18 de agosto de 2016

PRI endurece discurso... más o menos... y lo que falta


La línea discursiva que traían los priistas recalcaba lo que se reflejó desde las pasadas elecciones: una profunda división, diferencias internas y una desgarradora competencia fuera de control entre los grupos de poder.

Pero no sólo es el conflicto postelectoral el que tiene a los priistas enfrentados, especialmente en Veracruz, sino que esa etapa ha sido aprovechada inteligentemente por sus adversarios políticos para hundir mediáticamente al partido, candidatos y gobiernos derrotados en las pasadas elecciones locales.

Parte de esa campaña, sistemática e indudablemente eficaz, comenzó a causar mella en el Presidente y su partido. Se enfocaron principalmente en los gobernadores de Chihuahua, Veracruz y Quintana Roo y han presionado en ese sentido en la opinión pública.

Allá en el Altiplano parecían no entender que no sólo se trataba de deslindarse de los gobernadores y desentenderse de la problemática local, sino que se trataba de un proyecto más grande que puede irse al caño y perderse la tan valiosa Presidencia de la República que tanto les costó recuperar.

Es decir, mientras el Presidente Peña y anexas se mantenían indiferentes y a distancia del incendio, todavía se les ocurrió lanzar una que otra bomba molotov al interior y el fuego finalmente los alcanzó. Hoy, quieran o no, tienen que contestar a los cuestionamientos de la oposición que los ataca.

Aquí hay que recalcar que Peña Nieto sabe que difícilmente le alcanzaría (al menos como está la situación actual) dejar a un sucesor priista en Los Pinos: su imagen pública está por los suelos; los punteros, Margarita y Andrés Manuel, son de los partidos de oposición; las reformas también han sido particularmente un dolor de cabeza por las movilizaciones sociales que se han generado en torno a ellas, como es el caso de la Reforma Educativa y Energética. En cuanto a la cuestión económica, volvimos a tener al dólar elevándose y llegar hasta los 20 pesos. En el rubro de seguridad, pues las matanzas, las ejecuciones, los secuestros, las extorsiones, siguen.

Quizás por eso viendo que la tormenta se aproximaba, finalmente los priistas soberbios decidieron hincarse y entender que no es callando ni poniendo la otra mejilla como las cosas van a resolverse, aunque tampoco eso resuelva una situación urgente por lo menos en el rubro de seguridad.

Por eso causó extrañeza y asombro el repentino cambio de discurso a nivel nacional: los que ya empezaron a echar la maquinaria “ideológica” fueron los dirigentes del PRI nacional, Enrique Ochoa Reza y Carolina Monroy del Mazo, quienes han expresado a medios --palabras más, palabras menos-- que no va a permitir que la oposición y adversarios se dediquen a calumniar y denostar. Que se les acabó el recreo y no habrá más mentiras, ni más embustes.

El mismo presidente Peña Nieto también ya comentó en su discurso reciente en Hidalgo de que se tienen que hablar ya de cosas buenas del país para que perdure la buena imagen, y no sólo de cosas negativas. En entrevista con López Dóriga, reiteró que no meterá las manos por ningún gobernante y que actuará con apego a la legalidad; que los acusados tendrán que responder ante las instancias correspondientes.

Ochoa Reza, esta mañana de miércoles, también fue al muy escuchado y visto noticiero de Ciro Gómez Leyva y volvió a endurecer su discurso… a medias… En realidad lo notorio fue su encomienda de llegar a golpear a López Obrador e insistir en esa cantaleta como si fuese el único argumento. Más que defenderse de las acusaciones, se vio a un dirigente empecinado en golpear al opositor que menos les ha dañado, porque la campaña más dañina ha venido del PAN.

Pero también hay que destacar el mensaje que este mismo miércoles lanzó el coordinador de los diputados federales priistas César Camacho: “en atención a una serie de impresiones y hechos que se han venido dando en el mundo de la política de cara a la opinión pública, querría formular algunos apuntamientos que señalan lo que advertimos que existe, no sólo en el ambiente ahora mismo, sino datos, acontecimientos que ocurrieron en el pasado reciente y que creemos que no deben pasar inadvertidos”.

De inmediato arremetió contra la señora Margarita Zavala de Calderón, la ex primera dama del ex presidente Felipe Calderón Hinojosa, quien ha ganado bastantes espacios y se considera la otra opositora a vencer para las elecciones presidenciales del 2018.

