31 de mayo de 2009

LULLABY

No sé si vivas lo mismo que yo.
No sé si mueres lo mismo que éste quien escribe
En verdad, no sé si las madrugadas son iguales,
y podremos sentarnos a contar miles de estrellas moradas,
de esas que te gustan,
de esas que he buscado
y que no encuentro en el cielo.
Maldito.
Perdón por maldecir.
No me queda otra cosa que decirle al firmamento,
si no encuentro lo que no existe para regalarte.
Entiendo que estás entregando tu corazón.
Entiende que te he entregado el mío.
Entendemos que nos hemos sacrificado ahí,
en Chac Mool,
ese de los billetes antiguos de mil pesos.
Con esos te compraría un Miguelito,
tu película, una estrella morada.
Pero ya quedó claro que el universo es infinito,
y aún así buscando para ti.
Son millones de pasos los que me separan de ti.
Son miles de suspiros los que nunca te dije.
Te dije cien. Son pocos… Lo sé.
Son muchos los que no respiré en tu boca.
Son pocas las palabras que dije a tus oídos,
son infinitas las que me quedé pensando.
Mis pensamientos son interminables para ti.
Todos.
Los tiernos, los comunes, los banales,
los amorosos no de Sabines,
los ruidosos,
los nocturnos,
los eróticos.
Los de sueños mojados, carnales.
Todos son para ti.
Son días dedicados a ti.
Y no espero que especules sobre lo que digo.
No espero si en este momento piensas en mi…
¡Welcome to the jungle!
(perdona, estoy escuchando a los Guns)
(Luego es Billy Idol…. Me da hueva)
Pensé en mejor no escribirte,
pensé también en hacerlo,
pensé mejor en ti, y ahí mi vida resplandece.
Es mejor pensar en ti.
Es como rezar.
Es como ir a despedirse de un difunto.
Es como besar labios antiguos.
Es verte.
No quiero escribirte más.
Sólo quiero vivir contigo.
Estés o no estés.
Amarte.
Vivir.
Contigo.
Amarnos hasta en lo inexistente.
Contigo.

No hay comentarios.: