo con fuerza. La mente, durante un tiempo, dos días después de salir de la UCI, estableció unas coordenadas que ahora Saramago recuerda como un entrañable autorretrato vanguardista. "En aquel momento, que fue de los peores, se plantaba en mi cabeza algo que era un fondo negro con cuatro puntos luminosos que formaban un cuadrilátero irregular. Y yo tenía muy claro que ese cuadrilátero era yo".

Uno tiene una memoria corporal. ¿Qué relación ha tenido con su cuerpo José Saramago? Yo he aceptado mi cuerpo. No ha sido nunca el cuerpo de un Adonis. He tenido con la edad un cierto declive. No he sido nunca un hombre de músculos. Tengo un esqueleto estrecho. Lo acepté. Con una cierta vanidad, quizás sí, quizás no, me gusta que después de los cambios, y en este caso último la enfermedad, mi cuerpo siga presentando una cierta...armonía. Una buena apariencia física. En el fondo no estoy descontento. Pero pasar de ahí a una especie de adoración de mi propio cuerpo, cuidándolo mucho, nunca he caído en esa tentación. Ni siquiera puedo utilizar la palabra tentación porque nunca la he tenido.

Los ojos de Saramago, definitivamente, y al margen de la encarnadura de la cara, son enormes. Ojos que contienen ojos. Sus pausas al hablar no parecen destinadas al descanso, sino que ceden el lugar a la mirada como una avanzadilla del lenguaje. Esa clase de silencio con que las raíces avanzan en la tierra.

Capítulo II

Mi propia voz me animaba

(William Wordsworth)

Un día, a comienzos de 2008, José Saramago oyó de la boca de un médico la palabra "milagro". No suena mal en boca de la ciencia, pero él nunca se conforma con lo inexplicable. Él identificó el milagro con la profesionalidad del cuerpo médico, con los cuidados de su mujer, Pilar del Río ("Ganaremos la primavera"), con la lealtad del corazón ("un corazón estupendo") y con la emersión de una energía en principio extraña a su carácter. El humor. Un humor expansivo, impelente, incesante. Un humor que impresionó al doble, a aquel otro Saramago que permanecía sereno, algo perplejo, sí, observándolo todo. Nunca se había visto a sí mismo contando chistes.

-Me gustaría que hubieras estado en el hospital durante la visita de los médicos y que escucharas los diálogos. Yo, que estaba en una situación de riesgo, mal, muy mal, pero me sentía con una libertad de expresión exultante. El humor con el que yo me comunicaba en el diálogo con ellos me sorprendía, me emocionaba. Oía a ese que hablaba, el enfermo que yo era, y pensaba como un ser redoblado: ¿Cómo es que estoy hablando así con esta gente? No soy capaz de reproducir ningún diálogo. Era el tono. Mi tono era ése. Ellos se miraban. Sonreían. Yo seguía... No era algo premeditado. Yo no pensaba: tengo que demostrar a esta gente que estoy bien. Era todo lo contrario de lo que se pudiera esperar de una persona en mi estado.

Saramago, el hombre silencioso, el hombre serio, al que algún cáustico atribuyó una "gravedad 'cachimbal". [Sonríe] ¡Eso era cuando fumaba en pipa! Es verdad. Yo he sido, desde muy niño, callado, reservado, melancólico. Nunca he tenido la risa fácil. Incluso la sonrisa, para mí es algo que me cuesta trabajo. Y las alegrías o las tristezas en mí son interiores, no las manifiesto. Ya de niño era así.

Sin embargo, si hay una constante en su obra es la ironía, un tipo de humor muy profundo. El humor llega más tarde. En lo que escribía a los 23 años no había humor ninguno. El conocimiento propio, el conocimiento de los demás, ésa es la base del humor. El humor es una creación muy laboriosa.

Después de publicar 'Levantado del suelo', dijo: "No escribo para satisfacer dictámenes. Escribo un poco como quien respira, como quien habla". Tal vez el lenguaje acudió ahora en ayuda del cuerpo. Sin duda. Era como si me transportara, como si me apoyase en el lenguaje. Yo mal podía moverme en la cama, pero me sentía llevado por el lenguaje. Una mente que era consciente de la realidad de mi estado, de la situación límite, que a la vez era capaz de desdoblarse y funcionar como si no pasara nada, como si la libertad de la mente, del argumento irónico, no estuviera bajo la presencia constante de la enfermedad, eso ha contribuido muchísimo para salvarme. El humor, una capacidad de animación oral extraordinaria, ese funcionamiento de la mente. Y curiosamente, de todo esto yo he salido con un espíritu totalmente sereno, de una serenidad impresionante. No es como si no hubiese pasado nada, porque creo que esa sensación de serenidad total es también una consecuencia de la enfermedad. No porque yo hubiera aprovechado para hacer un examen de conciencia. Yo no he hecho ningún examen de conciencia. Quizá por la proximidad, por una proximidad casi tangible de la muerte, he salido con una serenidad que se mantiene hoy. Comparada con el centro del huracán, donde no pasa nada, donde el aire no sopla.

-Lo convencional es pensar que uno, en esas circunstancias, hace balance de la vida. De lo bueno y de lo malo. Calcular el peso del alma. Es cuando pronuncia una de esas grandes frases, como el Borges que decía: "He cometido el más grande pecado que un hombre puede cometer...No he sido feliz".

-Eso es una operación mental, que fabricas luego. Conmigo no ha ocurrido eso. Yo he regresado a la vida. He regresado con naturalidad y con esa serenidad total de la que hablaba. No podía moverme y no me movía. Quizá llegase el día... Y llegó. Un médico me ha dicho: usted necesita por lo menos un año para recuperar algo que se parezca a la normalidad. Bueno, ha sido todo más rápido, sorprendentemente rápido, pero, al mismo tiempo, duro. Ya que hablamos de humor, tal vez la frase apropiada para el momento sea una expresión francesa: Reculer por mieux sauter (Esperar el mejor momento).

En 'El viaje del elefante', el humor es gozoso. De la estirpe de Cervantes y Fellini. Después de la enfermedad, ¿podríamos hablar de un tercer Saramago, de una especie de catarsis? Quizá se pueda decir eso. Salí del hospital y me senté a trabajar. No podía con mi alma. Y los dos primeros días después de salir me dediqué a la corrección de lo que había escrito antes, unas cuarenta páginas. Y al tercer día ya estaba avanzando en El viaje del elefante. Ésa es una situación en la que tiene cierta lógica que uno se pregunte: ¿quién está haciendo esto por mí? Porque en principio no podrías. ¿Cómo vas a poder escribir en esas condiciones? Lo hacemos, pero nos parece tan sorprendente que hayamos podido hacerlo. Mi relación con este libro es ésta: ¿cómo es posible que lo haya podido hacer?

Samuel Beckett hablaba de una "extraña obligación" en ese seguir adelante... Yo había escrito 40 páginas de El viaje del elefante en 2007. La pauta ya estaba marcada. Tenía un punto de partida, unos datos históricos mínimos. El empeño del rey portugués João III de regalar a su primo el archiduque de Austria un elefante hindú que llevaba dos años en Lisboa, y la aventura que supone trasladar en comitiva ese animal hasta Viena. Hay una frase en el pórtico de la novela que pertenece al Libro de los itinerarios: "Siempre llegamos al sitio donde nos esperan". Tal vez ése es el secreto. Para mí escribir es también una función vital. También para mí es un viaje. Bueno, el caso es que sale algo que es, pero podría no ser. La composición de este libro es extraña. En el fondo yo no sé nada de este libro.

Si lo dijese otro autor me parecería una 'boutade'. A usted le creo. ¿Quién, en realidad, está narrando? No tengo ninguna respuesta. La asociación de ideas tiene para mi trabajo una importancia que no he podido calibrar. Me fío mucho de la asociación de ideas. Yo siempre he negado la existencia del narrador. Los estudiosos me decían: "¡Usted está equivocado!". Y yo les ponía un ejemplo: ¿dónde está el narrador en una obra de teatro? Cuando me puse a escribir esta historia, me dije: ¿queréis un narrador?, ¡pues aquí estoy! Así que estoy contando la historia como quien está sentado en la cocina de mi pueblo contando una historia. Y aquí podríamos decir el refrán: "A quien cuenta un cuento siempre le crece el cuento". Por lo demás, el libro es un homenaje a la lengua portuguesa.

Capítulo III

"Siempre he intentado vivir en una

torre de marfil, pero una marea

de mierda no deja de golpear sus

muros y amenaza con tirarla abajo"

(Gustavo Flaubert)

García Márquez decía recientemente que "sufría como un perro" cuando leía la prensa. ¿Usted también está enojado con el periodismo de hoy? Creo que Gabo dramatiza y yo ya no dramatizo nada. Tal vez es verdad que hay una cierta rebaja en la calidad de los escritos. Pero depende. ¿Cómo podemos decir que el periodismo de ahora es peor que el de antes? Pienso en Portugal, en España, con las dictaduras, cuando la información era intoxicación, y entonces, ya no sufro. Ni como un perro ni como nada.

No hace periodismo de redacción, pero vuelve a estar en primera línea. Un premio Nobel, un autor célebre, va y abre un sencillo 'blog' en la Red, 'Cuaderno de Saramago' (en portugués y castellano), como un aprendiz. Sus libros obtienen las mejores críticas en los principales medios de Estados Unidos, como 'The Washington Post' o 'New Yorker', sin importarles su posición política. Están en las librerías de todos los continentes. Podría publicar en los grandes medios de opinión. ¿Por qué ese 'blog'? ¿Por disidencia? Quizás es esa novedad de volver a empezar. Escribir sin ningún condicionamiento. Los medios te pagarían, claro está. Pero mira, ha ganado Obama, me felicito, y a continuación escribo un artículo en el que pido sin medias tintas el cierre de Guantánamo y el cese del bloqueo económico a Cuba. Y así, sobre lo que se me ocurre. En realidad, el sistema acaba por integrarte. En el fondo no eres más que una guinda en el pastel. Te toleran. Se ríen de ti. ¡Cosas de Saramago!

Lo que usted llama guindas pueden ser espacios de resistencia. Por lo que parece, el ridículo lo está haciendo el sistema. En un texto sobre Marcos Ana (en prisión franquista desde 1939 a 1961) usted hablaba de derrotar el cinismo, la indiferencia y la cobardía. Por supuesto. Para nada soy cínico. Lo que digo es que soy por definición muy escéptico. No es bueno, ya lo sé. Me gustaría entusiasmarme, pero no lo consigo. Hay una grave crisis, pero los ciudadanos no tenemos mecanismos para influir. Pero, por lo menos, deberían decir la verdad. Fíjese usted, António Guterres, cuando era primer ministro, declaró en una entrevista: "La política es el arte de no decir la verdad". ¡Y nadie se levantó para protestar! Aunque no queramos, a los ciudadanos nos arrastra la corriente. O la estampida. Ahora bien, hay que decir: no estoy de acuerdo. El escepticismo no es resignación. Yo nunca me resignaré. Cada vez me siento más como un comunista libertario. Hay tres preguntas que no podemos dejar de hacernos en la vida: ¿por qué?, ¿para qué?, ¿para quién?

¿Usted nunca se vendió? Quiero decir, ¿no tiene la sensación de haberse vendido nunca, por ejemplo, para un premio? No. Nunca me he vendido. No me he vendido. Ni material, ni simbólicamente. El Premio Nobel consagra algo que ya estaba ahí. En la, digamos, clase literaria hay una serie de gente que no me soporta.

¿Por qué existen estos odios entre escritores, a veces más intensos cuanto más vecinos? Eso que decía Jean Chapelain: "El escritor no lee a sus colegas, los vigila". Para mí resultan inexplicables. No sé. No creo que se trate de la persona, no creo haber dado motivos. Tal vez no se soporta eso que llaman el éxito, o la fama, el Nobel... Cuando yo aparecí en los años ochenta, el panorama literario estaba organizado, completo, cada uno en su

lugar. Y si había envidias, pues también estaban en su lugar. Yo no estaba previsto.

Manuel Vicent dice que en la cultura habita lo mejor y lo peor de la humanidad. En mi caso, creo que algunos simplemente se sintieron amenazados en su lugar. Pero lo que nadie puede decir es que haya escrito un libro malo.

Con odios o sin odios, no creo que tenga que preocuparse ya por los duelos en los salones literarios. Cuando me dieron la noticia del Premio Nobel estaba en la feria de Francfort. Di una rueda de prensa y dije: "Yo no he nacido para esto, pero esto me fue dado". Es verdad. No he nacido para esto. No nací para esto ni para aquello. Nadie puede decir que nadie nació para esto. [Al fin, sonríe] Tampoco Obama nació para ser presidente.

En sus obras hay personajes inolvidables, fascinantes, que pertenecen a la realidad inteligente. ¿No me diga que no se enamoró de Blimunda, la de 'Memorial del convento'? Blimunda... ¡Sería mucha mujer para mí! Aunque es sencilla. Tal vez la mujer del médico de Ensayo sobre la ceguera... Sí, tal vez ella.

Da la impresión de que, en la realidad, ha sido más amigo de las mujeres que de los hombres. Sí. Eso es verdad.

Hubo un tiempo en que se propagó que había elegido el exilio. Un exilio español. Y es verdad que tiene un hogar en la isla, en Lanzarote. Pero no parece usted un autoexiliado. Cuando estoy allá, también estoy aquí. Nunca me he ido. Expresé mi protesta a un Gobierno conservador por la actitud censora que tuvo con El Evangelio según Jesucristo. Y he criticado otras cosas de Portugal. Y de España también. Y de este mundo, que para tantos tiene la forma del infierno. Pero, ¿qué sería de un escritor sin la libertad de palabra?

Da la impresión de que su imagen en Portugal ha cambiado mucho en los últimos tiempos, de que es más querido, menos polémico, incluso para aquellos que mantienen opiniones políticas contrapuestas. Ya sé que no le gustan las grandilocuencias, pero digamos que es respetado por todos como un héroe portugués. Es verdad. Noto menos rechazo. Y un proceso de reencuentro, después de malentendidos. En fin. También hay gente que antes decía: "Es bueno, pero es comunista". Y ahora dice: "Es comunista, pero es bueno".

Pronto habrá una gran sede de la Fundación Saramago. Y en un lugar muy especial de Lisboa. La Casa dos Bicos, al pie de la Alfama. Eso sí que es un reencuentro. Sí. Es un edificio que cede la cámara municipal por 10 años. Constituye un gran reto. Tiene que ser una factoría creativa. La Casa dos Bicos fue construida en el siglo XVI, inspirada en el italiano Palacio de los Diamantes. En el siglo XX fue almacén de bacalao. La zona, en la Ribeira Velha, es muy popular. Una maravilla. Te voy a decir algo muy importante para mí. Llega un momento en que te crees que tal vez no es una utopía que te den el Nobel. Tu nombre empieza a ser barajado, junto a otros. Van pasando los años. El nombre se repite. Y piensas: bueno, pues, ¿por qué no? Tal vez me den el Nobel. Pero nunca, nunca, jamás soñé que la Casa dos Bicos pudiese ser sede de una fundación llamada José Saramago. ¡Las veces que pasé por delante desde niño! Soy poco expresivo, pero, a veces, sólo con pensarlo tiemblo de emoción con todo el cuerpo, de arriba abajo.

Capítulo IV

"El instante en que ya no sea

más que un escritor habré

dejado de ser un escritor"

(Albert Camus)

Eduardo Lorenço habla de Saramago como "la mano izquierda de Dios". Es ateo, pero crece empapado de cultura cristiana. ¿Para el erotismo, para el amor, ha tenido que luchar mucho contra el pecado? No. Cuando escribí El Evangelio según Jesucristo, que tuvo las consecuencias que sabemos, en el discurso de agradecimiento al jurado le puse un título que era El derecho al pecado. Uno de los grandes inventos de la Iglesia católica ha sido inventar el pecado, y después de inventar el pecado, inventar un instrumento de control de la gente. ¿Quién ha decidido lo que es pecado y lo que no lo es? Gran parte de la historia es un absurdo. Y la historia oficial, en la que la Iglesia ha tenido tanto que ver, es una sucesión de disparates. Pensemos en los muertos por la Inquisición. Incluso, en un grado menor, lo que ocurrió con el gran Camões. Tuvo que defender cada uno de sus versos para obtener el plácet del Santo Oficio. Escribí una obra de teatro sobre ese caso, Que farei com este livro?, que refleja el estado de permanente vigilia, peligro y prohibición en que ha vivido la literatura en nuestros países.

¿Qué ha significado para José Saramago su compromiso como comunista? Actualmente no tengo otra militancia que no sea la militancia indirecta de lo que escribo. Pero la participación política me ha dado algo muy importante. Un sentimiento solidario muy fuerte, la conciencia de tomar parte en una lucha por la humanidad, con todas las sombras históricas que esa lucha ha tenido. En estos asuntos es muy importante la memoria colectiva, pero también la personal. Recuerdo siempre a un camarada con el que yo trabajaba y que fue preso por la policía política. Lo sometieron a la tortura del sueño, la privación del sueño, durante dos semanas. En ese estado no me denunció, no habló, no dijo de mí ni una palabra. Asoció eso a la integridad humana. Ha habido mucha gente así sin esperar nada a cambio. No puedo imaginarme fuera del partido. Hace unos años, después de la revolución, Álvaro Cunhal (líder comunista portugués) tuvo que someterse a una grave operación y antes escribió unas cuantas cartas dirigidas a militantes del partido, cartas que podían ser entregadas a los destinatarios en el caso de que muriesen. No se murió entonces, las cartas han sido destruidas, pero yo sé que en la carta que me estaba destinada, Cunhal decía que estaba seguro de que yo no abandonaría el partido. Y tenía razón. Y la va a tener mientras yo viva.

Pero los partidos comunistas en Europa son una especie en extinción... En Portugal creo que no existe ese riesgo que menciona. El PCP tiene una base real. Todos lo demás han pasado por operaciones de cosmética, de nombre, de siglas. Y lo peor para ellos es que no están mejor por eso, por haber tratado de hacer ese transformismo.

Ha habido gente que le ha descalificado por esa fidelidad, interpretándolo como un rasgo estalinista. ¿Quién sería Saramago en la Rusia estalinista? Un hombre que tendría todos los problemas. Un régimen que había hecho de la subordinación del ciudadano un principio, pues estaba condenado a lo que ocurrió. La decadencia en todos los aspectos de la Unión Soviética fue debida a la separación entre el partido y el pueblo.

¿Por qué cree que es tan criticado, tanto en España como en Portugal, cuando habla de iberismo? Es delicado tocar ese asunto porque nos lleva al campo de los instintos, de las pasiones, y ahí no nos ponemos de acuerdo. Hay patriotas que no pueden ni oír la palabra España, porque tienen esa idea, esa experiencia histórica, de que de España siempre va a venir algo malo. Portugal está ahogado. Y España también, enredada en su propia noria, con asuntos que parecen eternizarse y que no se resuelven. Pero España tiene ya una experiencia de diversidad, con las autonomías, que puede servir para llegar con serenidad a fórmulas unitarias entre los dos Estados. España y Portugal necesitan ambas una convulsión positiva. Sé que esta opinión levanta ampollas, pero lo planteo con honestidad intelectual. Contribuiría a un multilateralismo ibérico. Por supuesto, respetando las culturas y las lenguas. Se enriquecería la situación de Iberia. Y también tendría un efecto positivo en Europa.

¿Significa algo que España y Portugal tengan un Gobierno de izquierda? No nos engañemos. Es cierto que tenemos en un lado y otro Gobiernos de izquierda, pero de una izquierda que no se nota mucho. A lo mejor no pueden hacer otra cosa. ¿Qué pasaría en Europa si se decantaran más hacia la izquierda? Hombre, no tenemos un Arias Navarro para decir: ¡Vamos a invadir Portugal! Hay que arrumbar de una vez esa idea, que tuvo justificación con Franco, una dictadura mucho más cruel que la nuestra, que hasta le hizo decir a los integristas portugueses: "Espanha, terra perigosa". El problema es que las izquierdas en Europa están casi desaparecidas. Por ejemplo, ¿qué hay en España con referencias intelectuales? Medianías. Están dejando solo al juez Garzón. Yo lo que veo son medianías.

10 de junio de 2010

Confieso que soy terrorista

Pablo Jair Ortega - pablojairortegadiaz@gmail.com.- Desde hace algún tiempo, este autor se vio envuelto en la universidad con gente de pensamientos radicales. Hablábamos de Marx, Engels; exaltábamos la figura de Fidel Castro, charlábamos de los escritos del Che… “El revolucionario, es el escalón mas alto de la especie humana”.

Recuerdo que en el salón de Comunicaciones, durante los primeros semestres, nos declaramos abiertamente comunistas: no había jefe de grupo, sino representante, responsabilidad que caía en el Comandante Bermúdez, hoy escondido en alguna parte del Bajío.

Por esas épocas también nos tocó vivir los avionazos --vía “El Mañanero”-- en Estados Unidos, y en verdad que nos impresionó cómo en un ratito se desmoronaron las Torres Gemelas; tanto así que la escena más emblemática de la esperadísima película del Hombre Araña tuvo que ser eliminada en memoria de los caídos.

No me caía la idea de Osama Bin Laden hubiera realizado tal atrocidad, pero la contestación de los Yunaites estuvo peor. No por nada se ganó odio consumado el presidente Bush.

Desde Santanón hasta Lucio Cabañas comulgo con esas ideas de izquierda; Zapata y Villa demostraron que la vía armada era la única para hacer llamar la atención ante un país que sigue siendo tan nefasto y desigual. Incluso el subcomandante Marcos me cae bien.

Es por eso que he llegado al momento, indignado, de decir “YA ESTUVO SUAVE”, ahora que agentes migratorios de Estados Unidos, abiertamente están matando mexicanos en la frontera así como los polis nacionales hacen con los centroamericanos que tienen el martirio de atravesar México.

He llegado al punto donde tengo que confesar que ya estoy listo, o como decía Bush “Bring ‘em on, motherfuckers!” (La palabrita dominguera es mía). “You fuck with the wrong mexican” (de “Machete”, la nueva película de Robert Rodríguez).

¿Ora, no que muy machines? ¿No que muy infantes de Marina y no sé que tantas chaquetas más? ¿No que entrenamiento de lo más élite, armamento de poca? ¿Cómo está eso de que los agentes de la Border Patrol andan en bicla? Chale… ¿pos que los entrenó Ebrard?

Pero ahora tengo que decirles que ya estuvo suave, y que si el presidente Calderón tiene prioridades importantes como ir a bailar el “Waka-waka”, desde hace tiempo vengo recolectando armas cortas, de alto poder, masivas de destrucción en varios cuarteles que he disfrazado de viviendas, nomás para partirles su mandarina en gajos, bola de gringos ojetes.

En casa de mis abuelos, tengo grava en cantidades, unos ladrillos tepecil, y unos bollos que quedaron de la reconstrucción del patio. Todos son marca Ploymatel; unos verdaderos clásicos hechos en Minatitlán de alta potencia.

De igual manera, no puedo olvidar mi entrenamiento en el arroyo de aguas negras de la calle Bolívar, donde mi abuelo nos llevaba a matar ratas a pedradas… ¿A poco no están sintiendo miedo, goat-ones?

Todas esas idas a la sierra dizque para dar en chapuzón en Mecayapan era puro choro. En realidad me traía varias cubetas llenas de piedras redondas que son verdaderamente mortales, porque además son de las que si las avientas de lado, brincan sobre el agua. Unas cuantas sobre el río Bravo y van a ver como caen como patitos en tiro al blanco

Allá con mi jefa también hay escombro y Chagoya también ya me pasó más que tenía ahí guardado. Guardo unos tabiques que la neta me robé de una construcción.

Ya si se ponen de plano muy densos los trancazos, pues ahí tenemos unas choyas olmecas disfrazadas dizque de monumentos prehispánicos, pero que en realidad son peores que bombas atómicas. Hay molcajetes de a montón que podemos conseguir como artesanías y “un filoso metate” que aportara mi amiga La Varonita.

Y toda esta bola de estupideces son para contestar una mayor: según el sindicato de la Border Patrol, usar piedras es un arma y por eso su agente mató a balazos al niño de 15 años Sergio Adrián Hernandez.

Se dieron cuenta de que andamos armados, pos ora agárrense jijos de su tío SAM, porque las piedras rodando se encuentran.

4 de junio de 2010

Misas veracruzanas por los angelitos de ABC

Pablo Jair Ortega - pablojairortegadiaz@gmail.com.- Este autor es ateo, gracias a Dios, pero respeta todas las creencias, tolero a quienes practican su fe y sobre todo admiro a aquellos que son congruentes entre su religión y la realidad.

Lo que ocurrió en la guardería ABC nos marcó como mexicanos. Me atrevería a decir que por sobre todas las muertes de la aparente “guerra” contra el narcotráfico; la negligente matanza que se hacen los malosos entre sí, según el presidente Calderón y su secre de Gobernación.

Por encima de los descabezados, los de bala en la cabeza, el “Pa’ que aprendan a respetar” están los 49 angelitos inocentes de Hermosillo, Sonora, que exactamente hace un año murieron quemados, asfixiados, encerrados en lo que se supone era la guardería que los cuidaría, pero se convirtió en su tumba.

Se cumple un año, y es desgarrador ver los videos en la red de los padres cuando realizan las protestas en estos largos meses de impunidad. No hay dolor más grande para una madre o un padre que perder a un hijo. Eso no lo han sabido comprender allá en donde se dicen gobierno.

