3 de julio de 2012

No tan buenos números para el PRI-Veracruz

Pablo Jair Ortega - pablojairortegadiaz@gmail.com.-Ayer escribíamos en este espacio que el la izquierda en Veracruz tuvo una debacle pese a que se preveía que el estado se pintara de amarillo con una votación copiosa a favor de Andrés Manuel López Obrador.

No obstante, la elección presidencial en la entidad se repartió en tres tercios con ligeras diferencias: los tres principales candidatos presidenciales alcanzaron cerca del 30 por ciento en votación en Veracruz, lo que da escenarios muy distintos a los triunfalistas: el extremo sur lo ganó López Obrador, la zona de los Tuxtlas fue para Peña Nieto, el centro del estado se repartió para Josefina, con un pedacito para AMLO, y el norte fue una contundente votación a favor del priísta.

En el PRI de Veracruz, se comenta entre su cúpula y operadores (dejando a un lado la soberbia que muestran en público) que los números no resultaron tan avasallantes como se esperaban y deja la posibilidad de que las próximas elecciones federales o locales tengan una gran competencia en puerta. Que habrá cuestiones que ajustar porque los números fueron casi parejos y en la mayoría de los casos son votaciones contrarias al PRI.

Como ejemplo, Coatzacoalcos y Minatitlán fueron, junto a Xalapa, dos de los tres distritos que le dieron votos ganadores a Andrés Manuel López Obrador, con todo y que es sede del inmenso poder del sindicato petrolero, principal patrocinador del Partido Revolucionario Institucional.

Los números del PAN y PRD en Acayucan, Coatzacoalcos, Cosoleacaque y Minatitlán, no demuestran una contundencia de aplanadora priísta que se presumía desde la dirigencia tricolor, pese a la gran cantidad de recursos empleados y la maquinaria operativa propagandística que se echó a andar. La ciudadanía hizo un voto diferido, y si bien ganaron las diputaciones, en los cuarteles de campaña los números no dejaron contento a los tricolores.

Sólo en Coatzacoalcos, perdieron la senaduría ante Margarita Guillaumín.

SORPRESAS

Para los priístas hubo noticias buenas y muy malas, significativas en estas elecciones. En la sede tricolor daban como perdido el distrito de Martínez de la Torre, con Verónica Carreón, con un triunfo arrasador por parte del candidato del AN, Rolando Olivera. Se deslindaron de ella sus principales impulsores: los maestros del SNTE Sección 56, y el PRI le apostó poco, pero siguió trabajando y logró conseguir el sorprendente triunfo de los operadores locales.

Sin duda lo más significativo son los casos de Veracruz, Boca del Río y Huatusco, donde el PAN le arrebata los distritos al PRI. Los dos primeros, con una candidata Ángela Perera poco conocida y más identificada con la alcaldesa Carolina Gudiño; analistas locales indican que tenía poco arraigo y arrastre como candidata, siendo que sólo se hizo conocida en este periodo municipal y como aspirante, pero nunca hubo una labor política previa que remarcara su nombre.

En Boca del Río, pese a que Oliver Aguilar es conocido como un buen candidato a cargo de elección popular, y con todo el apoyo de los sectores locales del PRI y del alcalde Salvador Manzur, sin duda el factor Miguel Ángel Yunes Linares hizo que la balanza se inclinara a favor del PAN, dejando en claro su efectiva capacidad operativa.

Gudiño y Manzur pertenecen al grupo de poder neopriísta del PRI en estado, junto a Erick Lagos y Jorge Carvallo. Se sabe que mantienen una rivalidad porque podrían ser en un futuro los candidatos a la gubernatura de Veracruz, y esa rivalidad la siguen sosteniendo, manteniéndose alejados y separados.

En ambos casos, se dice que en realidad no hay tal sorpresa, pues Veracruz-Boca del Río es un bastión panista ampliamente conocido y ahí están los datos del PREP que confirman el triunfo de Josefina Vázquez Mota en esos distritos, con al menos 9 puntos de diferencia de Enrique Peña Nieto. No por nada la aspirante blanquiazul agradeció en primera instancia a Veracruz el gran apoyo que le dieron en las votaciones.

Aquí la sorpresa es que hayan ganado candidatos del PRI en elecciones anteriores y tiene una explicación: malos gobernantes como José Ramón Gutiérrez de Velasco y Julen Rementería hicieron que la sociedad porteña le apostara al voto de castigo al PAN por un rato.

El caso de Cosamalopan y Córdoba (tierra de los dos recientes gobernadores priístas) es significativo porque en esas regiones se hablaba que eran malos candidatos. Francisco Cessa, de la ciudad de los Treinta Caballeros, no tenía dotes como orador y es hasta el final de la campaña que logra dominar el pánico escénico para acercarse a la gente, pero ya muy tarde ante una candidata Leticia López Landeros, del PAN, con un gran arraigo en la zona y simpatía entre la población.

