9 de diciembre de 2009

En quiebra los constructores

Pablo Jair Ortega - pablojairortegadiaz@gmail.com.- El sector constructor está desquebrajándose como una de las tantas malas obras que hacen las compañías pertenecientes a diputados veracruzanos.

Los industriales están padeciendo no sólo los efectos de la crisis económica y el encarecimiento de los insumos, sino que literalmente están quebrando, envolviéndose en problemas de deudas elevadísimas o en situaciones que se convierten en calderas sociales a punto de ebullición y que poco les falta para salirse de la olla.

En pocas palabras, la industria constructora en Veracruz se está hundiendo.

Dos ejemplos nos indican el rumbo de las de por sí ocultas y raras asignaciones de obras a empresas privadas: los diputados Fidel Kuri y Renato Tronco --aparte del cargo que ostentan viviendo de recursos públicos-- todavía utilizan a las compañías de su propiedad (creadas ex profeso para sangrar al erario, como lo podemos afirmar con el diputado sombrerudo) para ser beneficiados con obra pública en Nogales e Ixhuatlán del Sureste.

No tendría nada de malo que existieran estas compañías, si el trabajo fuera bien hecho y no estuvieran infladas como seguramente lo están (sólo como ejemplo, y bien lo apunta el periodista Mussio Cárdenas: los 5 millones de pesos que costó la obra de poner láminas en el mercado 5 de Febrero de Minatitlán, cuando el nuevo gimnasio popular en Coatzacoalcos costó 7 millones). La realidad de este sexenio es que además de las tristes anécdotas de los “diezmos” --mismo apodo bien ganado a Jorge Carvallo Delfín, presidente del PRI estatal supuestamente por pedir un porcentaje de dinero a los constructores-- estos últimos meses han sido devastadores para los constructores.

El asunto no se trata solamente de falta de pago de parte del gobierno estatal, sino que se está convirtiendo en una peligrosa bola de nieve que puede desencadenarse en situaciones sociales de mayores consecuencias.

Clara muestra es la protesta en Ixhuatlán del Sureste de vecinos que cerraron caminos a dicho municipio, contra la pésima y abandonada obra de construcción de un muro que tiene casi todo el sexenio construyéndose, y que sólo se convierte en polvareda en tiempos de calor y lodazales con peligro de deslave en tiempos de lluvias. La obra pertenece al diputado Renato Tronco.

Los habitantes de la zona sólo así se hicieron sentir, porque de alguna manera extraña, a Renato Tronco le perdonan todo, hasta los señalamientos de homicidio.

En el caso de los constructores (los reales, no improvisados), es conocido que los propietarios están cerrando este año con números rojos, deudas millonarias a proveedores, falta de pago tanto a obreros como personal administrativo y operativo, así como despidos lamentables ante la falta de solvencia.

Para este diciembre, algunas compañías contratistas están optando por decirles a parte de su personal que ya no regresen para el próximo porque de plano no tienen cómo pagarles. En pocas palabras, los empleos tan cacareados por la Secretaría de Trabajo de Veracruz, en enero se van a ir al agave.

Pero no sólo eso, sino que los constructores se están enfrentando a un escenario nuevo de protestas: en las obras, donde radican los obreros (y especialmente en zonas aisladas) ya están “calientes” y tomando medidas de presión contra los patrones; algunas son solamente las amenazas de dejar tiradas las obras, pero hay quienes ante la situación de adeudos o pagos parciales, han amenazado con tomar la construcción, destruir propiedad de la compañía y causar mayores problemas a los constructores, quienes se encuentran en medio de que el Gobierno de Veracruz no les paga y que tienen ya deudas contraídas con personal y proveedores.

Según versiones, la dependencia que más adeuda a las compañías constructoras es la Comisión de Agua del Estado de Veracruz (CAEV) dirigida por Pedro Montalvo, ex diputado federal priísta en la pasada legislatura, y quien sustituyó a Antonio Benítez Lucho, hoy diputado federal también priísta.

La situación se torna más difícil, porque el llamado de los constructores hacia la administración estatal ha recaído en oídos sordos. No son pocas las veces que los representantes del sector se han acercado al gobernador Fidel Herrera para pedirle, suplicarle, que por favor se les pague aunque sea una parte de las obras, recibiendo respuestas negativas o indiferentes.

A esto súmese los señalamientos al inicio de esta columna: “prominentes políticos”, ya de por sí magnates, viviendo del presupuesto y todavía recibiendo obras millonarias como en el caso de Kuri y Tronco. ¿Así o más cínica y tranza la clase política?

En fin, mientras, en Xalapa, los constructores deciden arriesgarse a ser vilipendiados y rechazados por el Gobierno dando una conferencia de prensa para dar a conocer lo anterior. Hablan del despido de 15 mil personas en el sector constructor y de 25 millones de pesos de adeudo.

No obstante, los llamados parecen seguir siendo cayendo en indiferencias. El sector constructor --muy cercano a la clase política-- parece dispuesta a romper relaciones con el Gobierno de Veracruz ante la crisis en que los mantiene sumergidos.

Íngale, y en tiempos de elecciones…

PD. Saludos a la Chechi, defensora de la tierra

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