3 de diciembre de 2012

Otra vez Paulinita

Pablo Jair Ortega - pablojairortegadiaz@gmail.com.- Otra vez fue Paulinita. La niña de papi. La princesa mexica. La lady de Chapultepec. La hija consentida del Edomex. Esa que retuiteó insultos a la prole pendeja, porque estaba enojadita de que se metían con su mamita, ahora allá en el cielo, viendo como La Gaviota se convierte en primera dama luego de trascender desde los afiches de los talleres mecánicos.

Paulinita, desde aquella desafortunada situación que la hizo saltar a la fama en Twitter, había estado callada. Fue obligada (no habría otra manera de entender su comportamiento clasista) a pedir disculpas a la prole que previamente había insultado porque se metieron con su papi y mami.

Luego, por obvias razones de estrategia electoral, a Paulinita le dijeron que calladita se veía más bonita, y que era mejor cerrar el hociquito por un tiempo hasta que la mapachada priísta operara el triunfo de Enrique Peña Nieto como presidente de los mexi-nacos proles y pendejos.

Y así estuvo: calladita, escondida por los rincones temerosa de que alguien la viera. Y no dudo que papi Peña le haya dicho: “¡Mi amor, mi cielo, por favor no vayas a tuitear otra pendejada o voy a perder la Presidencia! ¡Te lo ruego por tu santa madre!”.

En aras de llegar al Palacio Nacional de Mexi-Buckingham, la niña sonriente de las portadas de revistas para gente fufurufa se aguantó varios meses de insultar, menospreciar, burlarse de los que hoy gobierna su padre. “El hombre que más ama”, según dice emulando a Electra.

Otra vez Paulinita la volvió a cajetear. Otra vez desde Twitter… “Todos saluden a la nueva princesa de México”… Ternurita, a lo mejor no sabe que la monarquía no existe en México desde los tiempos independentistas.

Tal vez por esa educación es que Peña Nieto ya centró sus misiles en Elba Esther The Hutt, la “maistra” pa’ la flota, y de plano ya le pintó mocos plantándole a Emilio Chuayfett como secretario de Educación y dijo que las plazas magisteriales ya no van a ser hereditarias.

Debe ser eso: las señales de Peña a la Elba son porque su hija no sabe qué es prole, qué es pendeja, qué es ser hija de un presidente, qué es princesa, y cómo funciona una monarquía.

Esta vez no hubo tanto ruido como la vez pasada en el fragor de los tiempos electorales. Y será interesante ver si algún medio de esos que llaman “nacionales” le dan calor a la nota que dio la señorita, con eso de que ya no están en el poder los panistas inmutables a las críticas, y que los priístas son buenos en eso de apretarle los tanates a los medios de comunicación.

Paulinita no sabe, no mide, y es peor que esa prole pendeja. A estas alturas ya deben de haberle dicho que se abstenga de tuitear, porque la verdad es muy chafa y nomás mete en broncas a su papá.

¿De qué sirven las buenas intenciones y propuestas del hijo pródigo de Atracomucho si viene su hijita linda a regar el tepache? ¿Es necesario pitorrearse de la gente cuando todavía hay un sinsabor electoral y hay enconos acelerados por el triunfo de Peña Nieto?

Mira que si fuera mi chamaca, en este momento le quitaba el celular, el iPad, el blackberry o lo que sea con que esté tuiteando la mocosa imprudente. Si fuera presidente de México, le pediría amablemente a Tuiter que si por favor pueden evitarle el acceso a Paulinita y mejor mandarla al Feis para jugar con las vaquitas.

Mire que este domingo no fue el mejor día para Peña: perdió el Toluca su campeonato de futbol y hay fanáticos pamboleros que dicen que fue un arreglo entre él y Hank para que los Xolos fueran los ganadores.

Pero no falta Paulinita para dar noticia, y mire que si la siguen dejando sola, es de esas personas que tienen iniciativa para cometer tonterías.

A lo mejor le pueden ir contratando un asesor de Tuiter, al cabo que las frivolidades en las familias presidenciales nunca faltan.

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