1 de agosto de 2007

Hambientos por el voto

Pablo Jair Ortega - pablo.jair.ortega@gmail.com

Lo que pasó en Coatepec es patético. Lo acontecido en la ciudad colonial y capital del café, es sólo la confirmación de que la creatividad para hacer campañas políticas, es sustituida por el oportunismo, la piratería y lo conchudos que puedan ser los candidatos a alcaldes y diputados.

¿Qué aconteció? Este martes, en un acto llevado en el salón agrícola ubicado frente a la plaza central, donde el gobierno del estado –representado por Juan Humberto García Sánchez, secretario de este ramo– entregó apoyos para cafeticultores, se salió de control a los organizadores cuando hicieron su acto de presencia los candidatos del PAN y el PRI, aprovechando la multitud para encender sus bocinas con su propaganda, pasearse con camisetas de colores, ondear banderas: toda la habitual parafernalia.

Los candidatos del PRI fueron más allá al irrumpir al interior del recinto como si nada, con el ya tradicional color rojo, y esto originó que los asistentes (en su mayoría campesinos) rechiflaran en señal de molestia: “¡No la chiflen! ¡Chíflenle a su madre!”

Esto pese a que el mismo gobernador Fidel Herrera confirmó que se suspende toda promoción y publicidad de su administración para no favorecer a candidatos de su partido; pero lo que no parece estar impedido, es que los candidatos priístas sí pueden acudir a actos oficiales desvergonzadamente y con su mejor ensayada sonrisa.

Sucede lo mismo en Xalapa: en los actos del gobernador aparecen los candidatos David Velasco Chedraui y Dalia Pérez Castañeda; llegan a inauguraciones de obras como sucedió en el puente Rébsamen, hasta en actos caritativos, como la presentación de una nueva sala de la Fundación AHTECA (Ayúdame Hermano, Tengo Cáncer).

Sin invitación o no, lo ético es no aprovecharse de estos eventos. Claro, también ayudaría que el gobierno del estado deje de pintar todo de color rojo y de poner argumentos absurdos como el de la titular del COEDUCA, Karime Aguilera, quien dice que es reglamentario dicho color por cuestiones de construcción. La verdad es que la estrategia sí les ha funcionado, porque ya nadie puede salir a la calle vestido de rojo o azul, sin que falte alguien que lo señale como panista, priísta, porque los partidos políticos han logrado lo que se pensaba imposible: han privatizado a los colores.

Pero esto no debería dar pie a lo acontecido en Coatepec, donde candidatos como Sergio Ramírez Contreras (el que se cuelga de la fama de su abuelo, el legendario historiador Joaquín Ramírez Cabañas), y Julio Hernández, aparecen enganchándose a un acto oficial para su propaganda política.

Los panistas no quedaron atrás, y antes de que terminara el evento, acercaron a la multitud la camioneta de la candidata panista Silvia Monge para entrarle al juego de a ver quien tiene las bocinas más potentes para hacer escándalo. Agitar las banderas, caldear los ánimos, y todavía parecerles normal, gracioso, como parte del oficio político. No había necesidad de caer en el mismo juego y ni acrecentar el caldeo de ánimos. Menos con el sol de mediodía que prende a cualquiera.

Es siempre respetable la preferencia política de cada quien, pero lo acontecido en Coatepec demostró una molestia latente entre los campesinos, que ya están cansados de que los agarren de barquito para fines partidistas. Si de por si la situación del café en Coatepec es grave, de una crisis colosal donde el cortador de café apenas subsiste, es entendible el enfado cuando todavía se tienen que soportar a los políticos oportunistas que los agarran de carne de cañón para la vulgar simpatía electoral.

Esto también tomando en cuenta que venimos de unas elecciones federales recientes muy polarizadas, donde las agresiones propagandísticas, la lucha excrementicia entre los candidatos a la Presidencia, polarizaron a la población, y hoy tenemos a buena parte de ésta todavía molesta precisamente por la manera en que se desarrollaron las campañas previas: con el odio por delante.

En verdad que la forma de hacer política en México es muy sui géneris. En Coatepec al menos no se cansan de saturar las calles con carros de sonido que reproducen canciones populares con letras cambiadas para decir “vota por tal, vota por cual”. Los pendones han sido también la manera de saturar los postes con la basura propagandística de todos los años; hasta en frente del domicilio tenemos que amanecernos intimidados por la carota de un candidato que nos ve en la ventana.

En fin, esto es inofensivo, y sin duda todavía habrá más maneras creativas para desarrollar las campañas políticas, y prueba de eso es que se pueden contratar despachos publicitarios en Xalapa o Veracruz, que no le piden nada a agencias como la del pedante Carlos Alazraki. En los días publicitarios que organiza la licenciatura de Publicidad y Relaciones Públicas de la Universidad Veracruzana, todavía se recuerda la queja generalizada de los políticos veracruzanos para acudir a despachos de otros estados de la república, pese a la gran cantidad de alumnos y profesionales que van surgiendo en las áreas de comunicación.

Cientos de mentes veracruzanas desperdiciadas para usar los mismos nefastos ritos de la política veracruzana. Lo de Coatepec es el más burdo ejemplo de a lo que se llega cuando no se tiene la más mínima creatividad para promocionarse… Ya ni esperemos qué puedan hacer si llegan a alcanzar el anhelado hueso para matar el hambre. (1 de agosto de 2007)

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