22 de junio de 2014

Los médicos, PEMEX y Comunicación Social



Pablo Jair Ortega - pablojairortegadiaz@gmail.com.- El Hospital Infantil “Federico Gómez”, en el Distrito Federal, es uno de los más reconocidos a nivel internacional en el cuidado de los infantes. Ahí, han procurado la salud del menor, pero además llevan como política la medicina ambulatoria, que no es otra cosa más que el cuidado de los pacientes en casa con la participación de la familia.

Niños y niñas nefrópatas (con problemas de riñón) son educados en el “Federico Gómez” en la diálisis peritoneal ambulatoria: ellos mismos miden su estatura, calculan su peso y llevan un control y cuidado de su tratamiento. Otro ejemplo: en el Instituto de Enfermedades Respiratorias, también hay unidades en donde a los pacientes asmáticos se les enseña a nebulizarse por sí mismos. Dentro del mundo de la medicina, a esto se le llama Metodología Participativa.

Hace unos años, al Hospital de PEMEX en Minatitlán llegó el caso de un bebé con estallamiento de vísceras. El padre, un señor obeso, llegó a Urgencias exigiendo que le salvaran la vida a su hijo, pero lo que no decía -y al final confesó- es que llevaba en brazos a su hijo mientras conducía su vehículo, y que en un choque por alcance apretó con su cuerpo al del pequeño contra el volante. El niño murió.

También en la zona sur, un “prominente” ginecólogo que opera en Coatzacoalcos y Minatitlán fue destituido del Seguro Social (pero encontró refugio en el hospital de PEMEX del pueblo petrolero, donde sigue en la actualidad) por permitir que un embarazo de un bebé de cerca de 5 kilos naciera por vía natural, pese a síntomas de que la madre no lo toleraría. Resultado: el bebé se asfixió y murió.

No hace mucho fue un escándalo que un médico pediatra trabajaba en el Hospital de PEMEX de Minatitlán, llegó a ser jefe del área, y ni siquiera tenía el título o licencia de médico. No obstante, quienes conocieron su trabajo, destacan que era un excelente médico. Ironías de la vida y de la mafia de la paraestatal en el área de medicina.

Sin duda hay buenos y malos médicos, como también hay buenos y malos familiares de pacientes. Lo anterior son ejemplos de casos donde la medicina y la comunicación pueden ser la salvación de vidas, como también hay médicos que realmente no merecen que los defiendan.

Incluso, se sabe que la medicina ambulatoria se ha querido implementar a nivel general en el país, pero desgraciadamente existe un problema de cultura y educación que hace a los familiares renuentes de participar en el cuidado de su paciente por simple desidia.

Esto se ve más común en los hospitales de paga, donde los familiares creen que los médicos y las enfermeras son una suerte de empleados y sirvientes que tienen la obligación de cumplir con caprichos u órdenes. No son pocas las historias cuando las enfermeras se quejan de que los familiares no quieren colaborar ni cooperar en el cuidado de su enfermito. También suele ocurrir en hospitales de gobierno.

En contraparte, muchas veces como paciente hay que comportarse prepotente por la burocracia desesperante o las lamentables deficiencias de los hospitales y clínicas. No hay manera más fácil para que atiendan, sino es acalambrando. En otros casos, se opta por lo más fácil y cuando hay recursos: acudir a un médico particular.

Este domingo, miles de médicos y enfermeras marcharon por el país en el marco del movimiento #YoSoy17, movimiento en apoyo a 16 homólogos que en Jalisco están siendo sujetos a proceso penal por presunta negligencia médica. Un juez libró órdenes de aprehensión por la muerte de un menor, el cual ingresó al hospital el 15 de noviembre de 2009 por una crisis de asma, pero que presentaba además obesidad mórbida y diabetes.

Así como en el caso de los médicos en Jalisco, existen los antecedentes necesarios para decir que también debe existir una responsabilidad por parte de padres y jefes de familia para el cuidado de los pacientes. Que el médico no tiene opciones para curar a un enfermo cuando su padecimiento se ve afectado por otros factores de descuido. Por ejemplo, hay casos de preclampsia en el embarazo que son producto de un mal cuidado durante los 9 meses de gestación: fumar, obesidad, inactividad física, etc.

Pero igual tienen que ver las políticas de estado: en Cuba, será por la carencia o realmente por su sistema de salud, pero le apuestan a la prevención: no hay sal, entonces no hay hipertensos; tampoco hay diabéticos y se puede decir que carecen de obesidad en un gran porcentaje de la población. Los cubanos también están obligados a hacer ejercicio o practicar alguna disciplina artística. En México, sobra decirlo, tenemos primeros lugares en obesidad, hipertensión, diabetes y de falta de nutrición.

El mismo estado mexicano parece pervertir el caso de Jalisco: la orden de aprehensión a 16 médicos suena exagerada, pero también tiene el tufo de que se ofreció para desmarcarse de una escándalo mediático nacional y no quede una mancha al expediente de la administración local como ocurrió con la carrera de Eduardo Bours, ex gobernador de Sonora, con el caso ABC, donde murieron 49 bebés. Es decir, tiene toda la intención de dejar claro que el nuevo régimen priista, encabezados por el presidente Enrique Peña Nieto, y el gobernador jaliscience Aristóteles Sandoval, forjará un castigo ejemplar para quien desatienda a la niñez.

Pero la realidad es que, si bien las situación puede ser más compleja y tenga más aristas, los médicos efectivamente no son dioses ni tampoco criminales; los familiares deben participar en el cuidado de los pacientes y la política no perdona cuando se trata de culpar a alguien.

EPÍLOGO

Hablábamos de una mafia en PEMEX, pero también hay cosas buenas: gran expectación causó lo que el reconocido columnista Arturo Reyes Isidoro, autor de “Prosa Aprisa”, planteó en su texto del 19 de junio, al hablar de la posible creación de una oficina de Comunicación Social de la Presidencia de la República en cada una de las entidades y que dicho proyecto sería encabezado en Veracruz por Rodolfo Casanova Ortiz, periodista con amplia experiencia y de los pocos que conocen tanto el ámbito periodístico como político (incluso hoy, hay gente en el gabinete estatal de Javier Duarte que le debe su carrera política). El “teacher” Casanova --como es conocido-- actualmente es jefe de Prensa de Petróleos Mexicanos en la zona sur, con sede en Coatzacoalcos. Desde ahí, ha demostrado su talento como comunicador profesional, relacionándose incluso con las nuevas generaciones de periodistas jóvenes que ya dominan la información del sureste. Cuidadoso de las expresiones, en general tiene una excelente relación con directivos de medios y reporteros. El “teacher” destaca que su labor también se debe a la gestión que realizan Ignacio “Nacho” Durán Lomelí, gerente de Comunicación Social de PEMEX, y alérgico al chocholeo; así como de Eduardo Marín Conde, asesor de Información y Prensa de la paraestatal, quien también se pone el overol. Ambos, muy cercanos a Emilio Lozoya Austin, director general de Petróleos Mexicanos. ¿De la oficina de prensa con línea directa de Los Pinos? Pues no se sabe nada, porque no han autorizado su presupuesto, aunque es un proyecto que existe inicios del sexenio de Peña Nieto.

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