4 de febrero de 2013

¿Toques de queda en Veracruz?


(Foto de Michel Benelli, en Chile)

Pablo Jair Ortega - pablojairortegadiaz@gmail.com.- 
Se hizo un enorme escándalo cuando se detuvo a dos niñas en Zongolica, y la alcaldesa Lidia Irma Mezhua Campos argumentó que era por su propia seguridad, ya que existen hechos delictivos una vez iniciada la noche en la zona.

Si bien la medida tomada por la alcaldesa y su policía (que además están acusados de abusos contra las menores) es grave y en contra de las libertades de cualquier ciudadano, en el fondo es una medida desesperada ante los problemas de violencia existente en cualquier pueblo que hace poco podía presumir de pacífico.

Si bien es deplorable lo ocurrido por la autoridad municipal contra las niñas de Zongolica, insistimos, el fondo del problema es algo común en Veracruz: existen toques de queda autoimpuestos por el comercio, por la sociedad en general, que a piedra y lodo, en las primeras horas de la noche, ya se encierran en sus casas con las debidas precauciones.

SUR QUE SE ENCIERRA

Y es que antes había lugares como Acayucan, donde había restaurantes a los cuales se podía acudir las 24 horas del día para comer sabroso, pero que al paso del crecimiento de la violencia, se vieron obligados a cerrar temprano. Poco a poco es que se ha visto nuevamente una reactivación del centro de la ciudad, pero no se ha recuperado plenamente la confianza ciudadana, especialmente por su situación política de perpetuación de las hermanas Vázquez Saut, que no garantiza cambio alguno.

Ciudades como Minatitlán y Coatzacoalcos han tenido que cambiar sus hábitos nocturnos por igual. Los bares han perdido clientela y los dueños de cantinas se han visto obligados a vender sus propiedades para sostener lo que antes era un jugoso negocio.

En la petrolera ciudad, donde el necio alcalde Leopoldo Torres insiste en colocar un OXXO en pleno parque Independencia, por las noches también se cierra temprano todo: comercio, cafés, taquerías, y lo único que prolifera son los prostíbulos. Ojo con esto, pues si la autoridad local se empeña en seguir en la ruta del expendio del alcohol, la autoridad estatal debe intervenir.

En Minatitlán se insiste que la colocación de un OXXO las 24 horas, en pleno centro de la ciudad, no ayuda en nada al de por sí problema de inundación de tugurios de mala muerte. Que el parque principal e histórico de la ciudad no sebe verse contaminado por los deseos mercantiles del presidente municipal, quien regala patrimonio público a una empresa con el patético argumento de crear empleos.

En Coatzacoalcos detallan que, efectivamente, en las primeras horas de la noche también los comercios comienzan a cerrar y se ven a las familias encerrarse en sus casas. El crecimiento de la delincuencia obligó a la creación del operativo “Coatza Seguro”, con la presencia de policías estatales certificados y de la Policía Naval, que se creó en el puerto de Veracruz cuando se incrementaron los hechos violentos,

Súbitamente, el operativo fue cancelado: algunos lo atribuyen a las molestias que ocasionaban los retenes, en especial por el traslado de personal a los complejos industriales; la fuerte presencia policiaca intimidatoria y el enfrentamiento de los marinos con la prensa; todas estas situaciones parecían empezar a sobrellevarse, pero de la nada suspendieron todo.

Ahora con la reciente ejecución de cinco personas en la zona conurbada de Cosoleacaque y Coatzacoalcos, se anunció con bombo y platillo que se va a “reforzar” el Coatza Seguro, aunque se desconoce en qué sentido.

NORTE QUE SE LEVANTA

El norte de Veracruz se volvió peligroso durante meses, especialmente en los municipios del extremo colindante con estados como Hidalgo, San Luis Potosí y Tamaulipas.

Ciudades como Tuxpan, Tempoal, Poza Rica y Pánuco se volvieron violentas, pero el operativo “Veracruz Seguro” en realidad ayudó a que bajaran los índices de delincuencia.

En Tempoal se instalaron retenes de seguridad por parte de las fuerzas armadas, que ha mantenido a la región en total calma. Podemos asegurar que la gente comienza a recuperar la tranquilidad que hace apenas unos meses no tenía por la gran violencia que se desataba en el lugar.

