Pablo Jair Ortega - pablojairortegadiaz@gmail.com.- Fue a mediodía cuando la gatota decidió dar un rol por las fincas porque se castró de andar encerrada. ¿Ha escuchado la frase “Como león enjaulado”? Pues así más o menos comenzó el safari de este viernes.
Es allá en la congregación El Grande, perteneciente al municipio de Coatepec, en la carretera que lleva al ingenio de Mahuixtlán, misma que también es conocida la antigua carretera a Xalapa o Las Trancas.
Es famosa esa zona porque ahí está la hacienda de los Pérez-Jácome, a donde llegan artistas de fama internacional. En el mismo lugar está la casa del diputado local del PRI por Coatepec, Roberto Pérez Moreno --conocido por su mote de “Juanelo”-- que es famosa porque a orilla de carretera, a unos metros de la banqueta, tiene una jaula con dos leones.
Los gustos excéntricos de Juanelo no son nuevos. También posee una cuadra de equinos pura sangre que presume en Facebook con sus amigos diputados. Demuestra que tiene una riqueza rebosante pues mantener caballos de los finos y leones que cuestan una fortuna mantener diariamente.
Por cierto, ¿toda esta riqueza será legítima? Suena como mucho para el sueldo de un diputado local, y más bien parecen gustos como de narcotraficantes (no se confunda, no lo acuso, es que me gusta ver la novela “El Patrón del Mal”).
Pues resulta que hace unos meses murió uno de los animalitos que Juanelo tiene en su jardín, quedando una leona cautiva de tres años de edad, pero de un tamaño enorme.
Su cuidador, esta mañana de viernes, tuvo un pequeño descuido: dejó abierta la reja de la jaula y la gatita salió corriendo por toda la propiedad. Como según es muy mansita, no se sabe si causó algún daño, pero fue un hecho que se fue a la parte posterior hacia unas fincas cafetaleras.
Sobra decir que los curiosos rondaban, especialmente empleados de la finca de los Pérez Moreno que habitan los campos cafetaleros. Estaban con la idea de tomarle una foto a la leona que se ocultaba entre el monte.
Óscar Pérez Moreno, hermano del diputado y conocido junior coatepecano hace unos 15 años, tenía dizque cercada a la felina, misma que se encontraba echada a la sombra de una higuera. No deja que nadie se acerque quesque para que no se altere la leona dormida y salga huyendo, situación que no pasó porque la leona estaba cómodamente instalada en la fiaca.
Total que desde entrada la tarde ya tenían localizada a la leona, ahí echada a los pies del árbol, y en espera de que alguien la fuera a buscar. Según vendría un especialista con dardos para adormecerla, pero los mentados dardos deben haberlos pedido hasta África, porque nunca llegaron.
Toda la tarde, Óscar Pérez y sus chalanes miraron a la leona como retozaba entre la maleza, y no fueron para acercarse y pedirle que no fuera malita, que se regresara porque es un juguetito que cuesta caro y además tienen prohibido matar.
Total que el tal Óscar se fastidió de la presencia de los periodistas, que terminó por correrlos diciendo que estaban en propiedad privada, y pues sí, tiene razón, nos mandó a la gaver porque a final de cuentas es el “dueño” del lugar, aunque nunca se presentó ni dijo cómo se llamaba, y ha de haber pensado que los periodistas son tontos para investigar o no conocían su vida de “mirrey” región-4 en los 80.
Mira que correr a la prensa no le ayuda mucho a la imagen de su hermano Juanelo, ansioso por ser el candidato a la alcaldía de Coatepec, pero que en realidad no ha hecho mucho mérito que digamos, a excepción de presumir sus caballos y su leona… ¡Ah! Y colocar unas mantas malhechas en todo Coatepec.
Ya encarrerado el Óscar Pérez, corrió a elementos de la Policía Municipal mandándolos a quién sabe dónde pero que ofende. Mandó a La Chingada (el rancho en Perote) al personal de Protección Civil, cuya presencia era necesaria. A la Policía Estatal no le dijo nada, porque sabe que no es la misma clase de autoridad.
Entre los gritos y mitotes del Óscar Pérez, la leona dormida despertó y se internó más en el monte.
De acuerdo a los habitantes, detrás de la finca hay una gran barranca cuyo terreno colinda con el afamado Puente del Diablo que cruza al río Sordo. Una zona así de inmensa está llena de habitantes, no se diga que también tiene caminos que llevan a poblados como Mahuixtlán o el camino de Jalcomulco, pasando Tuzamapan.
Cayó la noche y la espesa neblina. Pasadas las 19 horas, nunca que llegó el cuate que iba a traer los dardos. La leona dormida se perdió en la inmensidad de la oscuridad, frío y niebla. Si de día no la pudieron encontrar, con esas condiciones se la pelaban: un animal como la leona es más peligrosa de noche.
Por cierto que del diputado Juanelo ni sus luces. Lo vieron tomando café Don Justo en Plaza Las Américas, de donde nunca sale, como si Coatepec estuviera lejísimos para atender a sus representados.
Hasta esta noche de viernes no se sabía de la captura de la leona. Anda suelta por el rumbo de El Grande.
Se hablaba de que podrían sacrificarla para no correr el riesgo de que haga algún daño y que por eso corrieron a los periodistas.
Ese es el precio de los gustos exóticos de una familia que no le importa exponer a sus vecinos, y que no tiene tantita progenitora para tener un equipo especializado para contener a una felina de estas dimensiones. Vaya:, ni una jaula especial, ni un rifle de dardos tranquilizadores a la mano para cualquier incidente o necesidad de dormir al animal. Juanelo así descuida a su mascotita.
Ya se imaginara como cuidará el ayuntamiento de Coatepec si es que llega a ser alcalde: mandando al carajo a los policías, a Protección Civil y llevando su leona dormida a la oficina.
Y al tal Óscar como su asesor de imagen… ¡Ah, pa vatos más pazguatos!
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