16 de agosto de 2009

El falso desmayo del obispo


Don Patiño, con el cabestrillo. No lo odien por tener una Pathfinder


La Pathfinder mata viejitas

Pablo Jair Ortega - pablo.jair.ortega@gmail.com.-
Al día siguiente de que el obispo Eduardo Patiño Leal atropellará a 7 personas y matará a una de ellas, recibí una llamada de un entrañable amigo para preguntarme si el “poder” del sacerdote era tan enorme, que las noticias dadas en la región sobre el accidente habían manejado un versión favorecedora para él.

Leyendo notas de la región, pues sí, sólo faltó --de acuerdo a algunas versiones-- que dijeran que Don Patiño era la víctima de tan lamentable accidente.

Investigaciones más serias, más profesionales, con entrevistas a los testigos de los hechos, narran verdaderas cuestiones que deberían indagar más las autoridades, sobre si lo ocurrido pudo ir más allá de un simple accidente.

Testigos e imágenes en el lugar de los hechos narran que la calle donde circulaba Don Patiño es una gran bajada donde el límite de velocidad es de 50 kilómetros por hora, por ser una zona poblada, y precisamente un centro urbano donde está ubicado el mercado de Huatusco.

La lógica de los conductores, es que en una bajada --con unidades pesadas como la camioneta Pathfinder que manejaba el obispo-- se aplique desaceleración al vehículo para no perder el control por la fuerza de la inercia, sobre todo en zonas donde se especifica una determinada velocidad por ser un paso constante de peatones, como el mercado.

Al momento del accidente, a alta velocidad como narran los presentes, Don Patiño chocó con un poste de madera de la Comisión Federal de Electricidad que fue cambiado en tiempo récord, pero su loca carrera no terminó ahí y fue a impactarse contra dos unidades estacionadas, para terminar encima de una banqueta.

De acuerdo a una versión a las cual debe prestarle una especial atención, el prelado quiso volver a arrancar su camioneta para escapar (omisión de auxilio y huida de la escena del crimen), pero una fuerte crisis nerviosa hizo que volviera a perder el control de la unidad y arremetiera contra las personas que se encontraban en la banqueta. Fueron 7, entre ellas la fallecida señora Reyna Marchena de Vázquez, quien se encontraba vendiendo chiles secos en la banqueta.

Se subraya también que pese al choque con el poste y los dos vehículos, el carro siguió su marcha, lo que también podría hablarnos del exceso de velocidad con que Don Patiño conducía la Pathfinder.

Para corregir este pequeño detalle --y muy mañosamente-- el obispo Don Patiño mandó a decir en un comunicado que se había desmayado por padecer diabetes, y por eso perdió el control de la unidad.

Este último dato es más interesante si tomamos en cuenta que una persona con dicho padecimiento, al bajarle o al subirle el azúcar (glucosa) efectivamente puede tener un desmayo o por lo menos síntomas como la vista nublada, pero éstos son de efecto inmediato.

Según las primeras investigaciones, el prelado ya iba llegando tarde a una reunión, por lo que podría argumentar que no desayunó o tomó su medicamento por la premura, pero aún así los efectos de no controlar la diabetes son inmediatos, de pocos minutos, y el cuerpo urgentemente pide glucosa (cuando es baja la azúcar) o insulina (cuando sube), acompañado de malestares como dolores de cabeza, mareos y otros síntomas que pueden derivar en un infarto o un coma.

Luego entonces y tomando como fuente el comunicado donde dice Don Patiño que se desmayó y por eso perdió el control de la unidad, entonces que explique porqué al momento de chocar tuvo tiempo para llamar por celular y pedir apoyo, así como llevarse las manos a la cabeza por ese sentimiento de culpa de haber arrollado a 7 cristianos.

Si el obispo en realidad se hubiera desmayado, el golpe para él hubiera sido mucho peor que la leve lesión que tuvo en el brazo derecho, ya que al estar inconsciente no tendría control del cuerpo y podía haber tenido lesiones mayores como golpes en la cabeza, pero además, el cuerpo sin fuerza automáticamente hubiera quitado el pie del acelerador, disminuyendo la velocidad de la unidad.

