1 de abril de 2012

Monumentos a la mediocridad

Pablo Jair Ortega - pablojairortegadiaz@gmail.com.- A Julen Rementería del Puerto, entonces alcalde de Veracruz, le parecía impúdica la fuente donde jugaban unos niños desnudos y que estaba frente a la terminal del ADO. Entrando o saliendo de Veracruz en camión, esa fuente estaba ahí como glorieta, pero ante los ojos puros de Julen, era imposible que esa fuese la imagen que se le diera a los visitantes.

A Julen le pesó el rosario y mandó a esconder la popular fuente en la colonia Formando Hogar del cuatro veces heroico puerto, oculto a los turistas. Pese a las protestas de la comunidad artística, el hoy candidato a senador por el PAN cumplió su santo capricho y compró su entrada al cielo.

Recientemente en Minatitlán, el priísta alcalde poblano y de extracción petrolera Leopoldo Torres, sin previo aviso ni consulta, quitó el emblemático “Monumento al Flechador” que estaba en una glorieta sobre la avenida Justo Sierra, la principal del lugar, para llevarlo hasta el rumbo de Las Matas en las afueras de la ciudad, en el entronque de la carretera Minatitlán-Coatzacoalcos y la entrada a la Refinería. Ahí frente al basurero regional.

Polo Torres desconoce que donde estaba el pedestal del “Flechador” había una cápsula de tiempo que se colocó en los tiempos de Germán Andrade como alcalde, que hoy está desaparecida. El alcalde se mantiene hermético en el tema como si fuese un secreto de estado y dicen que a lo mejor quiere poner otro “esquitómetro”, como lo hizo en el centro, pero ahora en la avenida Justo Sierra.

En Acayucan se dice que la gente llega a rezar al lugar donde falleció Cirilo Vázquez Lagunes, el apodado “Cacique del Sur”, y quien fuera asesinado el 10 de noviembre del 2006 a manos de un grupo de sicarios fuertemente armados. Ahí sus hijas (que se han repartido los cargos populares importantes como la alcaldía y las diputación federal) han decidido poner un monumento a su padre equiparándolo a los caudillos revolucionarios que anduvieron por esas tierras. Claro, el dinero nadie sabe si saldrá de sus hijas o de las arcas municipales.

En Paso del Macho, tierra de cañeros cercano a Córdoba, existe un personaje que fue dos veces alcalde y dicen que enloqueció de poder. De hecho le dicen “El Loco” y se llama Rafael Pacheco Molina, casi candidato del PRD a la diputación federal por Huatusco, aunque sonaba incongruente si tomamos en cuenta que “El Loco” mandó cerrar dos veces la radio comunitaria, uno de los frentes por lo que se destaca la izquierda en el país.

Pues ahí Rafael Pacheco Molina mandó construir con medio millón de pesos una escultura equina llamada “La Galardonia”, la cual se supone es una yegua estilizada… Muy estilizada, tan estilizada que parece oso hormiguero, y sí, la gente le dice “La Estatua del Oso Hormiguero” o “El Tlacuache de Lata” a manera de pitorreo y reclamo porque en lugar de haberse invertido ese dinero en obras, al ex candidato a diputado federal le entró lo artista por lo agropecuario.

Otro caso de estética urbana de los alcaldes, fue el de Guadalupe Velázquez Casanova, entonces edil del PAN en Poza Rica, quien mandó a instalar monumentos por la ciudad en el afán de adornarla. Para esto le dio chamba a su hija como si no hubiera un artista totonaco más legendario como Teodoro Cano, y la chamaca construyó lo que quizás es el monumento más aborrecido en todo el estado: se llama “Tabú”, pero es conocido como “La Teibolera”, y es la figura de una muchacha bailando desnuda sobre lo que parece ser una mesa de baile.

Según argumentos de la autora y respaldado por su padre, es que dicha estatua era representativa de la región, pero ésta ganó un concurso de TvAzteca entre las 10 cosas más feas del país, y en Poza Rica la gente se las reviró con comentarios en Internet como el del internauta Ricardo de Jesús Pelcastre Cervantes: “está totalmente desvinculada de la cultura pozarricense, pues no alude a la historia del petróleo ni a ninguna otra actividad propia del municipio”.

En Xalapa, capital cultural de México, la Atenas Veracruzana por donde sus calles se ven caminar a premios Cervantes como Sergio Pitol, también le han tocado ediles que al tratar de embellecer firman con estilo propio. Basta con ver las recientes obras del corredor turístico Parque Juárez-Los Lagos, el cual solamente tuvo retrasos, poco beneficio de obra, muchos negocios nuevos de comida y un estacionamiento clausurado frente a la biblioteca Carlos Fuentes.

Este sábado la capital de Veracruz tuvo una fuerte granizada que pintó de blanco varias calles, camellones y banquetas. El inmueble que sufrió más daños fue Plaza Las Ánimas, alguna vez el centro comercial donde llegaba la crema y nata de Xalapa a comprar o simplemente tomarse un café al lado de la chimenea gigantesca que pertenecía al chacuaco que alguna vez estuvo en ese lugar.

El chacuaco pertenecía al beneficio cafetalero de Justo Fernández, quien en sus mejores tiempos, junto a gobernadores del siglo pasado, establecía el precio del café, lo que lo convirtió en un poderoso industrial del aromático.

Es todo un monumento que quedó del antiguo inmueble, pero a alguien se le ocurrió la fabulosa idea de que se podrían construir más locales si se rodeaba la hermosa chimenea con plafones y tabla roca, que este sábado con la granizada se desprendieron y vinieron abajo afortunadamente sin causar daños, pero que comenzó a ser tema dentro de la sociedad xalapeña en el sentido de que era una lástima que una plaza comercial alguna vez importante, se haya descuidado enormemente y hoy un ícono de Xalapa permanece abandonado por sus dueños, descendientes de Justo Fernández.

Lo único visible es que mandaron a pintar un mural en uno de los costados de la plaza comercial, pero hasta ahí quedó el asunto.

Quizás sí sea contagioso eso de la mediocridad.

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