2 de septiembre de 2009

Mi corazón está en la izquierda, pero...


Chale, por un momento pensé que decía PELELE la bandita tricolor very gay que tiene Fayito, digo, Juanito

Pablo Jair Ortega - pablojairortegadiaz@gmail.com.-
Ya se ha hablado hasta el cansancio de cómo la izquierda política mexicana está francamente en una etapa de lo más perdida, sumida en el abismo, lejos de la realidad, y con un escenario francamente triste, sin esperanza.

La historia se repite: los grupos de izquierda mexicana están divididos entre los moderados y los radicales, pero siempre divididos; sin organización ni capacidad de ponerse de acuerdo. Para la “izquierda” contemporánea los radicales se tornan peligrosos y los moderados son señalados de traidores.

Son llamados tribus en el PRD, porque tienen esa capacidad canibalismo de comerse hasta sus propios íconos, como Cuauhtemoc Cárdenas, en su momento el líder máximo de la izquierda. Son históricamente también capaces de crear sus mártires de la nada, por eso nadie se atrevió a tocar a sus ídolos López Obrador o al subcomandante Marcos: una masa de izquierdosos con su bandera manchada de sangre, es como una estampida de bestias.

Sólo recuérdese Oaxaca y las pinceladas de radicalidad entre un gobierno oscuro como el de Ulises Ruiz y un grupo de ultras: cuando la Policía Federal fue a meter orden, el encargado de las operaciones en entrevista a los medios explicaba que ya era una situación de desmanes incontrolables: era ya el atacar por atacar, principalmente por parte de los manifestantes; si veían a alguien con un carrito, ya era burgués y merecía que su vehículo fuera destrozado, hecho pedazos por una turba iracunda.

En Xalapa eran comunes las marchas los días 2 de Octubre (conmemorando aquella fecha trágica de Tlatelolco), aunque muchos de los marchantes no tenían ni idea de porqué protestaban, ni contra quien; era un día para hacer desmadre impunemente, cobijados con la sombra del anonimato y de la multitud; pintar edificios públicos, agredir a los transeúntes, llamar “idiotas” o “esclavos” a los policías, de paso arremeter contra la prensa, porque según esa multitud de chistosos radicales, todos los periodistas estamos vendidos.

Se comprenden estos escenarios en momentos claves de la historia, como ese 1968, cuando el gobierno era peor que radical: cerrado, conservador, operando con una guerra sucia que desapareció a miles de opositores al régimen, pero es difícil entenderlos ahora cuando vivimos en una sociedad más informada, más abierta.

No obstante, la “izquierda” actual insiste en llamarse “izquierda”, aunque haya perdido la calidad de ideología progresista, combativa, intelectual que siempre la identificó. Hoy sólo se dan pinceladas patéticas con íconos como el famoso Juanito, ejemplo claro de hasta dónde se han reducido los líderes de la “izquierda”, cuando había gigantes como Heberto Castillo.

Los últimos comicios para elegir a sus dirigentes, siempre terminan en cochinero. Una frase que encierra todo esto es la que aparece en el libro “El sexenio se me hace chiquito”, de los moneros El Fisgón, Hernández y Helguera: “¿Te cae? ¿Un fraude en el seno del partido que nació luchando contra el fraude?”.

Y es que mientras vemos las noticias de hoy, los panoramas legislativos al menos parecen no ser tan esperanzadores. Si en las campañas estuvieron los políticos --sobre todo del PRI-- insistiendo que no habrá aumento para medicinas y alimentos, el diario Reforma nos informa que “El PRI en la Cámara de Diputados analiza proponer un aumento de impuestos en 2010, pero sin tocar el IVA en alimentos y medicinas. Entre sus propuestas, estarían un 30 por ciento de Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a medicinas e incrementar el porcentaje de actividades gravables con IVA, la tasa máxima del Impuesto sobre la Renta (ISR) a personas físicas y el gravamen sobre depósitos en efectivo”.

Es decir, abuelitas que habrá aumentos, y olvide usted que habrá austeridad: hay por lo menos 28 iniciativas congeladas para disminuir el número de nuestros costosos diputados, y dudamos mucho que quieran hacerlo, ya sea porque esta legislatura estará más concentrada en el camino rumbo a Los Pinos, que resolver los pendientes de la talacha popular (que tampoco lo ha sido mucho históricamente, que digamos).

En estos momentos es donde se extraña a la izquierda, hoy disminuida más por sus conflictos internos, que por su siempre alardeado pretexto de que son ataques de la prensa vendida.

Según su lógica, somos tan vendidos como Televisa que quiere hacer una estrella más del Canal de las Estrellas a Juanito, según dice el “prejidente lejítitimo” López Obrador.

Chale, por eso luego dicen que los izquierdosos son conocidos también por marihuanos.

No hay comentarios.: