25 de septiembre de 2012

Peña Nieto como una cara Espergencia




Pablo Jair Ortega - pablojairortegadiaz@gmail.com.- Pues, señor, resulta que Peña Nieto es presidente electo, y hasta hoy, que ni toma la protesta y ya anda gástalon. Anda presentándose en sociedad en gira mundial artística, cual cara Espergencia que de prole no tiene ni una Paulina.

Espergencia, aquel personaje del inolvidable Chava Flores que cumplió los treinta y le festejaron sus quince, fue muy modesta: hicieron el gran baile allá en casa e Noemí porque ahí, como es la sala grande, pos dijo que sí, con vestido de organdí que a su madre le ha costado un potosí, aunque ella lo cosió.

A diferencia de la quinceañera treintona, el presidente electo nacido en la capital del chorizo, anda haciendo una gira por todo el mundo. Se acaba de chutar centro y Sudamérica. Comió picaña y vio traseros brasileños; bailó tango y saboreó un tinto argentino de Las Moras. Llegó a Chile y abrazó a Piñera.

Ahora anuncia que dará un rol por Europa, y debe ser que su extranjerismo es delicioso. De ahí pasa a reportarse con el negro Obama en Estados Unidos donde demostrará que ha practicado inglés con cassette y ademanes para cantar “The book is on the table”.

De ahí irá a Canadá, a ver si logra ver a varios jarochos que andan por allá exiliados ya sea porque pidieron asilo político o buscaron trabajo bien pagado antes de que se les ocurriera expedir visas.

En general, Enrique Peña Nieto, el hombre del copete, hará una gira mundial sólo comparable con las de Justin Bieber. Lejos de una gira nacional como la de Chente, que se despide en medio de gritos de pubertas como Espergencia, porque él sí es prole y no como el novio de la Paulina.

Y sobra decir lo oneroso que resultará el viajecito de presentación en sociedad que Peña Nieto está haciendo: un mexinaco promedio no viajaría más que al puerto de Veracruz, con eso de que dicen en Gobierno del Estado que es el lugar más visitado a nivel nacional y no por turismo jicamero, eh, puro gringo escandinavo que baja cada quince minutos a tierra jarocha como en Xalapa.

¿Cómo de a cuánto estará saliendo a los contribuyentes la gira artística peñanietista por el mundo? ¿De a cuánto estarán saliendo los boletos de avión, hospedaje, y chalanes en su gira artística mundial?

Entiendo que el ex gober mexiquense tiene que ser presentado en la sociedad mundial ¿pero no es exagerado tanto viaje? ¿Por qué no una gira interna como la de Chente para, al igual que Varguitas, sepa dónde andan parados?

Ya ven que cuando eran las elecciones los del #YoSoy132 se organizaron también de manera austera (y no al Montiel Style) vía redes sociales, y se vieron protestas antipeñistas y de apoyo a AMLO en todas partes del mundo. Así de gratis, sin costo para los que pagan impuestos en este trinche país.

Los ardidos peñistas luego se burlaban porque no les parecía que hubiera ese apoyo mundial al orgullo de Macuspana. “¿A poco va a ser presidente del mundo?”, decían osados.

Y no, pos no ganó otra vez. Pero el orgullo de Toluca anda seguramente viajando a esos lares para que vean esos proles exiliados que su presidente electo los alcanzará por muy lejos que estén de La Chingada (el rancho de AMLO, con confundir con Octavio Paz).

A @EPN pareciera que se le olvida pasear por México, donde están sus lobukis y más fieles simpatizantes.

Digo, a final de cuentas por muy pinchi guapo que esté y sea una especie de mirrey gobernante, México, como en el mundo, la cerveza es the bloody Corona, y así nos conocen en todo el globo: fiesteros, desmadrosos, ligados al narco, con políticos de caricatura y serviciales a Estados Unidos.

En el mundo México ya tiene su imagen. Al menos no se quitan esa idea de que andamos ensaparados, sombrerudos, cantando narcocorridos en botas vaqueras marca Fox y que hablamos como Speedy González. Incluso para los extranjeros, México es sólo uno: no hay Zacatecas, ni Xalapa, ni Minatitlán, ni Tijuana… Todo para ellos es México.

Y la neta no creo que Enrique Peña esté costeando de su propio bolsillo tanto viaje que hace por el mundo, presentándose cual quinceañera.

En realidad el asunto de ser presidente electo, es darse baño de pueblo y de una vez empaparse en las broncas de México, que hay muchas y todas son distintas porque México es diferente en cada estado, en cada región. No todo es Estado de México.

Ya habrá tiempo para viajes, mire que el Congreso anda muy al estilo de los viejos tiempos priístas, donde el presidente era el del poder absoluto y nadie le negaba nada.

Y así como las cosas volverán al pasado, probablemente, Peña Nieto podrá ir hasta a Siberia o a visitar a AMLO en una de esas en su rancho de Palenque. Por viajes el futuro presidente no se debería preocupar, al cabo que hasta avión nuevo tipo Star Wars va a tener nuevecito de paquete.

Para su envidia, proles.


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