Pablo Jair Ortega - pablo.jair.ortega@gmail.com.- Ya sólo faltaba el Carnaval para tratar de convertir a Xalapa en una especie de paraíso tropical. Con la deforestación del Cofre de Perote, el avance de la mancha urbana, la gran cantidad de automóviles y hasta por un alcalde como David Velasco Chedraui, poco a poco la capital veracruzana deja de ser una capital cultural para irse transformando --forzadamente-- en algo así como Veracruz puerto. Ya hasta calor y mosquitos tiene.
No nos extrañe que hasta el día de mañana, Velasco Chedraui, entre sus múltiples anuncios sin sentido, absurdos, dé a conocer que se está buscando colocar a Xalapa entre los principales puertos del país, y que están buscando terrenos para colocar muelles y poner toda el agua para que la Atenas Veracruzana tenga su malecón.
Ese afán de congraciarse con la población a través de un carnaval de Xalapa, sólo se le podía ocurrir a Velasco Chedraui. La medida ha sido tan burda, que ni el gobernador Fidel Herrera, como bien lo apunta la agencia AVC, no se ha presentado a ningún evento del mentado “carnaval”; sería ilógico respaldar algo que tiene un muerto entre sus días.
Ya con Ricardo Ahued se había presentado una serie de quejas y reclamos ciudadanos por el simple hecho de que el “carnaval” era solamente el mote para el cierre de una de las avenidas más importantes (Circuito Presidentes) en una capital veracruzana que padece ya serios problemas de tráfico; que es solamente el pretexto para que las empresas cerveceras realicen su agosto al vender su producto al por mayor a menores de edad, sin control alguno, ocasionándose desmanes que nada tienen que ver con una fiestas de la carne a destiempo, en plena cuaresma, como pitorreándose en las narices de la Iglesia Católica.
Xalapa sin duda es una sociedad todavía conservadora. Su devoción a Guízar y Valencia no tiene precedentes, porque hasta los nos creyentes les fascina su historia personal. Tampoco ha perdido su carácter de intelectual y académica: es la sede de la Universidad Veracruzana, una de las más importantes del país; es sede de eventos como la reconocida Feria Internacional del Libro Universitario, la temporada de jazz, la sinfónica de Xalapa, casa de escritores como Sergio Pitol, en fin, una serie de detalles que separan precisamente a la capital del puerto de Veracruz, por ejemplo: ese sí, dicharachero, sin dejar de ser también capital cultural importante del país, pero que también se presta a una fiesta que tiene décadas organizándose con gran éxito, porque tiene playa, malecón, y los jarochos saben cómo divertirse.
Xalapa es escenario para otro tipo de festejos, quiero pensar, como una serie de conciertos, encuentro de jaraneros, en fin, algo más allá trascendente.
Es importante también tomar en cuenta que en el caso de Veracruz y Coatzacoalcos, dichas fiestas carnestolendas (las del antiguo Puerto México, por cierto, realizadas también en plena cuaresma, a destiempo) tienen su escenario natural en los malecones costeros de ambos puertos. Puntos estratégicos que no entorpecen el tráfico del resto de la ciudad. En el caso de Xalapa, pues fue por demás ilógico que en pleno cierre de otra avenida como la Lázaro Cárdenas (por motivo de obras) todavía se tenga que cerrar otra arteria importante de la ciudad, estrangulando la ciudad.
Total, ya el alcalde, muy tarde, anuncia que ya no se va a realizar “carnaval” en Xalapa. Lo más patético es que se quiera manejar todavía como un éxito algo que sin duda manifestó inconformidad y molestias. O peor aún, realzar la figura del alcalde como héroe de estas fiestas por demás chafas, absurdas, con el sello personal de David.
No nos extrañe que hasta el día de mañana, Velasco Chedraui, entre sus múltiples anuncios sin sentido, absurdos, dé a conocer que se está buscando colocar a Xalapa entre los principales puertos del país, y que están buscando terrenos para colocar muelles y poner toda el agua para que la Atenas Veracruzana tenga su malecón.
Ese afán de congraciarse con la población a través de un carnaval de Xalapa, sólo se le podía ocurrir a Velasco Chedraui. La medida ha sido tan burda, que ni el gobernador Fidel Herrera, como bien lo apunta la agencia AVC, no se ha presentado a ningún evento del mentado “carnaval”; sería ilógico respaldar algo que tiene un muerto entre sus días.
Ya con Ricardo Ahued se había presentado una serie de quejas y reclamos ciudadanos por el simple hecho de que el “carnaval” era solamente el mote para el cierre de una de las avenidas más importantes (Circuito Presidentes) en una capital veracruzana que padece ya serios problemas de tráfico; que es solamente el pretexto para que las empresas cerveceras realicen su agosto al vender su producto al por mayor a menores de edad, sin control alguno, ocasionándose desmanes que nada tienen que ver con una fiestas de la carne a destiempo, en plena cuaresma, como pitorreándose en las narices de la Iglesia Católica.
Xalapa sin duda es una sociedad todavía conservadora. Su devoción a Guízar y Valencia no tiene precedentes, porque hasta los nos creyentes les fascina su historia personal. Tampoco ha perdido su carácter de intelectual y académica: es la sede de la Universidad Veracruzana, una de las más importantes del país; es sede de eventos como la reconocida Feria Internacional del Libro Universitario, la temporada de jazz, la sinfónica de Xalapa, casa de escritores como Sergio Pitol, en fin, una serie de detalles que separan precisamente a la capital del puerto de Veracruz, por ejemplo: ese sí, dicharachero, sin dejar de ser también capital cultural importante del país, pero que también se presta a una fiesta que tiene décadas organizándose con gran éxito, porque tiene playa, malecón, y los jarochos saben cómo divertirse.
Xalapa es escenario para otro tipo de festejos, quiero pensar, como una serie de conciertos, encuentro de jaraneros, en fin, algo más allá trascendente.
Es importante también tomar en cuenta que en el caso de Veracruz y Coatzacoalcos, dichas fiestas carnestolendas (las del antiguo Puerto México, por cierto, realizadas también en plena cuaresma, a destiempo) tienen su escenario natural en los malecones costeros de ambos puertos. Puntos estratégicos que no entorpecen el tráfico del resto de la ciudad. En el caso de Xalapa, pues fue por demás ilógico que en pleno cierre de otra avenida como la Lázaro Cárdenas (por motivo de obras) todavía se tenga que cerrar otra arteria importante de la ciudad, estrangulando la ciudad.
Total, ya el alcalde, muy tarde, anuncia que ya no se va a realizar “carnaval” en Xalapa. Lo más patético es que se quiera manejar todavía como un éxito algo que sin duda manifestó inconformidad y molestias. O peor aún, realzar la figura del alcalde como héroe de estas fiestas por demás chafas, absurdas, con el sello personal de David.
1 comentario:
seguro que eres periodista? Evita la repeticion de palabras. No seas tan alzado, Xalapa no es tan cultural como tu crees: a los eventos culturales siempre acuden los mismos.
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