El camión siniestrado (Foto: Animal Político)
Construida en tiempos de Carlos Salinas de Gortari, en el marco de su programa social estelar “Solidaridad”, la autopista fue construida en dos etapas: la primera va de La Tinaja a Acayucan con una longitud 282 km; se inició en 1991 y se terminó en 1993, de acuerdo a datos de Grupo Mexicano de Desarrollo, la constructora a cargo de la obra. La segunda etapa cuenta con una longitud de 92.8 km y comprende el tramo Acayucan–Cosoleacaque. Su construcción inició en 1992 y terminó en 1995.
El recorrido entre la capital veracruzana y el extremo sur de Veracruz ronda entre las 6 u 8 horas. Es una autopista aburrida, con largos tramos donde literalmente hay nada. La zona más poblada es entre Xalapa y Paso del Toro, pues se pasa Cardel, San Pancho y la zona de Santa Fe. Pasando la caseta de Paso del Toro, es una recta que entronca con la zona conocida como La Tinaja, donde inicia un tramo larguísimo que llega hasta Tabasco, coronado por los puentes “Papaloapan” y el “Antonio Dovalí” o “Coatza II”, que cruza el río Coatzacoalcos.
Santa Fe también era punto constante de asaltos e inseguridad. Por aquí se entra al rancho Villarín, donde se suscitó la balacera del 3 de marzo de 2007 y murió Efraín Teodoro Torres, alias “Z-14”, luego de una carrera de caballos en la que participó una cuadra de Pancho Colorado, el tuxpeño detenido en Estados Unidos ligado al cártel de Los Zetas, a políticos y hermanos de políticos de esa región que hoy lo desconocen.
Aquí también sufrió un atentado el secretario de Seguridad Pública en el pasado sexenio, Sergio López Esquer, el 29 de junio de 2010, lo cual fue negado hasta la ignominia. De hecho el tramo de Santa Fe es considerado todavía como de alto riesgo, tanto que algunos autobuses de pasajeros lo evitan por la madrugada y se desvían al puerto de Veracruz.
Pero sin duda el tramo que por temporada remonta en asaltos e inseguridad es el ubicado entre Cosamaloapan y Acayucan, donde se llegaron a ver retenes de la delincuencia organizada. En recientes fechas, los asaltos aumentaron en contra de camiones de pasajeros, especialmente por la madrugada. Ante tal situación, en todo el camino se llegaron a ver a las fuerzas de seguridad estatales y federales resguardando a los viajeros, lo que hizo que disminuyeran en gran parte los delitos.
Pero de unos meses para acá desaparecieron los retenes de la Marina, el Ejército y la Policía Federal. En puntos como la caseta de La Antigua, Acayucan y Cosamaloapan fueron desmantelados los campamentos de las fuerzas armadas y sólo se logra ver a personal de seguridad del IPAX o de la Policía Estatal, en número, armamento y capacidad de respuesta mucho menor.
Aunado al asunto de seguridad, quienes viajamos constantemente somos testigos de que hay verdaderos tramos carreteros que son un riesgo para los automovilistas por el mal estado en que se encuentran. Hay zonas donde el mantenimiento parece eterno y de nunca acabar. Partes donde los baches y hoyancos son un peligro mortal y no deberían de ser exentos de la investigación por el terrible accidente donde fallecieron 36 tabasqueños este domingo.
De hecho es una de las autopistas más caras del país, pues sólo en el trayecto hay casetas que rebasan los 200 pesos por espacios de menos de una hora de camino, pero tramos como La Tinaja-Cosamaloapan y Cosamaloapan-Acayucan están para llorar y no son pocos los accidentes que ahí se suscitan.
Quienes viajamos en camión somos testigos de los saltos que pega el autobús al caer en los huecos o al trepar a los puentes. En verdad, con el accidente ocurrido a la altura de Juan Rodríguez Clara habría que investigar el estado de dicha autopista.
Y es que de acuerdo a un comunicado de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, los reportes indican que Caminos y Puentes Federales (CAPUFE) informó que aproximadamente a las 0:30 horas del domingo 13 de abril se registró un accidente a la altura del km 134 de la autopista La Tinaja-Cosoleacaque, dirección La Tinaja, en el estado de Veracruz. Se trataba de un tractocamión de 5 ejes Dina Blanco modelo 1998, con placas 408-VX8 que se descompuso y se estacionó en el acotamiento y se dio aviso a la plaza de cobro de CAPUFE más próxima, la No. 119 ‘Acayucan’, y ésta de inmediato envió bandereros para señalizar debidamente el tramo. Momentos más tarde --relata el boletín-- un autobús de 3 ejes, Volvo blanco de turismo, modelo 2001 con placas 561-RP1, perdió el control y se impactó con el tractocamión. Al momento de la colisión los dos vehículos se incendiaron. Apunta algo destacado: la dependencia señaló que en este tramo no se realizan obras.
Si dicen que todo estaba abanderado, llama entonces la atención el porqué pudo haber suscitado el accidente. La dependencia se desliga y dice que hizo su trabajo preventivo para rebotar la culpa hacia la empresa transportista, denominada Huicho, con sede en Villahermosa.
Puede ser que el conductor (al que regularmente se le culpa cuando ya está muerto) haya ido a exceso de velocidad. Es increíble pensar que un vehículo no viese a distancia al tractocamión estacionado y sólo el hecho de alta velocidad podría haber hecho que el conductor no cuidara su distancia. Lo mismo aplica para una distracción o que el chofer se estuviese durmiendo.
Pero de igual forma no hay que dejar de lado, se insiste, en que el mal estado de la carretera puede ser un factor para tratar de eludir los huecos que abundan sobre la cinta asfáltica. Especialmente de noche, cuando la visibilidad es mucho menor.
Cabe recordar que esta autopista fue tremendamente apaleada por el huracán Matthew en 2010, pues los desbordamientos de ríos ocasionaron seis cortes carreteros a lo largo de esta autopista. El paso hacia el sureste era por Oaxaca o por Palomares.
También llama poderosamente la atención que el choque haya incendiado la unidad por completo y calcinara a más de 30 personas, cuando el golpe fue a un costado, ni siquiera en el motor. Por cierto, ¿y dónde está la otra unidad? ¿Es cierto que también se incendió? ¿Dónde están los choferes? En la escena del siniestro sólo se aprecia el autobús quemado, pero nada del supuesto tractocamión estacionado… ¿Será que sea de alguna de las compañías constructoras que hacen mantenimiento en la carretera?
Ante tales desgracias y circunstancias, hemos aprendido mejor a viajar de día. Planear bien las salidas y evitar las madrugadas, donde los choferes aprovechan que los pasajeros están durmiendo para manejar a exceso de velocidad. Tampoco confiamos en el estado de la autopista y mucho menos de camiones estacionados a los lados, especialmente ante la ausencia de autoridades policiacas o de fuerzas armadas reforzando la vigilancia.
Viajar en carretera, especialmente en temporadas vacacionales, aumenta tremendamente los riesgos. Las estadísticas de accidentes se disparan. Lo más recomendable es lo básico: no viajar cansado, no viajar de noche y estar siempre alerta, a la defensiva, porque hay cada loco en carretera que uno no sabe en qué terminará el asunto.
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