Ahora un Pedro Ferriz Santa Cruz nos vigila, mundo. Descanse en paz.
En Minatitlán, por los años sesenta, hubo un médico muy famoso: el Dr. Rafael Bustamante de León. Famoso porque era de los pocos médicos que había en su tiempo en el lugar; famoso porque tenía publicidad creativa en la radio que hasta el día de hoy todo mundo la recuerda, en una época donde ni existía la mercadotecnia; famoso también porque era muy buen doctor, que le hacía a todas las especialidades y curaba de todo. Famoso porque era sui generis: usaba estimulantes para mantenerse alerta.
Y más famoso, porque trabajaba las 24 horas del día y el grueso de su consulta eran los amigos del área rural y gente de la clase popular; y cuando no había ningún médico disponible, las mejores familias acudían a él para remediar sus males.
Apreciado en la sociedad minatitleca, el médico se hizo reconocido en cadena nacional cuando asistió al programa de los "64 Mil Pesos" que se transmitía en Imevisión (hoy TvAzteca). Dicho programa era un concurso de conocimientos y era conducido por don Pedro Ferriz Santa Cruz.
El Dr. Bustamante participó con el tema del petróleo. La dinámica del programa era que Don Pedro Ferriz hacía preguntas sobre el tema escogido por los participantes. Muy pocos llegaban a la final y se ganaban esos "64 Mil Pesos", ya que el cuestionario iba aumentando de dificultad conforme el concursante avanzaba en las etapas.
Con todo y lo difícil, el Dr. Bustamante sacó la casta por el pueblo y ganó el gran premio de los 64 mil pesos.
Desde ahí le unió una gran amistad con Don Pedro Ferriz Santa Cruz, que varias veces lo llevó a dar conferencias a Minatitlán para hablar del tema que le apasionaba: los OVNIS.
Una de esas conferencias fue a finales de los sesenta, principio de los setenta, donde convocaron a todas las escuelas de la ciudad en el antiguo auditorio de la Sección 10 del sindicato petrolero. Según recuerdan los presentes, el evento se tuvo que suspender porque se abarrotó de gente, los niños a punto del desmayo, aunado al insoportable calor minatitleco de siempre.
Pero varias veces fue llevado a la petrolera ciudad; hizo amistades y siempre iban a saludarlo para escucharle sus grandes dotes como conversador y hombre de mundo. No cualquiera podía estar al lado de uno de los últimos grandes locutores de la era dorada de la televisión y la radio, que además era sencillo en su trato con quienes lo rodeaban.
Se tuvo la oportunidad de ir a una de las tantas conferencias que se organizaron, precisamente en el mismo lugar, pero a mediados de los noventa. La misma cantidad de gente que llenaba el lugar y el calor insoportable que se sentía adentro. En ese entonces, el de la idea de irlo a ver era Armando Uribe Peña, futuro chef minatitleco que en ese entonces andaba bien metido en la onda OVNI y de los sueños.
Recuerdo que por ser unos mocosos, nos mantuvieron alejados del presidium entre tanto curioso.
El Uribe se quedó con las ganas de preguntarle sobre la interpretación de los sueños y se quejaba de que todos los que hablaron en el micrófono sólo fue para recordarle que lo veían por la tele y que conducía el "Gran Premio de los 64 mil pesos", que luego fueron millones, y terminó en Nuevos Pesos. Que su pregunta era más seria: "¿Cuál era la interpretación de Don Pedro a esos mensajes del subconsciente?".
Total que, chavitos al fin, salimos del edificio desbocados porque no conocíamos esos protocolos de salutación ya tan conocidos en México. Armando Uribe se quedó con las ganas de preguntarle sobre los sueños y los objetos voladores no identificados, pero uno más bien con las ganas de que en ese entonces existieran los aires acondicionados industriales para tan caluroso lugar que sigue siendo como antesala al averno.
El antiguo auditorio de la Sección 10 va a extrañar mucho a Don Pedro Ferriz Santa Cruz y a sus inolvidables pláticas. Desde hace años se acabaron esas iniciativas de traer personalidades al pueblo minatitleco para empaparse de su sapiencia.
Ahora Don Pedro estará con su amigo Rafael Bustamante, quien se adelantó en el camino mucho antes. Quizás se acuerde del caluroso Minatitlán y de la gran cantidad de gente que iba a saludarlo.
Ahora un Pedro Ferriz Santa Cruz nos vigila, mundo. Descanse en paz.
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