2 de diciembre de 2016

Crónica de un amanecer en Camagüey con Fidel


"La Caravana de la Victoria" pernocta en la Plaza de la Libertad de Camagüey, el pueblo bravo, el de los tinajones. A las 7.01 am del día siguiente saldría de nuevo para cubrir el penúltimo tramo que lleva a Fidel a su morada final, junto a sus hermanos Moncadistas y José Martí.

De La Habana a Santiago de Cuba es algo así como 12 horas de viaje por carretera, atravesando lugares emblemáticos como Santa Clara, donde reposan los restos del Ché. El viaje es de occidente a oriente, recordando aquella caravana cuando los barbudos viajaron desde Santiago para entrar a la capital cubana anunciando el triunfo de la revolución armada… Ahora el viaje es al revés, ahora el regocijo se convirtió en luto.

Un buen tramo de autopista, otro de carretera. Caminos desconocidos incluso para muchos cubanos que sólo saben que tienen vecinos en la zona de Oriente, pero algunos ni siquiera conocen esta región conocida por ser predominantemente ganadera.

En Camagüey, desde las 5 de la mañana se ve a la gente por las calles apresuradas a reunirse por las calles por donde pasarán los restos del comandante Fidel. Desde aquí se recuerda la lucha del Mayor Ignacio Agramonte y Loynaz, los esclavos y sus machetes campesinos que se sublevaron a los terratenientes, como una primera revolución en los tiempos de Martí.

Por la madrugada conocemos el poblado que es Patrimonio Cultural de la Humanidad. Desde Santa Clara acercamos a Benito, quien pidió un aventón y nos dice que aquí vive su padre, ex combatiente en la misión de Angola. Que el también cumplió con el servicio militar obligatorio e incluso quiso formar parte de las tropas especiales, una compañía de élite del Ejército Cubano, pero no terminó el curso. Por él sabemos que todos esos hombres vestidos de verde que se ven por la carretera son los Camilitos, que estudian para oficiales.

Muchos se concentran para despedir las cenizas de Fidel en su partida de Camagüey, como también se ven por las calles a miles de cubanos que esperan la gua-gua que los llevan a trabajar; se amontonan a su llegada. Los estudiantes que llaman "Los Pioneros", "Los Pioneritos" de cariño, también se despiden del Comandante al que recuerdan con su discurso desde el balcón de una escuela primaria, hoy monumento histórico.

Nos dicen que cerca está Holguín, donde Fidel vivió su infancia y había una finca familiar. Se checa el mapa y llega una canción cubana a la mente: "De Alto Cedro voy para Mayabé, llego a Cueto, voy para Mayarí"... Los cuatro lugares son cercanos.

Aquí en esta región se fundó la primera fábrica de quesos construida por Fidel. En unas horas dará inicio oficial la zafra, pero todo está paralizado por el paso final del comandante por estas tierras.

Alcanzar la caravana parece imposible, especialmente por los cinturones de seguridad que no dejaron pasar de Camagüey a Las Tunas mientras los restos de Fidel, escoltas y helicópteros viajan.

Por la radio anuncian el paso de quienes llevan a Fidel Castro; las narraciones que hablan de gente emocionada gritando “¡Yo Soy Fidel!”, que remarcan el cariño que sienten los cubanos por este monstruo de la historia.

También se escucha una canción que cimbra con ese estilo cubano que incita: "Hombre: los agradecidos te acompañan, como anhelaremos tus hazañas, ni la muerte cree que se apoderó de ti"...

Fidel duerme este viernes en Bayamo, a dos horas de Santiago. Hoy llegamos y encontramos la buena noticia de que por fin hay un Wi-Fi decente, urgente, necesario para subir fotos al Feis. Bendito sea.

Para este sábado otra vez el homenaje final al llamado “Caballo”, y de ahí a reposar eternamente junto a Martí en el Cementerio Santa Ifigenia.

 @pablojair

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