31 de julio de 2011

Sin terminar la reconfiguración y se inunda

Pablo Jair Ortega - pablojairortegadiaz@gmail.com.- Desde finales del sexenio de Ernesto Zedillo ya se planteaba la necesidad de ampliar la refinería más antigua de América Latina, llamada “Lázaro Cárdenas del Río”, en honor del “Tata” que expropió el petróleo en 1938. A finales de los 90 ya se hablaba de una necesaria ampliación para una mayor producción, algo que se conocería como “La Reconfiguración” cuyas primeras licitaciones se hicieron en el 2003.

La reconfiguración (ampliación de la refinería y construcción de nuevas plantas) fue una obra tan anunciada que directores de PEMEX vinieron y fueron, siempre con el tema de la reconfiguración como pregunta obligada con sus respuestas conocidas: ya falta poco, ya merito, tardará más, habrá más plazas de trabajo, que siempre sí, que siempre no. Se supone también que al haber más producción de combustibles, éstos se abaratarían.

Finalmente este 26 de julio de 2011 llegó el día soleado en que se concretizó el sueño con el presidente Calderón, el gobernador Javier Duarte e invitados especiales. Los que se pararon temprano ya estaban en sus posiciones echándole porras a todos.

Se inauguraba con tres años de retraso, sobreprecio y problemas, como las 4 plantas sin terminar de las 12 proyectadas. De todas formas se celebró con toda la pompa y circunstancia como uno de los grandes logros del gobierno.

Para añadir sazón al engaño, quitaron las lonas que dicen “planta en proceso de arranque”, escondieron las carpas de los comedores y los talleres. Maquillaron toda la refinería, la pintaron, sacaron a todos los trabajadores según por seguridad, pero trasciende que fue porque había manifestantes que planeaban decirle al Presidente cómo las compañías han estado incumpliendo los pagos de los salarios de los trabajadores (hay gente a la que no le pagan desde hace un mes); hay muchas compañías que no le dan la comida a sus trabajadores aunque el contrato colectivo dice que están obligados y el sindicato petrolero no hace ni pío.

Y llegó el mal tiempo, días de lluvias que se avecinan en posibles inundaciones para Minatitlán. Las calles del nuevo e inaugurado complejo industrial dieron cuenta de la realidad de una obra mal hecha desde su cimentación: fotos de calles inundadas en la planta denominada Combinada Maya, así como entre las plantas de Alquilación y la Catalítica. Ramas secas que eran rosales, palmeras y bugambilias sembradas en la entrada de la reconfiguración un día antes de que el Presidente llegara; hoy todo lo que sembraron está muriendo.

Se está hablando de instalaciones industriales sobre pantanos, donde se supone que entubaron un arroyo artificial para el tratado de desechos industriales y para que no estén al aire libre. En una de las imágenes que se presentan se ven unas mangueras especiales que se ocupan para que dichos desechos no contaminen el pantano pero la técnica no funciona: cada año, durante los meses de mayo y junio (cuando los incendios son seguidos) se quema el pantano a un costado de la refinería, por la entrada de la reconfiguración, el humo que sale huele como si se estuvieran quemando plásticos o llantas y sólo se apaga cuando empiezan las lluvias; se controla la lumbre por el equipo de contraincendio que se establece en la zona. La humareda queda por semanas y se logra apreciar la dimensión de lo quemado.

Cifras publicadas en El Financiero, periódico especialista en temas económicos, indican que podría hablarse de 7 mil millones de dólares lo invertido finalmente en la reconfiguración de Minatitlán, el doble del presupuesto original. El mismo rotativo señala que el director de Pemex, Juan José Suárez Coppel, reconoció un sobreprecio de entre 15 y 20 por ciento.

Cuando los ingleses fundaron desde 1906 las bases de a refinería actual, sabían que tenían que construir algo a largo, extremadamente larguísimo plazo. Los cerros donde se sostiene la refinería “vieja” fueron preparados por los británicos y todavía existen, tienen más de 100 años de construidos. Estamos seguros que es una obra hecha para siempre.

Hoy, todavía ni pasa una semana de la inauguración de la reconfiguración en la refinería y ya se ven los problemas seguramente evitables que surgen el puro estilo mexicano de la construcción: hacer obras a plazos cortos para que produzcan dinero con reparaciones, mantenimiento, que hay que volver a construir aquí, acá, meter otra obra anexa. El objetivo es que circule el dinero.

Si viera Don Porfirio y el Tata las cochinadas que hicieron de su sueño (uno europeo, otro mexicano), seguramente se desmayarían del puro coraje.

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