Entre las lindezas que le destacaron a la señora Zavala, se subraya el crecimiento patrimonial supuestamente inexplicable de la familia Calderón Zavala en pocos años. Según Camacho: “la riqueza de Felipe Calderón, ahora muy activo a cargo de la campaña de Margarita Zavala, pasó de 7.4 a 17.8 millones de pesos de 2006 a 2012 cuando terminó su mandato; el matrimonio ha hecho crecer 11 veces el terreno de su residencia privada, ampliando la original de 173 a 1,940 metros cuadrados, como lo documenta una publicación periódica”.

También le destacaron su relación con su prima Marcia Matilde Altagracia Gómez del Campo Tonella, una de las dueñas de la Guardería ABC, quien fue beneficiaria de una sentencia absolutoria anticipada en la tragedia donde fallecieron 49 bebés y resultaron heridos 106. Los hechos fueron el 5 de junio de 2009, en Hermosillo.

Pero lo que también se destaca es el colofón del mensaje del ex líder nacional del PRI: 
“Nos queda claro que este es un tiempo de retos que hay que convertir en oportunidades, hacer mucha política, pero siempre precedida la política de hacer un balance, una recapitulación que ponga a cada uno en su lugar”.

Por lo que se ve, los priistas parecen haber endurecido su discurso; ahora falta ver si realmente en algo ayuda a recomponerles el panorama adverso y si hay suficiente tiempo para ello.

EPÍLOGO: Américo le dio premios, lo celebró, lo hizo visitante distinguido de Xalapa; debería invitarlo a su casa ahora que lo repudian y corren de su estado. Se trata del gobernador Graco Ramírez, ese que viene a Veracruz a hablar pestes de la entidad, pero allá en la propia no lo quieren ni ver en pintura. 

@pablojair

15 de agosto de 2016

A Peña y Chong nunca les importó la gubernatura de dos años en Veracruz


Andrés Manuel López Obrador, dirigente nacional del Movimiento Regeneración Nacional (MORENA), estuvo este domingo 14 de agosto en Veracruz e hizo (muy a su estilo particular) diversas revelaciones sobre las recientes elecciones.

Entre sus declaraciones afirmó que el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, había pactado con el PAN —por órdenes del llamado “jefe de la Mafia en el Poder” Carlos Salinas de Gortari— para que el Partido Acción Nacional ganara la gubernatura de Veracruz e impidiera el avance de MORENA.

López Obrador no está errado en sus apreciaciones, pues es sabido que ante un escenario difícil de remontar, el PRI prácticamente tenía perdida la gubernatura en la entidad veracruzana.

Después de las elecciones, se sabría que Héctor Yunes Landa, el candidato del PRI, en un inicio estuvo 14 puntos abajo de su primo Miguel Ángel Yunes Linares, abanderado por el PAN. Hay quienes opinan que quizás, debido a las circunstancias, hubiese sido mejor que el candidato tricolor hubiese sido uno del grupo en el poder: el mejor posicionado era Alberto Silva Ramos, diputado federal por Tuxpan y actual coordinador de Comunicación Social del Gobierno de Veracruz.

No obstante, la estrategia de campaña tricolor se enfocó en remontar esa difícil ventaja que incluso especialistas en encuestas, mucho antes de que iniciaran los tiempos de campaña, ya vaticinaban como una derrota para el PRI, augurando que cuando mucho Héctor estaría a 5 puntos abajo de su primo Miguel Ángel.

En los “pasillos del poder” (abrazo desde Tampico, patrón) se comentaba que quien llevaba la batuta de las elecciones por parte del gobierno federal era el encargado de la política interna: Miguel Ángel Osorio Chong, con una una gran rivalidad con el presidente nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones Rivera, quien a su vez era el más interesado en el triunfo de Yunes Landa en Veracruz para afianzarse como el más fuerte aspirante a la Presidencia de la República para las elecciones de 2018.

Para nadie era secreto que dicha rivalidad Chong-Beltrones ponía en un dilema la elección en la entidad jarocha: los dos aspirantes a la Presidencia ponían en juego sus piezas en el ajedrez que significaban las elecciones en diversas gubernaturas del país.

