"Da" Navy Police
Pablo Jair Ortega - pablojairortegadiaz@gmail.com.- El Operativo Blindaje Coatzacoalcos, sin duda, ya era necesario. El azote de la delincuencia en la zona sur de Veracruz estaba ya alcanzando niveles peligrosos de temor en una ciudad que, a mediano o largo plazo, tendrá una de las mayores inversiones de industria en el país.
Bien por el regreso de los retenes móviles. Fueron un éxito en los tiempos en que Fernando Gutiérrez Barrios era gobernador y personalmente disponía de un grupo móvil integrado por policías estatales, judiciales, ejército y Policía Federal que movía en determinadas partes del estado, de acuerdo a la información que el mandatario recibía. Para que la línea de mando no se corrompiera, los jefes de estos grupos reportaban directamente al gobernador sobre sus operativos.
No obstante, el operativo tiene como responsable (y vaya responsabilidad) al mayor José Nabor Nava Olguín, originario de Minatitlán y con vasta experiencia en el sector de seguridad. Su conocimiento personal de la zona sur de Veracruz debe aportar más que cualquiera al mando. Bien por la elección, porque es necesario que alguien de esa región, que conoce a su gente, sea quien encabece el nuevo operativo estrella del Gobierno Estatal.
Es muy pronto hablar de resultados del Operativo Blindaje Coatzacoalcos, pero ya era necesario implementar algo que calmara a la ciudadanía. La aparición de fosas clandestinas, cuerpos ejecutados por el hampa, secuestros cobardes donde llegan a “levantar” a una niña de 6 años con su abuelo, entre otros desafortunados casos, eran síntomas de que algo estaba muy podrido en la región sur.
Mal, que el operativo se concentre en Coatzacoalcos, cuando es sabido que la delincuencia opera en lugares como Minatitlán, Agua Dulce, Las Choapas, Jáltipan y Chinameca. Que son estos lugares refugios naturales para la delincuencia precisamente por su seguridad escasa y lugares amplios en la zona rural para esconderse. Que Coatzacoalcos, mientras cierren los accesos, literalmente queda encerrado, imposible de escapar.
Era necesario otra vez que regresara el Ejército y la Marina a las calles, como ya puede verse también en Xalapa. Calderón los sacó de los cuarteles, y era poco probable que pudieran regresar a ellos, porque son los únicos con capacidad de fuego, entrenamiento y logística para enfrentarse a la bien armada delincuencia organizada.
Y es que parece haber mucha tensión en Seguridad Pública, especialmente cuando han denunciado en recientes semanas que patrullas de la dependencia llegan con policías y se llevan detenidos que luego no aparecen; detenciones burdas como la de enero, cuando al menos una patrulla de SSP bloqueó el tráfico de la Av. Lázaro Cárdenas para que una camioneta no identificada llegara al antro SODOMA y un comando sacara a varias personas del lugar. En Tlapacoyan, reportan tres personas desaparecidas de la misma manera.
Es necesario el regreso de las fuerzas armadas, precisamente para dar certidumbre a estos operativos realizados por la SSP, a la que se la ha invertido mucho dinero y protección política como para seguir perdiendo prestigio, que a la vez rebota y pega al gobernador Javier Duarte de Ochoa.
Hay gente que dicen que el culpable de todo es el maldito calor de esa región sur en Veracruz. Que los sureños andan todos acelerados como los tabasqueños, precisamente por el ruin infierno en que viven. Que la banda anda molesta, castrada, literalmente con ganas ni de que la caliente el sol.
Que sólo se puede vivir ahí estando ebrio o loco, pero que a la par genera problemas graves de alcoholismo en una ciudadanía devota a la cerveza fría, y también a su vez obliga a los obreros petroleros o petroquímicos (el motor de la región) a usar drogas para poder levantarse al día siguiente a trabajar.
Sea cual sea la razón, el Operativo Blindaje Coatzacoalcos ya está anunciado y fue puesto en marcha. Ahora sólo queda esperar los resultados, que se esperan exitosos, pues se ve que el plan está diseñado meticulosamente, al menos en apariencia.
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