4 de agosto de 2013

Zacatito pal conejo, valedores

Pukta Fox chachalaco (Portada de El Chamuco, trazada por el monero Rapé)

Pablo Jair Ortega - pablojairortegadiaz@gmail.com.- 
Aquí unas cuantas razones para reflexionar en el tema de la legalización de la mota:

1.- El cañamo, las fibras del tallo de una variante de la marihuana, es una maravilla: se puede emplear como fibra textil, usar sus semillas y aceites, la utilización para combustibles ecológicos, para construcción de vivienda de bajo impacto ambiental, aplicaciones medicinales, y quizás lo más importante: para la celulosa del papel. Aquí subrayamos la importancia del rescate de los árboles ante la rapacería de talamontes que ya están pelando cerros enteros. Sólo basta con ir al Pico de Orizaba o al Cofre de Perote para comprobar lo anterior. Tome en cuenta que un árbol tarda muchos años en crecer para tener el uso industrial que se le da para la fabricación de celulosa; es un recurso natural que se está perdiendo porque el consumo de los árboles es de una demanda incontrolable. A diferencia de lo anterior, el cáñamo no tarda mucho en crecer, se siembra prácticamente en cualquier terreno y se salvarían muchos árboles.

2.- La satanización de la marihuana viene desde los tiempos de los grandes industriales en Estados Unidos, en los años 30. Según la novela histórica "La Primavera del Mal" de F.G. Haghenbeck, uno de los que se encargó de crear propaganda negativa contra la marihuana por fines meramente empresariales fue el conocido William Randolph Hearst, el influyente magnate de los medios de comunicación en Estados Unidos (creador del periodismo amarillista), quien a la vez era industrial del papel tradicional. Esa campaña de Hearst obligó a Estados Unidos a prohibir la mariguana, por ende se prohibe en México, pero --pinche doble moral—sí permitió de manera oficial el cultivo y tráfico de amapola para crear la morfina necesaria para los soldados americanos que iban a la guerra.

3.- La enseñanza moral de cruzar esa línea. Si bien parece que ya hay nuevas generaciones que ya no ven a la marihuana como los peores del mal en este trinche país, todavía persiste el México conservador, guadalupano, mocho, adicto al opio del pueblo (la religión, para los que no sepan lo que dijo Carlos Marx) que no se atreve a cruzar esa frontera muy delgada entre fumar inocentemente un churro de mota y ser considerado un marihuano despreciado por la sociedad. La satanización de la marihuana viene hasta de padres que no quieren admitir la realidad en sus propias casas.

4.- La autoridad corrupta y corruptora. Siendo ilícito el consumo de marihuana, las policías, los ministerios públicos, las fuerzas armadas, están dentro de una maraña de gigantesca corrupción que permite de todo. Se legalice o no la marihuana, la realidad es que el Estado tampoco es de fiar para el control de la hierba. ¿Se imagina el control de la mota en manos del gobierno? ¿Se imagina los tráficos de influencia? ¿Los círculos empresariales beneficiados? De por sí México es un país de pocos ricos y muchos pobres, y todo lo anterior se explica por el gran cáncer de la tierra de los mexinacos: la corrupción.

5.- Todos tenemos un marihuano o marihuana conocido. Es ingenuo pensar que nuestros abuelos, padres, hijos, hermanos, tíos, vecinos, etc., están totalmente aislados del fenómeno de la mota. Los que piensen que están lejos del mundo de las drogas, vive en una burbujita de cristal muy frágil e idiota.

6.- La marihuana es eficaz en el tratamiento de dolores, para pacientes con cáncer y se habla también de su empleo en el tratamiento del glaucoma. Nuestros abuelos usan esa vieja receta de untarse hojas de marihuana bañadas en alcohol para calmar los dolores musculares. Recientemente se ha hablado que la marihuana (discretamente, algunos médicos lo recomiendan) ayuda a minimizar los efectos negativos de la quimioterapia y radiación, gracias a sus efectos analgésicos; de igual manera se ha discutido el asunto en el caso del glaucoma, aunque sus efectos secundarios, específicamente en este caso, todavía no lo llevan al terreno de eficacia.

