Pablo Jair Ortega - pablojairortegadiaz@gmail.com.- Y es verdad, soy un payaso. Todos somos Cepillín, Bozo, Lagrimita, Brozo. Todos nos reíamos de las payadas de las clase política. Feliz Día del Payaso.
Ayer fue La Diva de la Banda, la cantante popular cuya muerte fue más llorada que la de Carlos Fuentes. La que decía que se las iba a dar a otro, superó en creces al autor caliente de la erótica Aura. Así es el pueblo.
Un piloto alvaradeño fue el que iba en el jet que transportaba a la artista en las primeras horas de este domingo. Estamos seguros que si bien respetuosamente se encomendaba a la Virgen, pedía por su familia y rezaba ante Dios, una mentada de madre debe haber sido lo mínimo al ver su situación funesta; un “ya nos llevo” en referencia al palo mayor de un barco; o ya de perdida un “chin”.
Pero eso no es nada. Sendo moquetazo el que se llevó Pacquiao, cuando al sexto round, el más priísta de los priístas, Juan Manuel Márquez, le sorrajó un derechazo directo a la quijada que mandó al filipino directito a la lona. Cayó en seco como si hubiese sido maestro y le dijeran que va a haber reforma educativa. Mocos.
Antier fue Pacquiao, ayer fue la Jenni, hoy será Elba Esther ¿y qué pasará con los sempiternos líderes magisteriales en otros estados? ¿Qué pasará con los de Veracruz? ¿Los van a llenar de apapachos?
Queda claro que el arrimón que le están pegando a la presidenta vitalicia del consejo supremo y dueña del SNTE, Doña Elba, no es con cariño. Que más que llevarle manzanas, ya la ven como una podrida que puede poner en peligro a todo el barril.
Y es que parecía en verdad que a Elba le iban a perdonar las deslealtades en aras de que ayudara a llegar a Peña Nieto a la Presidencia. Hasta había quienes decían que iba a haber una parafernalia de esas para hacer creer que le iban a dar un apretón a la profa por andar de hampona.
Ahí tiene la historia: a Fox lo ayuda a ganar por mera sobrevivencia, un Labastida débil, gris; Elba se congració con Los Pinos y se hizo muy amiga de Marthita Sahagún. Seis años después, operó el triunfo de Felipe Calderón, quien muy entrón con los narcos, pero a la maestro no la tocó ni con un espejito de Blanca Nieves.
Como van las cosas, creo que el asunto se trata de lealtades. Si aquí en Veracruz al líder magisterial lo apapachan, lo arropan, y sus esbirros son algo así como los seres más queridos de la entidad. Suspenden clases cuando quieren y hasta hacen cumpleaños extravagantes en Boca del Río.
Son frutos de su lealtad al poder. En realidad, al menos en Veracruz, no pasará nada. Una cosa es Elba Esther y otra es Juan Nicolás Callejas; son pandilla distintas. Son tentáculos de poder tan inmensos que se mueven lento, al ritmo del partido gobernante.
Hoy se acomodan con Peña, con todo y que pateen a Elba Esther… Mañana ¿quién sabe?
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