Muy preocupante la acción de los policías estatales que están involucrados en la desaparición de 5 jóvenes de Tierra Blanca.
No es para nada nuevo la participación de elementos policiacos en la desaparición o incluso “levantones”; regularmente los testigos de estos actos violentos refieren que vieron a gente uniformada o a patrullas oficiales llevándose a quienes posteriormente aparecen muertos.
Como ejemplo: el caso del tesorero de Coatepec, Guillermo Pozos, a quien policías municipales lo interceptaron y llevaron con rumbo desconocido, para posteriormente ejecutarlo.
Otro funesto ejemplo: el de Moisés Sánchez Cerezo, director del periódico La Unión en el municipio de Medellín, quien también fue sacado con violencia de su domicilio por un comando, que resultaron ser también agentes de la ley al servicio del presidente municipal.
No es por nada que el Mando Único sea la propuesta que más se oye para la implementación de un nuevo sistema de vigilancia y prevención en el país, porque durante mucho tiempo (vicio que permea en muchas partes todavía) las policías municipales dejan su papel para convertirse en pistoleros o guardaespaldas del gobernante en turno.
En el caso de Tierra Blanca, lo preocupante es que quienes participaron fueron policías estatales, que se supone están acreditados como confiables, luego del saneamiento que se ha hecho de la corporación que encabeza Arturo Bermúdez Zurita.
Ahora qué tendría qué decir el secretario de Seguridad Pública al saberse que esos malos elementos también estaban metidos en la desaparición de 5 jóvenes.
Por eso el castigo a estos debe ser ejemplar, como igual investigarse hasta las últimas consecuencias el caso, para no dejar duda de Veracruz puede confiar en su policía nuevamente y no andar huyendo de ella. Al tiempo.
@pablojair
enlaceveracruz212.com.mx
No hay comentarios.:
Publicar un comentario