Se exceptúa en dos casos: El Moralillo, entre Pánuco y Tampico, zona todavía oscura donde se ubican todavía eventos relacionados al crimen organizado. El otro caso es en la carretera de Álamo, en pésimo estado, tránsito muy lento, y donde se reportan asaltantes de camiones de carga.

TOQUES DE QUEDA, ADOPTADOS

Los toques de queda han sido adoptados no por que alguna autoridad los imponga, sino porque la sociedad ha comprendido que ya no son los mismos tiempos para andar en la calle y se encierra.

Rumores, redes sociales, correos electrónicos, etc., difunden que existen supuestos ataques de los Zetas a ciudades. Todo ha sido falso y son mitos urbanos creados a partir de eventos de violencia.

Ahí está el caso de Coatepec: en junio del año pasado hubo un conflicto en un antro denominado La Pausa, en pleno centro histórico, donde un grupo de presuntos “halcones” (vigías) se encontraba tomando y tuvo un altercado contra otros parroquianos alcoholizados. A partir de ese día, La Pausa cerró y se generó una psicosis por un falso toque de queda implementado por la delincuencia organizada contra la población de Coatepec. La realidad es que fue la población y el comercio local quienes comenzaron a cerrar temprano temerosos de un evento violento. Para seguridad de la región, implementaron retenes de Policía Estatal en las dos entradas más concurridas a la cafetalera ciudad: la carretera de Briones y la carretera nueva, que hasta el momento permanecen y han disminuido considerablemente la inseguridad.

En Xalapa se ha hablado de toques de queda, pero casi todo ha sido falso. La ciudad se ha mantenido segura, sin eventos violentos como sí hubo durante algunas semanas de álgida violencia y que se vieron coronadas con las muertes de dos periodistas: Regina Martínez y Víctor Baez. No obstante, la vida nocturna sigue y hasta se pueden apreciar los operativos de alcoholímetro.

Hay casos de desapariciones de personas que no han sido esclarecidos. Esos merecen tema aparte, porque es parte de una realidad a la cual no se le ha puesto atención, pese a lo fuerte del asunto. Hay desaparecidos como si viviéramos en una dictadura militar sudamericana.

En la región de Córdoba y Orizaba se destaca que pese a balaceras y enfrentamientos, la sociedad sigue haciendo su vida normal como todos los días. No se han declarado toques de queda autoimpuestos. En realidad pareciera que es una costumbre histórica el hecho de que existan problemas delincuenciales: desde la época de la colonia siempre han existido asaltos y problemas relacionados al crimen, dado que es el paso natural entre la Ciudad de México y el puerto de Veracruz.

TOQUES DE QUEDA, INEXISTENTES

Los toques de queda se han convertido en la respuesta normal ante la violencia en Veracruz. Es normal que la psicosis se incremente cuando hay actos violentos como los 5 muertos recientemente en Coatzacoalcos, y por ende no existe la misma confianza para salir a las calles.

No nos debe sorprender que la gente imponga su propio toque de queda. Quizás no sea por desconfianza a la Policía, porque, como sucede en la zona conurbada de Veracruz-Boca del Río, se confía plenamente en la Policía Naval y que hayan disminuido los hechos violentos en la región.

Si bien la autoridad municipal o estatal no entra en detalles sobre asuntos de violencia, argumentando que son problemas de índole federal o que para eso está la Policía Intermunicipal, su distanciamiento ha creado la imagen de autoridades incompetentes o, incluso, cómplices.

Piden responsabilidad para no difundir rumores, pero es la misma autoridad la que falta a la verdad. Y ante una sociedad que busca informarse de lo que verdaderamente ocurrió, lo último que se le debe hacer es engañarla.

Los toques de queda en sí no existen como tal en Veracruz. Nadie en su sano juicio, ni siquiera los delincuentes, quieren se suspendan todas las garantías individuales de toda una población.

Pero mientras tanto, todavía hay temor por salir a ciertas horas de la noche. Todavía no se recupera plenamente la confianza ciudadana, y más que boletines, deben verse acciones por parte de la autoridad.

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