5 de enero de 2009

Seguridad deosrganziada


El general sí tiene quien le escriba, desde Columna sin Nombre

Pablo Jair Ortega -
pablo.jair.ortega@gmail.com.- Los recientes cambios en seguridad pública mantienen firme la teoría de que no existe orden y a dos años de que termine el gobierno de Fidel Herrera, nomás no terminan de organizarse, contrario a la postura oficial de que las permutas obedecen a estrategias.

La renuncia de mandos policiacos --la reciente fue la de Bertoldo Reyes Campuzano, jefe de la Policía Intermunicipal de Xalapa-- y la sustitución por mandos militares, todavía no controla (sólo como un ejemplo) los casos de extorsiones que se van ubicando en distintos puntos del estado: aparentemente se calma la violencia en el norte y sur, pero en la zona centro del estado, en pueblos donde la tranquilidad era la ley como Teocelo y Coatepec, se recrudecieron los hechos delictivos.

Esto último se coronó semanas atrás con la ejecución del conocido comerciante Gonzalo López Galán, dueño del popular restaurante Los Tucanes, ubicado en Coatepec. Ahí mismo en el Pueblo Mágico, tienen temblando por presuntas extorsiones a varios empresarios, al grado de que se está viviendo el pánico que no hace mucho se sintió en el sur, cuando el sector empresarial comenzó a protestar por la ola de violencia.

Mientras todo esto sucede, la seguridad en Veracruz pende de un hilo con los cambios tan repentinos y de mandos fundamentales; las renuncias de altos mandos, de policías estatales con amplia experiencia, sólo mantienen en fragilidad la gobernabilidad: la tensa calma que se vive actualmente, obedece a la vista gorda de autoridades, incluso medios de comunicación que prefieren censurarse para evitar baños de sangre en el gremio.

Nadie quiere arriesgar el pellejo. Mucho menos cuando las autoridades no aplican la ley en casos tan ínfimos como el del diputado local Renato Tronco, quien se ve postulado como candidato a diputado federal por el PRI, pese a la investigación judicial en su contra como autor intelectual del asesinato de Alfredo Pérez Juárez, regidor cuando Tronco era alcalde de Las Choapas.

Con esa manera de aplicarse la justicia, a final de cuentas, como ciudadano común y corriente, qué podemos esperar: sólo una tensa calma.

Y mientras: los cambios, cambios y más cambios --caracterizados por la militarización que se está cristalizando en la Secretaría de Seguridad Pública-- retrasan más lo que sería la imposición de orden y seguridad en Veracruz. Un caso concreto es el de Coatzacoalcos, cuando quitan como coordinador de la Policía Intermunicipal a Antonio Vázquez González, para colocar a Pedro Aguilar Medicina: un policía de carrera con un reconocido expediente policiaco, conocedor de la plaza, por el de un militar más marcado por su estrecha relación con el secretario de Seguridad Pública, Sergio López Esquer.

La salida de Bertoldo Reyes Campuzano (por cierto, con un atentado hacia su persona el año pasado) de la Intermunicipal de Xalapa, se torna más delicada por que deja dos espacios descabezados: la misma jefatura de la policía xalapeña y la Subsecretaría B de Seguridad Pública. Ambos ahora están cubiertos por Remigio Ortiz Olivares, el único policía de carrera con preparación académica con licenciatura en Derecho que queda en Seguridad Pública.

A las alteraciones en el organigrama y estructura de seguridad pública, se le suma la constante confrontación que mantiene el titular de la SSP, Sergio López Esquer, con el resto de la tropa, con manifestaciones de inconformidad constantes y hasta una moderna guerra vía correo electrónico, denostándose ambas partes.

Y en medio, la tensa calma de una ciudadanía con el Jesús en la boca.

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