27 de agosto de 2014

El perro de Bermúdez y Juanelo que se esconde

Bermúdez y Juanelo

Pablo Jair Ortega - pablojairortegadiaz@gmail.com.- Durante el Chirinato, el entonces secretario de Gobierno Miguel ángel Yunes Linares vivía en el municipio de Coatepec por el rumbo de Briones, una de las congregaciones más famosas de la región por ser el lugar donde viven muchas familias con harto dinero.

Cuenta la leyenda que en una desafortunada ocasión, al ex funcionario estatal se le escapó un perro fino de su domicilio y organizó todo un operativo con policías estatales, helicópteros y hasta agentes del CISEN, con tal de que dieran con el paradero del can.

En ese entonces, Yunes Linares había sido el conducto para reprimir a Ángel Leodegario Gutiérrez Castellanos (mejor conocido como Don Yayo) director del diario La Política, a quien le habían quitado su notaría, bloqueado sus ingresos en el popular rotativo y perseguido por atreverse a criticar al gobernador Patricio Chirinos; tal como ocurrió con una fotografía donde el mandatario inauguraba un partido de beisbol, pero con tal mala pose a la hora de lanzar la pelota que salió una figura descompuesta y graciosa, cuyo pie de foto fue “¡Aaaaay mamachitaaaa!”, en referencia al cómico Resortes.

Don Yayo, con esa picardía, chispa y astucia que todos le reconocen, al saber del operativo para localizar a la mascota de la familia Yunes, al día siguiente tituló a ocho columnas la reseña: “SE PERDIÓ EL PERRO DE YUNES”, lo que hasta el día de hoy causa mofa y dejó estampado un apodo perpetuo.

Pero quien parece querer ganar ese apodo y rebautizarse con el mismo es el secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita, quien este miércoles en Coatzacoalcos de plano mejor dijo que la ciudadanía debería comprarse un perro para cuidarse de la delincuencia.

Y es que según la lógica del secretario Bermúdez, a él solamente le tocan responder por los delitos que se suscitan en la calle, mientras que en propiedad privada no le toca responsabilidad… Y así de un plumazo, para el titular de SSP no existen los delitos de robo a casa habitación, allanamiento de morada y demás que tengan que ver con la invasión.

El mismo Bermúdez Zurita recomendó que los ciudadanos deberían invertir en su seguridad, comprando candados, alarmas (“que ahora hay muchas muy baratas”, dixit) y hasta tener un perro, sensores de vigilancia y cualquier dispositivo que pueda alertar o hacer ruido.

La propuesta del secretario no es mala, especialmente si uno tiene los recursos para comprar todo lo anterior que se menciona; lo que quizás no sabe es que hay gente tan malandra que envenena a los perros o se los roba; que no todos tienen para comprar sensores o alarmas… O que… Lo más obvio: EL TRABAJO DE SSP DEBE GARANTIZAR LA PAZ Y SEGURIDAD DE TODOS DE LOS CIUDADANOS y no obligarlos a protegerse a sí mismos, porque luego andan negando la presencia de autodefensas y tildando a los reporteros de mentirosos.

Total, de que es verdad que la seguridad comienza por uno, es cierto… Pero ya de que SSP diga que ya no es bronca suya la propiedad privada, pues en lugar de perro, mejor compraremos una cubeta llena de granadas.

APARECE JUANELO

Y quien estaba desaparecido desde el sábado pasado era el alcalde de Coatepec, Roberto Pérez Moreno (a) “Juanelo”, quien al parecer se cayó del OVNI donde andaba.

Resulta que este miércoles por fin reapareció el edil, luego de los rumores que se habían suscitado en torno a su desaparición y hasta arresto --junto a su secretario-- por parte de la Marina, supuestamente por estar involucrado en el asesinato del tesorero Guillermo Pozos.

El conocido alcalde, se sabe, estuvo ausente durante todos estos días luego de la desaparición de su tesorero, y ni siquiera al sepelio acudió.

Pero no solamente estuvo ausente por el caso del homicidio del tesorero. Según cuentan en el Pueblo Mágico, el edil rara vez se presenta a sus oficinas en la Presidencia Municipal; que aparte le da por despachar en cafés como el Bola de Oro frente al parque o de plano no sale del Café Don Justo en Plaza Las Américas de Xalapa, donde dicen que mejor ya debería rentar un local para atender a la ciudadanía que allá lo localiza.

Y es que dicen que el miedo no anda en burro: por precaución, el alcalde no vive ni siquiera en Coatepec. Trascendió hace unos días que su residencia la tiene en Xalapa, en la avenida Orizaba, a donde los fueron a buscar horas después de la desaparición de su tesorero, pero resultó que no estaba.

Y si hay tanto miedo o preocupación, ¿por qué no mejor se compra un perro como dice Bermúdez? O ya de perdida que saque a la leona que tiene adentro (de su casa, como mascota) y se la aviente al primer sospechoso.

Grrrrrrr.

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