Los resultados: los ya conocidos. Una debacle nacional para el tricolor donde se perdieron gubernaturas y el PRI perdió estados tradicionalmente priistas, como Veracruz. El primero en entregar su renuncia fue Beltrones y se esfumaron sus aspiraciones presidenciales. Chong se mantiene como el candidato más fuerte del PRI.

SIMULACIONES

Desde el Altiplano aparentaron estar muy atentos a la campaña electoral en Veracruz, pero en tierras jarochas se advirtió que en realidad la gubernatura de dos años no le importaban ni al Palacio de Cobián y por ende tampoco a Los Pinos.

Lo que realmente les interesaba a Peña/Chong era el tercer participante en la contienda jarocha: Cuitláhuac García Jiménez; y más que “Cui”, el notable avance de MORENA en la entidad. Se comenta incluso de una advertencia para Veracruz que se filtró a medios nacionales: “Si gana Miguel Angel vas a la cárcel, pero si gana Morena nosotros te metemos”.

Y es que si bien la estrategia de ataques hacia Yunes Linares hicieron que fuese disminuyendo notablemente en su cómoda ventaja, la otra realidad es que esos votos no estaban cayendo en la simpatía hacia el PRI, sino en el crecimiento de MORENA, cuyo candidato se pensó que podría ganar la gubernatura y además ganó espacios/distritos importantes en el Congreso del Estado. Lo anterior prendió los focos rojos a la cúpula del poder federal.

Es sabido también que parte de la campaña pasó por diversos filtros en la Ciudad de México, los cuales censuraron ciertos contenidos explosivos que podrían haber ayudado a Yunes Landa a remontar un poco más en su campaña.

Otra señal importante fue que en Coatzacoalcos: mientras era detenido el senador Fernando Yunes Márquez el día de la elección, vino una orden directa de Gobernación para que al panista no se le tocara ni con el pétalo de una rosa. Los priistas agrupados en el antiguo Puerto México no entendían la orden, pero la acataron.

El día de la elección, los números de encuestas de salida iban confirmando que el priista Yunes Landa iba perdiendo. Lo anterior también se confirmó cuando diversos actores políticos importantes del PRI desmantelaron oficinas, bunkers, salas de reuniones mucho antes de las 8 de la noche, cuando había una tendencia pública poco clara por parte de las encuestadoras.

Por eso tampoco es descabellada la teoría del periodista Francisco Ortiz Pinchetti, quien la semana pasada escribió una columna muy interesante titulada “Veracruz, peón envenenado para el PAN”, sobre que la gubernatura le fue entregada al blanquiazul como parte de una estrategia más grande.

Al final de cuentas la revelación del Peje no está tampoco alejada de la realidad: en verdad estaban desde el Altiplano muy interesados en que no hubiese un avance de MORENA en la entidad, pues el enemigo de las cúpulas panistas y priistas se llama Andrés Manuel López Obrador.

No es por nada que Peña Nieto y compañía hagan críticas burdas al populismo; o que Fox ataque a AMLO, así como lo hacen Margarita Zavala (incluido su esposo, el ex presidente Felipe Calderón) Ricardo Anaya y demás personajes en los cuales es obvio su propaganda en contra del tabasqueño.

Y es que dicen por ahí que si López Obrador gana la Ciudad de México (donde tuvo un gran avance en delegaciones y tiene amplias posibilidades de obtener la Jefatura de Gobierno); si logra también avanzar en el Estado de México y se le cuenten sus votos en Veracruz, Andrés Manuel tendría en el bolsillo los votos de las tres entidades con los padrones más importantes del país.

Claro: de aquí al 2018, pueden pasar muchas cosas.

@pablojair

3 de agosto de 2016

El alcalde que le pidió disculpas a Yunes Linares


El “gober ansioso” y electo de Veracruz, el panista Miguel Ángel Yunes Linares, reveló este lunes que alcaldes priistas le habían pedido disculpas por no poder asistir a su evento del Plan Veracruzano de Desarrollo que se llevó a cabo en las instalaciones del Museo de Antropología, donde estuvo arropado por la Universidad Veracruzana.

Hasta ahorita no se sabe de manera oficial quiénes habrán sido esos alcaldes, pero hay un idea muy clara de uno de ellos, por las recientes señales.