El más doloroso, desgarrador, es el padre que se declara culpable: culpable de haber votado, culpable de confiar en la autoridad, culpable de haber elegido esa guardería. Llega al alma.

No es por ser mala leche, pero nos preguntamos si los muertos hubieran sido hijos de Calderón, Bours, Horcasitas, Karam, y demás nefasta clase política, la justicia hubiera sido igual… A huevo estrellado sobre arroz que no. Disculpe usted la estúpida pregunta.

Anoche pudimos ver el drama en el programa de la periodista Denise Maerker; pudimos leer los análisis de esta mañana y todos coinciden en una sola palabra: DOLOR. Se critica igual la poca sensibilidad del gobierno ante el dolor de los padres de familia; que este viernes será luto nacional…

¿Luto nacional y ya? ¿Y los dueños de la guardería que son los principales responsables? ¿Dónde están los cuatro fufurufos del jet-set sonorense?

Afortunadamente no procedió amparo promovido por sus abogados y de paso el fuerte señalamiento del Poder Judicial hacia los políticos de alto nivel responsables. Pero los dueños, los que son señalados de ser parientes de la esposa del Presidente y relacionados también con el ex gobernador Eduardo Bours, permanecen escondidos, seguramente fuera de México.

Este viernes, siendo luto nacional, la nota del día será recordar a los 49 niños muertos en el incendio de la guardería ABC, si no es que a algún perverso idiota se le ocurra desviar la atención con alguna situación más morbosa.

Se planea en al menos 18 estados del país una conmemoración por esos pequeñitos y de los más de 75 lesionados.

No debemos olvidar lo ocurrido. Ha sido la muerte más sentida en las últimas décadas, porque no se trataba de soldados matando narcos, ni narcos matando otros narcos, ni familiares de marinos, ni adolescentes pandilleros, ni héroes del metro, ni atropellados por la hija de Alex Lora: eran bebés, los seres humanos en su etapa más inocente.

Le comparto enlaces hacia fotos en la lista adjunta. Quiero pedirle que la lea y vea la carita de cada uno de los fallecidos, y dígame si no siente algo.

En Veracruz el dolor no ha sido ajeno. Soy ateo, pero informó que las misas en las iglesias serán recordando a los 49 niños y niñas muertos. En Minatitlán están llamando a las 8 y 18 horas a vestirse de blanco para honrar la memoria y no olvidar, a un año de la tragedia.

En Veracruz el dolor no ha sido ajeno. Se siente en los comentarios. Mínimo un “¡No tiene poca madre!”.

LOS QUE NO DEBIERON MORIR

1-María Magdalena Millán García
2-Andrea Nicole Figueroa
3-Emilia Fraijo Navarro
4-Valeria Muñoz Ramos
5-Sofía Martínez Robles
6-Fátima Sofía Moreno Escalante
7-Dafne Yesenia Blanco Lozoya
8-Ruth Naomi Madrid Pacheco
9-Denisse Alejandra Figueroa Ortiz
10-Lucía Guadalupe Carrillo Campos
11-Jazmín Pamela Tapia Ruiz
12-Camila Fuentes Cervera
13-Ana Paula Acosta Jiménez
14-Monserrat Granados Pérez
15-Pauleth Daniela Coronado Padilla
16-Ariadna Aragón Valenzuela
17-María Fernanda Miranda Hugues
18-Joseline Valentina Tamayo Trujillo
19-María Ximena Huguez Mendoza
20-Nayeli Estefanía González Daniel
21-Ximena Yanes Madrid
22-Yeseli Nahomi Baceli Meza
23-Ian Isaac Martínez Valle
24-Santiago Lemas
25-Axel Abraham Ángulo Cazares
26-Javier Ángel Merancio Valdez
27-Andrés Alonso García Duarte
28-Carlos Alán Santos Martínez
29-Martín Raymundo De la Cruz Armenta
30-Julio César Márquez Báez
31-Jesús Julián Valdez Rivera
32-Santiago de Jesús Zavala
33-Daniel Alberto Gayzueta Cabanillas
34-Xiunelth Emmanuel Rodríguez García
35-Aquiles Drenet Hernández Márquez
36-Daniel Rafael Navarro Valenzuela
37-Juan Carlos Rodríguez Othón
38-Germán Paúl León Vázquez
39-Bryan Alexander Méndez García
40-Jesús Antonio Chambert López
41-Luis Denzel Durazo López
42-Daher Omar Valenzuela Contreras
43-Jonathan Jesús De los Reyes Luna
44-Emily Guadalupe Cevallos Badilla
45-Juan Israel Fernández Lara
46-Jorge Sebastián Carrillo González
47-Ximena Alvarez Cota
48-Daniela Guadalupe Reyes Carreta
49-Juan Carlos Rascón Holgín

Los 400 Pueblos apoyan a Yunes Linares






Pablo Jair Ortega // Fotos: Darío Pale - pablojairortegadiaz@gmail.com.- Un hermoso Naolinco entre las montañas. Con sus vaquitas por el monte y su agua de manantial gratis que se surte en la entrada. Es un buen día para hacer campaña para la gubernatura.

Hasta ahí llegaron los simpatizantes de Miguel Ángel Yunes Linares, los 400 Pueblos; esos luchadores sociales encabezados por César del Ángel, tan incansables que ya están contagiando a medio Xalapa con ese pasito bailador que se traen en pleno centro.

Puro choro eso de que no se llevan Yunes y César del Ángel. Son rete cuates, y la gente de Naolinco fue testigo, porque hasta marcharon juntos.

Las imágenes en EnlaceVeracruz212.com.mx son más que elocuentes. Desde muy temprano ya el candidato blanquiazul pintado de verde marino, pero de corazón tricolor, sabía que sus amigos estarían esperándolo en tierras naolinqueñas. Que desde muy temprano ya estaban ahí disfrazados con sus peculiares taparrabos y pancartas de apoyo.

Y la verdad que sí iba a ser multitudinario el evento, porque había como 200 integrantes del movimiento, entre hombres y mujeres que deseaban acompañar al aspirante a la gubernatura. Lo que se ve, no se juzga (ver fotos)

Llega Yunes a un salón campestre y sus seguidores van tras él lanzándole gritos de apoyo. La estrategia esta vez es reafirmar que es un hombre de “mano dura” (pobre Manuela) y que tiene los nervios fríos como chilacayote cristalizado.

Entonces, con una complicidad muy risueña, deja que sus simpatizantes cuatrocientospueblerinos se acerquen a él, nomás que a alguien de Naolinco no le pasó eso de que iban apoyando ¡aaaaal naturaaaaaal!

Chale ¿qué tienen contra las protestas nudistas? ¿Qué el cuerpo humano no es lo más hermoso que nos dio Diosito? Es una muestra de apoyo sincera, al desnudo, si nada entre el candidato y sus simpatizantes. Nada.

El chiste es que no dejaron entrar a los simpatizantes de Yunes Linares al salón campestre donde se ubicaba. Desde ahí el candidato los saludaba, así riéndose muy adentro. Hasta se parece al gober, que nomás dice sonriente: “Ya los vimos, ya los vimos”. En verdad que son almas gemelas.

Las más aguerridas fanáticas de Yunes de plano se hicieron mostrar trepándose al portón para que el candidato los viera entre la multitud. Desde ahí le enviaban flores al otoñal político choleño, que finalmente se convenció y salió a las calles del lugar.

Hicieron una marcha multitudinaria los 400 Pueblos y Yunes. El candidato iba escoltado con sus dos edecanes también otoñales a ambos lados. Por todo Naolinco se oía la voz de los 400 Pueblos gritando “¡Yunes! ¡Yunes! ¡Yunes!”; por eso le digo que es puro choro eso de que no se llevan, si bien que se quieren los pillines.

Tres horas con los 400 Pueblos, pero hay que partir. Por este jueves estuvo bien la caminata ahí en la capital mundial del buen calzado y artículos de cuero. En el rostro de Yunes se le veía una tristeza, quizás molestia, porque tenía que partir sin sus amiguitos.

Hasta César del Ángel y Doña Irma Chedraui, la ex diputada local, estuvieron conviviendo un ratito. Se saludaron y expresaron sus chascarrillos.

Luego entonces se sube Yunes a su Suburban… y lo siguen como 40 más… ¿Ah, chinga? ¿No que no trae seguridad exagerada? En la carretera más que caravana de un candidato a la gubernatura, parecía convoy del Chapo Guzmán.

Yunes se adelantó. Por “el pueblo de los patos”, Coacoatzintla (cualquier reclamo, a Don Daniel que me dio la idea), iba en su Suburban blanca, junto a su inseparable, íntimo, fiel escudero Chacón.

¡Ah que día en Naolinco! ¡Yunes se la pasó de lo lindo!