Es tan falso el desmayo, porque estando así no estaría consciente al momento del impacto, como lo aseguran quienes lo vieron al momento del accidente. Un diabético desmayado simple y sencillamente permanece inconsciente hasta que le inyecten la sustancia necesaria. Ni siquiera el “mameyazo” (saludos a Tabasco) que le dio a la Pathfinder lo habría despertado.

Con estas interrogantes entonces quedan claras un par de cosas: si el obispo Don Patiño es ya un señor de edad con problemas de diabetes, ya entonces podría tener un chofer a su disposición; tendría también la responsabilidad necesaria para saber que como diabético no puede andar sin medicamento para controlarse la enfermedad, y que éste padecimiento es uno de los que requieren atención constante tanto en la alimentación como los hábitos.

Siendo así, entonces sí podemos afirmar que Don Patiño fue un irresponsable, y eso si el cuento de la diabetes es cierto. Pero como nadie lo vio desmayado al momento de chocar y sí vieron que se llevaba las manos al rostro por la desgracia que cometió, el desmayo por la diabetes obispal de Patiño no se lo cree ni San Goloteo.

Lo más triste es que la liberación del prelado con un risible cantidad de 90 mil pesos de fianza y 37 mil pesos de daños, deja un mal sabor de boca sobre la aplicación de justicia en este caso, pues no sólo se trata de la muerte de una indígena que vendía chiles secos en la banqueta para sobrevivir en esta crisis acatarrada, sino que es un insulto más en la historia de los abusos y excesos de algunos miembros de la cúpula católica sobre los pueblos autóctonos.

Todavía no salimos de los niños de Hermosillo, Sonora, donde se ve el claro ejemplo de impunidad de la clase pudiente y cercana al poder, y ya en Veracruz tenemos a un jerarca de la iglesia católica sin responder como hombre de Dios ni como ciudadano ante la ley por el homicidio de una señora.

La lógica de este país sigue siendo ayudar a los influyentes. Vaya novedad.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

BUEN DIA:
EXCELENTE INVESTIGACIÓN Y ACLARACIÓN DE LOS HECHOS, ESTOY DE ACUERDO CONTIGO, PERO DESAFORTUNADAMENTE ASI ES LA JUSTICIA EN MÉXICO, AHORA LA PREGUNTA ES PARA EL OBISPO: ¿PUEDE DORMIR TRANQUILO DESPUES DE ASESINAR A UNA PERSONA?, Y PORQUE NO LO JUZGA LA IGLESIA SEGUN SUS LEYES, PORQUE ES PRECISO RECORDAR: "NADIE TIENE DERECHO DE QUITAR O QUITARSE LA VIDA, EL UNICO CON PODER PARA HACERLO ES DIOS", Y QUE YO SEPA EL OBISPO ES UN SIMPLE MORTAL COMO NOSOTROS, PERO BUENO ME PARECE PERFECTO Y TE FELICITO POR ALZAR LA VOZ Y NO QUEDARNOS CALLADOS, A LOS MEDIOS DE COMUNICACION NOS SENSURAN MUCHO FELICIDADES POR ROMPER EL SILENCIA, ESTOY CONTIGO

Anónimo dijo...

Bueno, es un secreto a voces aqui en Cordoba, es obvio que para conducir un vehiculo de esos a esa velocidad en plena ciudad, solo se necesita ir fuera de sus cabales para hacerlo, "En estado de ebriedad". Si deberas es ciervo de Dios, se debe de poner a disposicion de las autoridades, dejar su puesto y asumir su responsabilidad, ahorita deseguro a los deudos, los han de estar llenando de dadivas para que no demanen ante autoridades, pero que tontos, no hay precio para una vida, ni modo, Bendito Dios Don Patiño, que es muy amigo del Fidel Herrera, eso lo exonera de todo pecado....
p.d. Cuando nos hechamos otro alcoholito...

"si gustas omite el posdata, jajaja pero si saca lo demas"