27 de abril de 2007

Cosoleacaque, entre los Merlín y los Cadena

pablo.jair.ortega@gmail.com.- Cosoleacaque ha sido escenario de grandes manifestaciones sociales que principalmente involucran a la densa población indígena del lugar. No por nada la presencia de sacerdotes jesuitas, o de extranjeros y líderes como el subcomandante Marcos que han hecho presencia en este terruño mágico, tierra del buen pan y el popo, donde también se puede incluir a la carne de Chinameca y la chogosta de Jáltipan.

Desgraciadamente, en lo que le toca en el ámbito de la política de estos días tan calurosos en el sur, es una situación pobre, nefasta, fuera de toda lógica para tratar de combatir el rezago histórico de su población, herida por gobernantes por demás obtusos: Cosoleacaque, pese a que podría ser un municipio con mayor desarrollo regional por su ubicación geográfica, lo han utilizado como alcancía particular de los beneficios que recibe de otros municipios aledaños como Minatitlán y Coatzacoalcos, así como de peajes, impuestos y recursos federales que no dudan en pelear férreamente, como en el caso del puente Coatzacoalcos II, pese a que no está en sus territorios.

El heroico pueblo de Cosoleacaque (participante en la defensa de la nación contra los franceses conmemorada el 18 de octubre de 1863) vive hoy una lucha infausta entre dos familias de las más conocidas en el lugar. Es un pleito cuyo origen se remonta a por lo menos unos 50 años, cuando en la región sur comandaban los dos más fuertes caciques que ha tenido la región: Amadeo González Caballero, situado en Coatzacoalcos, y Francisco López Arias (hermano del ex gobernador, considerado como el hombre de las pistolas), en Jáltipan. Desde esos desencuentros propios de una historia negra de pistolerismo en Veracruz, se desencadena lo que actualmente es la lucha por el poder en tierras cosoleacanecas.

Primero están los que se apellidan Merlín, tradicionalmente envueltos en la política de la zona y con una fuerte influencia en la región convergida por el liderazgo de bonanza ganadera; los hijos del ganadero Heliodoro Merlín, patriarca de la familia, así lo reflejan, pues todos tienen cargos políticos y como servidores públicos: Gladys Merlín Castro, actual diputada local (y quien busca la alcaldía por el PRI en las próximas elecciones locales); su hermano Heliodoro, como delegado de Tránsito en Jáltipan; Héctor, como jefe de la Jurisdicción Sanitaria en Coatzacoalcos; y Elvia Merlín, quien es coordinadora de los Colegio de Bachilleres de Veracruz en la zona sur. Don Heliodoro fue secretario particular durante muchos años de Amadeo González Caballero.

En contraparte están los Cadena, familia también muy ligada a la política local, con Cuauhtémoc Cadena Pérez y su pariente Raúl Morales Cadena, alcaldes de Cosoleacaque y Minatitlán (municipios conurbados) respectivamente, ambos del PRI. Sus antecesores son los hermanos Cadena Bécquer, que fueron gente muy cercana a los López Arias, de Jáltipan.

De estas relaciones entrañables, surge la enemistad que hoy sostienen los Cadena y los Merlín. La lucha por controlar y dejar clara su influencia en el municipio ha tenido como ejemplo claro los desencuentros recientes entre la diputada Gladys Merlín Castro como candidata casi segura del PRI a la Presidencia Municipal, y que trata de boicotear con medios a su alcance el alcalde Cadena Pérez.

Recientemente el conflicto se puso interesante cuando Heliodoro Merlín Castro (hermano de la diputada, conocido como “Yoyo”) fue cambiado de Jáltipan a Cosoleacaque como delegado de Tránsito, a lo que el munícipe Cadena Pérez reaccionó inmediatamente y suspendió el pago a 10 agentes viales que costeaba el ayuntamiento. De acuerdo a versiones periodísticas, el cambio obedecía a la queja de ciudadanos y transportistas por presunta extorsión por parte de Heliodoro Merlín. Lo interesante fue que dicho cambio finalmente no se concretó, y Merlín Castro pretendía volver a Jáltipan a su antiguo puesto de delegado.

Esto ocasionó que en la Delegación de Tránsito de Jáltipan surgiera la inconformidad entre transportistas, oficiales, agentes viales y ciudadanía en general, organizándose todos para protestar por el regreso de Merlín Castro a dicho municipio, e incluso colocaron una manta afuera de las instalaciones de la Delegación a manera de protesta. Durante esos días incluso se hablaba que varios sectores de la sociedad jaltipaneca realizarían protestas en las instalaciones de la Delegación de Tránsito, ante el regreso de Heliodoro Merlín, pero finalmente nunca se llevó a cabo, y el famoso “Yoyo” atiende nuevamente en Jáltipan tranquilamente.

Tan redituable es el negocio de la política en “Cosolea”, que se habla unas cuantas familias enriquecidas al amparo del poder, y se comenta que el más reciente presidente municipal incluso sumó 5 ranchos más a sus propiedades.

Esto ha ocasionado que los gobernantes hayan convertido a Cosoleacaque en un municipio sin utilidad y sin mecanismos para hacerse de recursos propios. Así se cobijan con el discurso populista de “defender los intereses de los cosoleacanecos” pretendiendo afectar a las industrias locales cobrándoles impuestos inventados de la nada (conocidos popularmente como “una marihuanada”); el pasado alcalde Darío Aburto lo pretendió con el Complejo Petroquímico de Cosoleacaque, e incluso hasta hizo un “acto de clausura” simbólica; su antecesor Román García lo intentó con el Instituto Tecnológico de Minatitlán, y ahora le tocó recientemente a empresas dedicadas al ramo de los fertilizantes, como Agrofermex (empresa de fertilizantes del conocido empresario michoacano Alfredo Anaya Gudiño), y ahora FEFERMEX, ambas objetivo de los ataques populistas del alcalde Cuauhtémoc Cadena.

No debe sorprender entonces el por qué los políticos de Cosoleacaque buscan por todos lados hacerse de recursos y organizar mitotes populacheros para apantallar ser gente que defiende el municipio. Tan es así, que su actual alcalde “Temo” Cadena –demostrando lo más recóndito de su xenofobia– en lugar de ver por urgentes y prioritarios problemas de su población, pelea por nimiedades como cambiarle el nombre al aeropuerto de Minatitlán que está asentado en terrenos cosoleacanecos.

Algunos lo apodan “El Zorro”, y quiso hacer fanfarrias con su mote al convocar recientemente a los medios de comunicación para “desmentir” que estén desacatando una resolución judicial, donde la empresa FEFERMEX solicita a la devolución de casi 300 mil pesos de fianza por cambio de suelo, que misteriosamente desaparecieron de la tesorería municipal. Lo burdo del asunto, es que dice que pagaron el 30 de marzo pasado, cuando el último acuerdo del Juzgado que “le dio palo” con el amparo a favor de Ferfemex, es del 16 de abril del presente año. ¡Miente Cuauhtémoc!

Lo que no dice el alcalde es que esta parafernalia la utiliza para desviar la atención en el escándalo del derrumbe de 13 viviendas en la unidad habitacional “Hermenegildo J. Aldana”, por una negligencia en obras sobre la carretera federal.

La historia se resume así: resulta que a Don “Temo” se le ocurrió hacer la ampliación de la carretera federal en un tramo que pasa por la colonia Aldana, pero los trabajos comenzaron de una forma pésima en la preparación del terreno, que afectó a las viviendas de dicho centro urbano y derrumbó parte de estas. Esto originó que los vecinos cerraran la Carretera Transístimica por varias horas (de las arterias más importantes en el sureste) en demanda de que las autoridades estatales intervinieran ante la desatención de las municipales.

Hasta el día de hoy no hay una respuesta clara por parte del alcalde, pero los políticos cosoleacanecos aprovecharon el escenario para lo único que saben: hacer política.

Hasta esta colonia llegó la diputada local Gladys Merlín con su gente, incluyendo a su hermano Heliodoro, el delegado de Tránsito de Jáltipan, para entrevistarse con los afectados, y se presentó de manera repentina el secretario del ayuntamiento Julián Montoya, quien inmediatamente fue abucheado por los vecinos y prácticamente corrido del lugar. Fue el famoso “Yoyo” quien incluso le sugirió que se retirara, a lo que respondió Montoya que “cuando fuese alcalde de Jáltipan, le iba a hacer su chamba”, y en plena discusión, “Yoyo” le dijo que no sería alcalde porque no lo quiere el gobernador, a lo que contestó Montoya “que no manda el gobernador, sino los votantes”.

Tan así están las cosas en Cosoleacaque, que ahora encontraron una nueva forma de hacer propaganda: envían correos electrónicos anónimos a diversos medios denostando a ex alcaldes, y ciertos personajes conocidos del ámbito local, principalmente perredistas. Dichos mensajes no rayan solamente en el ataque personal, sino que vulgarizan más lo pobre de hacer política en Cosoleacaque.

Así de esta manera, es lamentable que un pueblo tan noble se convierta en rehén de unas cuantas familias; el pueblo de Cosoleacaque se merece más que sólo unos cuantos secuestradores del poder político, y que además van más por el beneficio personal que el comunitario.

Oportunistas son, porque no hay otra forma de calificarles.

1 comentario:

Anónimo dijo...

la verdad no estoy del todo deacuerdo con lo que comentan en este apartado puesto que
si se ponen a estudiar la historia de cosoleacaque también verán que cosoleacaque era Y es de los alor!
pero por ser mujeres las ke llevan el apellido este no siguió en las generaciones asi q pues, investigen un pokito mas.