Pablo Jair Ortega - pablojairortegadiaz@gmail.com.- Teocelo es un municipio enclavado en las faldas del Cofre de Perote. Pertenece a esa camada de pueblitos (como Coatepec, Xico, Cosautlán, Naolinco, Jalcomulco y Banderilla) que rodean a Xalapa, pero que crecieron a distinto ritmo y sin depender de la capital del estado. Todos tienen su economía propia, basada en comercio, turismo, sus paisajes y climas increíbles; por algo es el lugar favorito para muchos extranjeros y chilangos que desean retirarse.
Teocelo, el lugar del ocelote, ha sido un lugar que se ha ido consolidando como un destino turístico. También es el sitio ideal para organizaciones como Radio Teocelo, que se estableció aquí hace más de 30 años y es la radio con más influencia en la región, pese a sus limitaciones como radio comunitaria.
También aquí se asienta, en la comunidad de Texín, el monasterio de monjes benedictinos que tanta fama le ha dado al lugar por sus ceremonias de sanación.
Este lugar es de los predilectos para el turismo de aventura y extremo. Es aquí donde hace poco se encontró un ejemplar de tigrillo, muy difícil en estos días por la rapacería humana en contra de la naturaleza.
Su alcalde, Cristian Teczon Viccon, ha destacado por ser sensible a los temas ambientales y fue quien promulgó la prohibición de las famosas “vaquilladas” en las fiestas patronales de la ciudad, lo que colocó a Teocelo en el panorama internacional como el primer municipio del país en prohibir de manera determinante estas prácticas brutales contra los animales.
Las “vaquilladas” no son otra cosa más que soltar a vacas pequeñas con la intención de torearlas. De perseguirlas, golpearlas, hacer que persigan a quienes --alcoholizados-- las azotan, como parte de un grotesco espectáculo de tortura en contra de un indefenso animal.
La medida tomada por el alcalde Cristian Teczon fue muy aplaudida y se ganó el reconocimiento de la sociedad, pero no faltan los necios en el pueblo que creen que tienen el derecho de maltratar a las vacas por pura diversión. Que esto se disfraza de “tradición” sin serlo, porque ni siquiera esa festividad es originaria de aquí: viene de Huamantla, Tlaxcala; es de apenas de la década de los 70, traída por una familia de Xico a la región, y que se popularizó por su barbarismo y las ganas de demostrar quien es más machito.
Estos necios, tercos como las ganas de ir a defecar, contra lo establecido en las leyes y reglamentos de Teocelo, ya instalan sus gradas y mantas para invitar a la ciudadanía a la “vaquillada” en una rebeldía por demás idiota. Ignoran y se sienten “machitos” de retar a la autoridad; y si ignoran, es que son unos ignorantes, o para que entiendan: una bola de bueyes más bestias que las vacas.
MINATITLÁN
Minatitlán una ciudad industrial asentada en las orillas del río Coatzacoalcos. La economía se basa en la industria petrolero y casi todo mundo depende de PEMEX. Curiosamente ha sido cuna de antropólogos, historiadores y escritores, pero prefirieron irse para no ser absorbidos por la inercia del petrolerismo.
Minatitlán es de esas ciudades petroleras donde las cantinas, piqueras, puteros, narcomenudistas y anexas, han proliferado. Para nadie es secreto que lugares como Mina y Ciudad del Carmen, en Campeche, son grandes cantinas, porque son una fuente de ingresos gigantescos para los corruptos ayuntamientos que se hacen de recursos que no tienen que ser registrados.
En la petrolera ciudad lo que se consume en exceso es la cerveza; ya sea por tradición o porque hace un calor insoportable en los meses de mayo y junio, que sólo es soportable estando ebrio o loco.
Hace algunos años llegaron a esta ciudad las famosas tiendas Oxxo, propiedad de FEMSA (Coca-Cola); se convirtieron en una minita de oro, porque FEMSA llegó con millones de pesos para propietarios de terrenos, a quienes les rentaban por plazos de 10 años. Incluso llegaron a desplazar a la cerveza favorita del lugar: la Corona y Modelo, pues los Oxxo venden pura cerveza de la línea Superior, que hasta hace unos años era como la apestadita en el lugar.
Estas tiendas desplazaron a los populares depósitos en colonias, de esos donde te atendía un viejito que se paraba en la madrugada para venderte un cartón de coronas o unas caguamas, porque las tiendas venden la cerveza relativamente más barata y tiene otras cosas para vender a los trasnochados.
Hay quienes ya están acostumbrados a la presencia inundada de los Oxxo, tanto que proponen que a Minatitlán le sea cambiado el nombre por Oxxotitlán, en honor a FEMSA.
Entre ellos hay fanáticos como el alcalde Leopoldo Torres, también conocido por su afición a las bebidas espirituosas. Es tan entusiasta de los Oxxo, que regaló un pedazo del parque Independencia (el principal de la ciudad, donde está la iglesia de San Pedro) para que se instale una sucursal en pleno centro.
Hasta ahorita Polo Torres no ha desmentido la versión y se sabe que continúan los planes para que Oxxo se instale en pleno parque municipal para facilidad de los borrachos del centro, que se había mantenido alejado de tal situación, a excepción de que a unas cuantas cuadras está el malecón que parece zona de tolerancia.
Necios como el presidente municipal, empeñados en convertir a Minatitlán en la capital del vicio, en tiempos donde ya tenemos encima un problema de salud pública como la drogadicción.
Así Minatitlán podrá destacar en algo al igual que en Teocelo, sólo que para record de alcoholismo, con una población expuesta al vicio de su necio alcalde.
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