7.- Los verdaderos narcos están el poder. El fenómeno del narco sólo se explica con la protección oficial. No se puede entender de otra manera cómo es que el narcotráfico ha llegado hasta los rincones más escondidos del país. No se entiende de otra manera cómo es que se pasean impunemente. La protección política es real y los políticos se hacen occisos de lo anterior. Lo más grave: los narcopolíticos nunca son castigados y andan como si nada repletos de dinero y poder. Mario Villanueva y el general Jesús Gutiérrez Rebollo son los únicos en tiempos desde el priato.

8.- Detrás de la legalización hay gente que lleva el dinero por delante. Si ahorita está el teatro de la discusión, ya hay gente lista para producir la mota en cantidades industriales. En Europa, específicamente en España, hay empresas controladas por el estado para producir marihuana… ¿Adivine de qué nacionalidad son las principales empresas instaladas en México como los bancos, muebleros, medios de comunicación, etc.?

9.- Es un hecho que mata más el alcohol y el cigarro, especialmente el mentolado. Las muertes por consumo sin responsabilidad de alcohol son palpables a cualquier hora del día. El cigarro de tabaco también es una de las principales causas de enfermedades y deterioro de la salud. Todo lo anterior es irrefutable.

10.- Pese a la persecución oficial, es un cuento de nunca acabar. Por más policías, Ejército, infantes de Marina, CISEN pedorro dirigido por un hidalguense, tratos con las agencias de inteligencia estadounidenses, el tráfico de drogas existió, existe y seguirá existiendo en una guerra meramente mediática y anecdótica. Los únicos beneficiados de este gran teatro son los que venden armas, balas, industria del blindaje, etc. Si se legalizara la mota, sería lo mismo, pues imagínese a los cárteles peleando las plazas por vender marihuana, legal o no legal.

11.- México está lejos de ser Holanda. El peor ejemplo es siempre comparar a la patria mexinaca con países desarrollados. En aquel país se permitió el consumo de la cannabis porque un miembro de la realeza la probó y le calmaba la migraña. Aquí a la realeza la fusilamos y condenamos, aunque adoremos ciegamente a los príncipes que salen en el ¡Hola!.

12.- La droga ya se queda en México, es accesible al mexicano. Antes sólo era el paso hacia los atascados gringos, pero ya parte de la mercancía se queda en territorio nacional para abastecer el consumo interno.

13.- El vicio, como todo los demás, es controlable por quien quiere. La marihuana es el menor de los males, ante el acceso que las nuevas generaciones tienen a drogas más peligrosas como la cocaína, heroína, la piedra, las metas, las tachas, etc., y a la consecuente industria de la violencia por controlar las plazas. Hasta los adictos han sido ajusticiados por no querer comprar con ciertos dealers.

14.- Sería la salvación del campo mexicano, pero el gringo no lo permitiría. La siembra de mota, en teoría, sería el gran negocio que salvaría a este país de la pobreza. De pasar a ser el granero de México, seríamos el gran distribuidor de una planta que tiene más usos que ponerse chachalaco. Claro, a los vecinos del norte no le gustaría pero nadita que México comenzará a ganar terreno en una industria que ellos ya están comenzando a controlar a través de la legalización paulatina en diversos estados gringos. El primero que nos caería con todo el poder militar, aparato ideológico y presiones diplomáticas, sería Estados Unidos.

Conclusión: si seguimos así, la verdad que lo prohibido siempre ha sido lo más rico; de esos placeres culposos que a pocos les confesamos. Y si se legaliza, pues chido: ya podré ir a Palenque, Chiapas, a hablar con los mayas en cortito, sin miedo alguno al que dirán.

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