Al mismo tiempo que Yunes Linares tenía su evento, el gobernador Javier Duarte de Ochoa lo denunciaba por presunto enriquecimiento ilícito en la Fiscalía General del Estado, argumentando que el panista adquirió al menos 16 propiedades en la entidad mientras se desempeñaba como servidor público, con un valor catastral que podrían rebasar los 100 millones de pesos.

Un poco más temprano, Duarte de Ochoa convocó a una reunión con alcaldes, diputados y secretarios de su gabinete, quienes posteriormente lo acompañarían a la Fiscalía. Uno de los notorios ausentes fue Américo Zúñiga Martínez, el presidente municipal de Xalapa.

Zúñiga Martínez se justificó diciendo que ya había avisado de su ausencia porque tenía compromisos con unos comerciantes. Es decir, le restó importancia a la reunión con el gobernador, lo que en otros días hubiese sido impensable porque sabe que en política no se le puede negar una reunión al jefe político de la entidad. Esa fue la primera señal.

Pero al parecer a Zúñiga Martínez se le olvidó que tuvo un despegue tremendo en su mediocre carrera política/partidista precisamente en los recientes 10 años al lado de los Fidelistas y Duartistas.

Con Fidel Herrera Beltrán fue nombrado secretario de Trabajo, el más joven en la historia de la dependencia. En 2010, cuando Duarte de Ochoa fue nombrado gobernador de Veracruz, Américo fue electo diputado local para la LXII Legislatura por el distrito de Xalapa Urbano (quien le entregó la estafeta ). Ahí presidió la comisión de Vigilancia y fungió como vicecoordinador de la fracción del PRI. El 4 de abril de 2013 solicitó licencia como diputado para buscar la candidatura a la Presidencia Municipal por la coalición Veracruz para Adelante (PRI-PVEM-Nueva Alianza) en las elecciones del 7 de julio de ese mismo año. Ganó con 58 mil 636 votos y desde el 1 de enero de 2014 es alcalde de Xalapa.

Todos esos cargos mencionados fueron con el apoyo y respaldo de Fidel y Duarte de Ochoa, pero el joven Américo ya sacó a relucir el cobre de la ingratitud: este martes, Zúñiga no sólo le dio la bienvenida a Xalapa al gobernador perredista de Morelos, Graco Ramírez, sino que todavía tuvo la puntada de darle un galardón como huésped distinguido en la sede del Ayuntamiento a sabiendas de que Graco ha sido particularmente crítico con Duarte de Ochoa y con la actual administración.

Todavía este martes Graco arremetió de nuevo, pero Américo Zúñiga lo arropó y hasta le dio un reconocimiento a nombre de los xalapeños con el pretexto de la “pluralidad”. Señal más clara, no hay.

A Américo siempre se le ha vinculado con el grupo del senador Pepe Yunes Zorrilla, de Perote, por la gran relación que su padre Don Guillermo Zúñiga (recientemente fallecido) tenía con Don José Yunes Suárez, padre del legislador. Américo y Pepe son la continuidad generacional de esa amistad a largo plazo.

Se entiende, y así lo ha expresado públicamente, que tiene un compromiso casi fraternal con el peroteño, quien también hizo show este miércoles al llevar a periodistas a una reunión privada con la Secretaría de Desarrollo Agropecuario. (En menor dimensión, pero Yunes Zorrilla ya también envía señales parecidas a la del xalapeño).

Todo lo anterior concluye en que Américo fue uno de esos alcaldes priistas que ya adoptaron una postura pasiva ante el gobernador entrante y obviamente le debe haber pedido disculpas por no asistir a su evento en el Museo de Antropología.

Por cierto que Américo quiere ser presidente estatal del PRI. Tiene la juventud, la experiencia y en una de esas hasta la aprobación del “gober ansioso” para convertirse en el dirigente tricolor en la entidad. Manipulable, comprometido sólo con Pepe Yunes, con la aprobación de Yunes Linares y nadie más.

Habría que recordarle nada más un pequeño detalle: gobierna una Xalapa donde el tricolor ha perdido las recientes elecciones; donde de plano es aborrecido por la comunidad estudiantil y el sector popular. Sus recientes números como “encargado de la plaza” en las elecciones para diputados federales y para las locales sólo han terminado unas tremendas masacres para el PRI.

Ahí están las cifras sin justificar y esas no mienten… aunque pida disculpas para ausentarse.

@pablojair