Pablo Jair Ortega - pablo.jair.ortega@gmail.com.- Con los recientes resultados de las elecciones federales, mucho se ha comentado de la derrota del Partido Acción Nacional en Veracruz, sobre todo con la especial circunstancia de la activa participación e influencia del director del ISSSTE, Miguel Ángel Yunes Linares, en las decisiones de la dirigencia estatal.
Esto desde un principio fue criticado por el ala opositora de los panistas, los llamados “de cepa”, quienes veían con malos ojos que un ex priísta llegase al partido y rápidamente se le abrieran todas las puertas del poder blanquiazul, arrollando a su paso a militantes, y sobre todo la historia, al ser Yunes Linares uno de los principales enemigos del PAN en el pasado.
No obstante, todo esto quedó atrás. Y desde que el poder del PAN lo absorbe el grupo Xalapa (dirigido por Alejandro Vázquez Cuevas), se han reducido las zonas de bastiones panistas a casi nada, y lo que eran terrenos panistas en Orizaba, Veracruz, Córdoba, hoy pertenecen al PRI.
Esto ha llevado a una fuerte división con la actual dirigencia, junto con la entrada de Yunes Linares y su poderosa influencia, que fueron uno de los temas a señalar por panistas como el joven Mauricio Duck Núñez, diputado federal panista por Córdoba, quien no estuvo de acuerdo con la extraña designación del ex futbolista Carlos Hermosillo como candidato de ese distrito, como mera imposición y atropellando los derechos de la militancia local.
Conocido por expresar su forma de pensar sin tapujos, Duck Núñez nunca soltó el dedo de la llaga al criticar que Hermosillo no ganaría la elección, especialmente en un distrito donde no había perdido el PAN en años una diputación federal, y con el foco especial de que el candidato del PRI era el hombre más cercano a Fidel Herrera, el ex secretario de Finanzas Javier Duarte. Córdoba era el centro de atención estatal en los comicios.
Con los resultados en contra del PAN, la dirigencia estatal, desde ese penoso 5 de julio, han tratado de justificar la derrota culpando a todos menos a ellos, y entre los culpables está precisamente Mauricio Duck, a quien --según se filtra desde la sede del partido en Xalapa-- le harán casi corte marcial por haber “cometido traición” al expresar una verdad que todos sabían: Carlos Hermosillo era el peor candidato que podía tener el PAN en Córdoba.
No obstante, es curioso porque justamente este lunes, en su habitual conferencia de prensa, la dirigencia panista no dejó de hablar de unidad en el partido y hasta celebró --suponemos con esa “unidad” al puro estilo del priato-- que César Nava fuera ungido como presidente del PAN en el país, siendo que nunca hubo tal unción, porque Nava fue candidato único.
Extraño fue que minutos más tarde, desde las mismas oficinas del partido trascendiera que no hay ni una mínima parte de “unidad“, porque van contra todo con los que para la dirigencia son “traidores”, y en lo que podría convertirse en una simple y llana “vendetta” contra los que nunca estuvieron de acuerdo con el proceder de los líderes estatales justo antes de las elecciones del 5 de julio.
Llama también la atención que en la lista negra se encuentra Fabiola Vázquez Saut, cuando era bien sabido que las hijas del desaparecido Cirilo Vázquez ya negociaban con el PRI y que nunca estuvieron realmente inclinadas a las doctrinas panistas. Otro que se encuentra en baranda es Osiel Castro de la Rosa, el diputado federal nudista, que jura y perjura que no es él quien se encuentra en unas fotos encuerado, abrazado de una belleza de mujer o practicando una orgía en una mansión que supuestamente es de Las Ánimas. Seguramente debe ser un clon grotesco de su persona.
Es curioso como el pragmatismo de los blanquiazules se ha revertido: así como nombraron candidatos a lo “wey”, con ese mismo pragmatismo se les van.
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