28 de marzo de 2009

Los ausentes del sur

Pablo Jair Ortega - pablo.jair.ortega@gmail.com.- La bola se va, se va, se fueeeeee… Y así de tremenda fue la bateada que Carlos Romero Deschamps le dio a los petroleros de Minatitlán, quienes madrugaron en el estadio “18 de Marzo” para recibir una alta dosis de rayos UV, con un poquito de surada, pero todo el esfuerzo valía la pena porque iba “asegún” a llegar el líder. El jefe… ¡Que Bruce Springsteen ni que la chinada!

Dicen que desde las primeras horas de la mañana, en más de una casa obrera, con la camisa bien puesta, los petroleros salieron con todas las intenciones de “hacer labor social” y darle su garrita de jaguaroundi (para ir ad hoc a la onda petrolífera) al estadio que tanto identifica al pueblo natal y a su público beisbolero.

Que fue una jornada casi casi como de Estado Mayor Presidencial, de esos eventos masivos donde el sindicato se pinta solo, y más la sección 10, acostumbrada a realizar esos eventos donde no hay acarreados, donde no hay pase de lista, donde no hay presión alguna para que los trabajadores vayan --con el corazón en la mano-- a hacer acto de presencia.

Total que el asunto es que se presentaba Don Charlie Romero Deschamps, ex chofer de La Quina, y por cierto, conocido por viejos líderes petroleros de Mina, que antes de ser el magnánimo, le pedía chance a éstos otroras para ocupar el teléfono. Al evento también se presentaba el gober Fidel Herrera; juntos inaugurarían el inicio de la temporada beisbolera, pero sólo llegó Tío Fide.


¡Uuuuy! Viera usted que encaboronadiza se dio más de uno que seguramente, me cae, tenía muchas ganas de verle la jeta al hombre del yate de lujo, relojes finos y todo ese mal gusto que parece incluido en la ficha de los líderes sindicales de este país. Dicen que ya estaban preparados hombro con hombro, codo con codo, haciendo una valla agarrándose de las manos al estilo de “El Puma”, pero quedaron con la frustración de no poder ver a su máximo dirigente.

Ya en cuestiones grillescas, más de uno de esos dirigentes de antaño que aún se asientan en Minatitlán y conocieron a Charlie Romero cuando éste era un puberto chafirete, comentan que probablemente el mensaje mandado por el líder era el de no “quemarse” con favoritismos ahora con la instalación de la nueva refinería, donde Tuxpan se ve como la sede más obvia, pero que el gobierno quiere hacerla de jamón nomás para ver como se desgarriatan los priístas peleando por la nueva factoría.

En este caso, si el mensaje fuese eso, habría que sumarle lo lamentable del desaire a la sección 10, y a Minatitlán, porque hasta el profe Urbina --coordinador regional de Protección Civil y karateca de tiempo completo-- dijo que todo estaba listo para recibir al gober y al líder sindical. Incluso es conocida la cercana relación entre Jorge Wade González, dirigente de la sección 10, y Charlie Romero, pero quién sabe qué pasó. No vaya a ser como un alto directivo de PEMEX que de plano dijo que tiene alergia a la prensa, y por eso le pidió al alcalde de Coatzacoalcos que les aleje a los periodistas porque se le constipa el susufrus.

Y hablando de ausentes, pues este autor se lamenta de no haber estado ahí en Xalapa cuando Silvio Rodríguez llegó así como fotógrafo cualquiera, con su Nikon, acompañando a su cuate Ernesto Cardenal en el honoris causa que le hizo la UV.

¡Chale, Carlitos, antes nos hablabas!

No hay comentarios.: