27 de junio de 2014

La tele mexicana en el Mundial y su rechazo en Veracruz


Pablo Jair Ortega - pablojairortegadiaz@gmail.com.-
 Un fenómeno digno de estudio para fenómeno de la comunicación: la fiebre del Mundial de Fútbol opaca todo, hasta las patadas bajo la mesa en las mesas diplomáticas y las estrategias para colocar a México en el espectro internacional como el nuevo líder económico de Latinoamérica.

Esto viene a colación precisamente cuando el 8 de junio, el ex presidente y líder moral del gigante sudamericano, Luiz Inácio Lula da Silva, dijo -palabras más, palabras menos- que en México estaba todo peor que en Brasil

"Me fui a enterar y todo es peor que en Brasil. Lo que hacen mejor, nosotros ya lo hicimos con Petrobras hace 20 años. No hay ningún indicador comparable a los nuestros”, expresó el ex mandatario brasileño.

La contestación del estado mexicano vino por parte de Luis Videgaray, secretario de Hacienda, presentando balances y cifras; y del mismo presidente Enrique Peña Nieto, quien respondió con la diplomacia que se perdieron en los sexenios de Fox y Calderón: “México y Brasil no se inscriben en una competencia”. Expresó su “gran respeto” por Lula da Silva y subrayó que cada país ha impulsado las reformas estructurales que ha considerado adecuadas para su desarrollo. “Respetamos la ruta seguida por Brasil, que es referente para otros países, pero México tiene la suya propia”.

Antes, el Senador del PRI, David Penchyna, presidente la Comisión de Energía, reviró a Lula da Silva al decir que “la nación sudamericana tiene sus propios asuntos por resolver, y si no, hay que ver las expresiones sociales que hay en esa nación”.

Pero también se puso en marcha el aparato ideológico del estado: más allá de reflejar lo noticioso, sino para reafirmar que México está a punto (según el discurso extraoficial) de convertirse en la potencia que Brasil aspiró.

En un monitoreo realizado en los últimos días en los noticieros, uno puede dar cuenta que no sólo de destaca la parte amable, bella y turística de Brasil, sino que diariamente saca a la luz los diversos problemas de narcotráfico, violencia, pobreza extrema y pobredumbre que existe en las ciudades sede del campeonato mundial de futbol.

Sobra decir que en México sólo hay tres vertientes, sin broma, para la educación: la SEP, Televisa y Rius.

Y es que si Brasil bien tiene los ojos del mundo en estos momentos, la luna de miel se le acaba en dos semanas, y en los distintos reportajes y trabajos de investigación que se transmiten por la poderosa televisión mexicana, muchos se preguntan cómo será Brasil después de que pase el Mundial y qué pasará con los miles de desplazados a campamentos.

En esta justa internacional, el país sudamericano seguirá teniendo los ojos del mundo por la curiosidad de si seguirán las protestas en las calles y hasta que grado el estado controlará las protestas que nunca cesaron.

El poder de los medios mexicanos sobre la situación de Brasil confirma que sí hay una real competencia contra Brasil para desbarrancarlo como la economía más pujante de Latinoamérica, como también una propaganda para hacernos sentir a los mexicanos en el paraíso, aunque no tengamos garota de Ipanema, ni el Cristo del Concorvado, ni el Carnaval más chido del mundo, ni a Adriana Lima, ni Gisele Bundchen y otras cosas lindas por ahí.

La visita a México de Christine Lagarde, directora gerente del poderoso Fondo Monetario Internacional, es también parte de esa agenda de competencia contra el país carioca, pues con todos los reflectores internacionales (más allá de si la situación económica en territorio mexicano esté del nabo, que lo dudamos), ante los foros mundiales y sectores beneficiados con las reformas pueden convencerse de que México ofrece algo que Brasil puede perder por su inestabilidad social. Lagarde puede ser testigo muy influyente de eso.

En nuestro país, dicha inestabilidad terminó prácticamente con el Pacto Por México, la clara dimisión a las armas del Subcomandante Marcos, la recuperación de territorios como Michoacán y la desaparición poco a poco de los escenarios de violencia como el tópico principal de la agenda política mexicana, a diferencia de Calderón, cuya guerra contra el narco dejó secuelas y era la punta de lanza de la administración.

Claro que hay competencia contra Brasil, sólo que es sutil, a niveles diplomáticos, financieros, ideológicos.

Y México, así que digas que está en crisis, lo dudamos: sólo en una sede mundialista, Fortaleza, la cancillería contó a cerca de 40 mil mexicanos para apoyar a la selección mexicana en contra de Brasil.

CASO VERACRUZ

En el caso de Veracruz, acaba de darse a conocer que la conocida conductora de televisión Laura Bozzo, ha tratado de lucrar con el suicidio de 4 jóvenes en San Juan Evangelista, al sur de Veracruz, lo que ha sido rechazado por los pobladores y familiares. Es verdaderamente patético que se haga sensacionalismo de un caso tan delicado y este es precisamente el otro espectro de la televisión “mexinaca” y del sensacionalismo: el que sirve para el entretenimiento banal de los millones de televidentes embobados con el espectáculo degradante de una momia sudamericana.

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