Rockdrigo es célebre por su canción Estación del Metro Balderas, que se hizo popular gracias a la versión de El Tri editada en el álbum El Tri...simplemente. pocos meses antes de su muerte durante el terremoto del 19 de septiembre de 1985.
Rockdrigo nació en la colonia Altavista de la ciudad de Tampico, Tamaulipas, siendo su padre el ingeniero naval Manuel González Sámano y su madre la señora Angelina Guzmán. Estudió en los colegios Federico Froebel y Félix de Jesús Rougier. Durante su infancia y adolescencia Rockdrigo se nutrió de la tradición musical de la huasteca tamaulipeca y del rock y el blues en lengua inglesa.
Concluyó su educación media superior y formó parte de varios grupos de rock en su natal Tampico. También incursionó en el teatro y la literatura.
Abandonó la carrera de psicología en la Universidad Veracruzana y hacia 1975 se fue a vivir a la Ciudad de México. Durante sus primeros años en la ciudad, formó un dueto de canto nuevo con su amigo Gonzalo Rodríguez. En 1976, Rodrigo González, Gonzalo Rodríguez y otros amigos músicos consiguieron interpretar algunas piezas originales en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.
Con el tiempo, Rockdrigo logró trabajar al lado de Javier Bátiz en un bar de la glorieta de Insurgentes llamado Wendy's Pub, alternando con muchos grupos, entre ellos el Grupo Dama. Fue ahí donde lo conoció José Agustín, quien le escribió una reseña memorable en el diario Unomásuno, en la que declaraba: "si ya hay en el rock de México quien domine a la perfección la técnica, la cadencia y el ritmo junto con un talento para componer canciones que retraten nuestra realidad a la altura de nuestros grandes compositores como José Alfredo Jiménez o Chava Flores, no puedo más que decir que, de entrada, con Rodrigo González tenemos un rock más complejo, crítico e inteligente..."1
Ya entrada la década de los ochenta, Rockdrigo, junto a artistas como Jaime López, Roberto González, Alain Derbez y Rafael Catana, fue un promotor del Colectivo Rupestre, un núcleo de artistas de importancia para el desarrollo del rock mexicano. Hacia 1984 se presentó en diversos foros patrocinado por el CREA y editó un caset de manera independiente, Hurbanistorias, que a la postre sería el único material que él supervisara. En 1985, Rockdrigo entabló negociaciones con personal del sello WEA para la edición de un disco profesional, pero su muerte dio al traste con el proyecto.
La vida de Rockdrigo llegó a su fin con el terremoto del 85, horas después de una última presentación en ocasión del primer aniversario del periódico La Jornada. Su departamento estaba ubicado en un edificio de la calle Bruselas (número 8), en la colonia Juárez (D.F.).
El rock rupestre[editar · editar fuente]
En noviembre de 1983, a invitación de Jorge Pantoja y Ángeles Mastretta, se realizó el Segundo Festival de la Canción Rupestre del Museo Universitario del Chopo de la UNAM, una serie de presentaciones de músicos pertenecientes al movimiento de rock en español en la ciudad de México, artistas como Jaime López, Guillermo Briseño, Roberto González, Rafael Catana, Roberto Ponce, Alex Lora (por entonces recién separado de Three souls in my mind) y el propio Rockdrigo.
Aunque ya desde 1982 entre Jaime López y el saxofonista Alain Derbez habían organizado las primeras Jornadas de la Creación Rupestre en el Centro Cultural Ollin Yoliztli, Rockdrigo fue el autor del Manifiesto rupestre que acompañó a la difusión de la serie de conciertos en el Museo del Chopo. Rockdrigo desarrolló y explotó ampliamente el concepto de un irónico “rock de las cavernas”, esto es, elemental, deliberadamente antiestético, sin por ello dejar de componer otro tipo de canciones, a caballo entre el folclorismo, el rock y el canto nuevo.
Se trata solamente de un membrete que se cuelgan todos aquellos que no están muy guapos, ni tienen voz de tenor, ni componen como las grandes cimas de la sabiduría estética o (lo peor) no tienen un equipo electrónico sofisticado lleno de synthers y efectos muy locos que apantallen al primer despistado que se les ponga enfrente. Han tenido que encuevarse en sus propias alcantarillas de concreto y, en muchas ocasiones, quedarse como un chinito ante la cultura: nomás milando. Los rupestres son poetas y locochones, rocanroleros y trovadores, simples y elaborados; gustan de la fantasía, le mientan la madre a lo cotidiano, tocan como carpinteros venusinos y cantan como becerros en un examen final del conservatorio
Gran parte de su obra ha sido editada en cuatro discos por Ediciones Pentagrama: Hurbanistorias, El profeta del nopal, Aventuras en el Defe y 'No estoy loco. También existen algunas grabaciones Rockdrigo en vivo en el café de los artesanos y Rockdrigo en Radio Mexiquense, dadas a conocer a través de un sitio de internet por sus admiradores.
El periodista de rock José Xavier Návar conserva otras grabaciones coloquialmente llamadas Los demos de Pepe Návar. En el 2005, se anunció en la revista La Mosca en la Paredla posible edición de estas grabaciones, junto a un DVD con grabaciones en directo.
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