23 de enero de 2013

Au revoir, Florence Cassez

Pablo Jair Ortega - pablojairortegadiaz@gmail.com.- Se propuso desde el Twitter: que se le dé arresto domiciliario a Florence Cassez. Si es peligrosa tanto para la sociedad como para la diplomacia, lo mejor era tenerla fuera de la cárcel, pero lejos de los mexinacos.

En este espacio se ofreció el domicilio propio de este autor, ávido de aprender y practicar galo con tan hermosa franchute; que por su seguridad estaría amarrada a una cama y no estaría sujeta a deseos sexuales de ninguna índole. No. Lo juro. Nunca le haría algo así.

Incluso se pensaba tenerla desnuda o en paños menores para que evitara salir a la calle, pero esa idea se iba descartando al saber que a los europeos les encanta el exhibicionismo y lo de menos es andar enseñando pechos y nalgas.

La Cassez finalmente quedó libre y pasa a la lista de personas que posiblemente no conozca ni conquiste ni baile tango con ella, así como la Shakira, que ya me traicionó por un futbolista con nombre de mascota de mundial de futbol, como si fuera muy chiludo el vato.

La Cassez se fue de México esta noche porque no es nada coneja como para dejarse atrapar otra vez. Así como a mediodía la estaba liberando la Suprema Corte de la Nación, y al ratito su abogado Agustín Acosta Azcón (hijo del mejor gobernador de Veracruz, Agustín Acosta Lagunes) andaba diciendo que esto era un ejemplo para los malos policías, la bella güera de ojitos pispiretos ya estaba guardando sus chivas en el penal para irse directito a la torre Eiffel.

Ya se imaginará usted todas las mentadas en las redes sociales y el coraje de Isabel Miranda de Wallace y víctimas de secuestro que se empeñaban en que la Cassez era algo así como la responsable de todos los males en este país.

Y la verdad es que la Cassez no tiene la culpa, sino la justicia que la hace comadre: la realidad es que de inicio el caso se vio desacreditado con aquel montaje hecho por la Agencia Federal de Investigaciones, al mando de Genaro García Luna, para hacer creer en horario estelar, en noticieros matutinos, que se estaba llevando a cabo un rescate de secuestrados así como las series de Gringolandia, en vivo y a todo color, sin ningún disparo, ni leperadas dignas del lenguaje de policía judicial.

A lo mejor la francesa es culpable (sigue mi dormitorio propuesto como su celda), pero la autoridad se la peló y los casos estrellas del Calderonismo se están derrumbando por no fortalecer a la justicia en su parte legal y por esa insistencia de usar a las fuerzas armadas y policiacas como arietes brutos de la justicia.

¿Y de qué nos quejamos si a la hermosa francesa la liberaron? Vivimos en un México donde la hija del Chapo se pasea entre fronteras, donde una princesa Paulinita se pitorrea de la población mexinaca vía Twitter, donde un Emilio Azcárraga se burla de los mexicanos diciendo que Televisa tiene una programación de calidad con programas que son oda de la ignorancia y la carne.

¿Qué es una injusticia? Injusto es el hambre que ahora Peña Nieto quiere erradicar con métodos medievales como las Cruzadas. Injusto es la clase política que tenemos que mantener, que el presidente del IFAI sea un huevón, que Calderón se la viva chido en Harvard, que los gobernadores y presidentes municipales que han saqueado arcas del país vivan con toda la impunidad, que pederastas señalados como Emilio Gamboa y Miguel Ángel Yunes Linares sigan como si nada sus vidas como amantes de los niños.

La neta, no nos quejemos. Tampoco nos burlemos de que tengamos una “policía china”, porque estoy seguro que allá en China se burlan de la “policía mexicana” y allá son más.

Como están las cosas, mejor voy ahorrando para un boleto a Francia. En una de esas dejo que me secuestre la Cassez y que se desquite conmigo todo lo que le hicieron en el bote… ¡Allá te voy, mon amour!

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