En Cosamaloapan, desde un inicio, había conflictos entre la candidata priísta, la maestra Elena Zamorano y su suplente Marcela Aguilera, reconocida por ser miembro destacado de la UGOCP que fundara el fallecido Margarito Montes Parra. Desde ahí ya se hablaba que el choque entre ambas señoras ya estaba causando problemas para los soldados de campaña, que se entendían cada quien con sus generales. Descuidaron también Tierra Blanca, donde los recientes alcaldes priístas fueron todo un fiasco y el PAN gana en un municipio donde le apuestan toda la carne al asador, por tener el 40% del padrón electoral del distrito de Cosamaloapan.

En Huatusco, sin duda, la operación de otro cercano a Yunes Linares-SEDESOL, como lo es Víctor Serralde (presunto nombre, porque se habla que tiene dos identidades y es curioso que el PRI nunca utilizó esto como arma política) le permitió concentrar gran cantidad de votos ante una sociedad que ya rechazaba a Zaira Ochoa Valdivia como candidata tricolor; con una mala administración municipal reciente, la hija de Rafael Ochoa Guzmán --quien fuera segundo al mando en el SNTE sólo detrás de Elba Esther Gordillo-- ni siquiera salió a dar la cara en los momentos finales.

SOPA DE CHOCOLATE, MI NIÑO

Y es que los distritos de Veracruz-Boca del Río son territorio donde al PRI le ha faltado penetrar de manera contundente, si es que querían en algún momento convertir a la región más populosa de la entidad, en territorio tricolor.

En el caso de Veracruz Urbano, el candidato del PAN, Rafael Acosta Croda, polémico personaje que ni siquiera hizo campaña, el día de la elección se le acusa de realizar compra de votos y de movilización de gente a su favor, lo mismo de lo que se le acusa al PRI en el resto de la entidad. Con un gran respaldo de la clase pudiente y panista del puerto, Acosta, con todo y su conocidos escándalos, es ya el diputado federal del distrito IV.

El caso de Humberto Morelli es digno de un mayor análisis, pues su gran mérito es sólo pertenecer al grupo de los Yunes Márquez y contar con los recursos de SEDESOL (donde manda Yunes Linares a través de su hijo Miguel Yunes Márquez), pero que igual lograron crear y recomponer en los últimos años una estructura que permite que Morelli sea el diputado federal por Boca del Río.

En ambos casos aplicó que las mañas aprendidas por el PRI en sus tiempos de poder absoluto; utilizaron como sopa de su propio chocolate a los priístas, que se vieron confiados y hasta soberbios, pero resultaron novatos a la hora de usar las artimañas harto conocidas por los del tricolor.

CANDIDATOS AL SENADO, EL PODER ALTERNO

El caso de las candidaturas al Senado para el PRI es punto y aparte. En este nada tuvieron que ver ni los dirigentes del PRI estatal ni la coordinación estatal de la campaña de Enrique Peña Nieto.

La “talacha”, todos lo saben, la realizó Héctor Yunes Landa junto a Pepe Yunes Zorrilla, pese a que el primero tuvo en contra el que no se le diera la primera fórmula al Senado y se le bloqueara desde los tiempos de Fidel Herrera para tener algún cargo.

Héctor Yunes Landa es hoy la cabeza visible de la fórmula por la gran currícula y trabajo que tiene desde joven. Pepe Yunes, por su juventud y falta de experiencia, sólo es conocido en ciertos círculos y hace política de distinta manera.

Las votaciones indican que a excepción de Veracruz urbano y rural, Xalapa urbano, Coatzacoalcos, Huatusco, Córdoba y Cosamaloapan, el resto de los distritos aportaron la votación ganadora a la fórmula de Héctor y Pepe como senadores, aunque el PAN --que quedó en segundo lugar-- argumentando diferencia de 56,050 votos, impugnará la elección.

En conferencia de prensa, Héctor detalló que la fórmula Yunes Zorrilla-Yunes Landa fue la tercera más votada del país, solo detrás de las del Estado de México y Jalisco.

“En este tenor, el distrito I de Tantoyuca fue el que más votos aportó a la dupla Yunes Zorrilla-Yunes Landa, con un total de 72 mil 966, contabilizados en el total de las actas computadas. Asimismo, en el distrito electoral federal 11 de Minatitlán se obtuvo la mayor diferencia de votos a favor respecto al Partido Acción Nacional (PAN) con 17 mil 544 votos”, detalló el priísta.

SE SACRIFICARON LAS CASAS ENCUESTADORAS

Los números de las casas encuestadoras fueron exageradas e imposibles, como lo subrayó este autor en la columna “¿En dónde hacen las encuestas de Peña?”, del 21 de mayo.

El Grupo Milenio, con su seguimiento diario fue el caso más patético de medición, pues reafirmaba que el candidato presidencial Enrique Peña Nieto tenía entre 15 y 20 puntos de diferencia. El resto de las casas encuestadoras iban en el mismo tenor.

Este lunes Ciro Gómez Leyva, titular de noticias de Milenio Televisión, salió a decir que efectivamente sus encuestas estaban mal. Que la realidad era otra.

Lo dicho por Leo Zuckerman: las encuestas favorecen a quien las paga.

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