4 de septiembre de 2009

Pa' que te informes


Parecía convención de calvas... ¡Ay, wey! ¿Ese de ahí no es el innombrable?

Pablo Jair Ortega - pablojairortegadiaz@gmail.com.- Los gobiernos federales panistas ya encontraron en menos de dos sexenios la manera en que debe ser su informe de Gobierno.

Rompiendo con el tradicional y aburrido mensaje de horas del presidencialismo priísta, los panistas han descubierto en los mensajes desde sedes como Palacio Nacional o Los Pinos, su forma de informar al país, con invitados VIP y cero revoltosos.

En lo personal me castraba cuando era chamaco que quitaran las caricaturas de IMEVISIÓN para chutarnos todo el día el aburrido mensaje del mandatario nacional. Neta, que flojera.

Ahora el método es más simple, y tardaron cerca de 8 años en buscarle la manera para no ser “víctimas” de las acusaciones de las bancadas de oposición; el reciente informe de Felipe Calderón define lo que de ahora en adelante serán sus informes de gobierno,y si continúa el panismo, jure usted que esa será la fórmula a perpetuar.

Fiel al perfil clasista de los panistas, el mensaje tiene que ser dirigido hacia sus invitados de primer nivel: la clase política, los empresarios; con Fox se intentó el mensaje hacia los gobernados, pero desde que promovió la palabra “populista”, rompió ante México la imagen que precisamente tenía: la de un populista, un presidente que chiflaba para llamar a los subordinados y hablaba de vacas allá en el rancho. Pasó entonces a crear la imagen del falso estadista.

Luego vendrían las elecciones del 2006, y los sectores más recalcitrantes (especialmente la clase empresarial ultraderechista, mojigata e hipócrita de este país) se encargaron de difundir unas campañas de odio para denostar a Andrés Manuel López Obrador, entonces puntal en las encuestas, para subir al desconocido y gris Felipe Calderón. La estrategia funcionó, pero el sabor de boca que quedó en la población fue de pura hiel: hasta el día de hoy todavía se aprecian las guerras cibernéticas entre los lopezobradoristas y calderonistas.

Siendo contraproducente esta jornada de ira para el hoy presidente, y con una guerra a la delincuencia organizada que como en toda guerra los que pagan los platos rotos son los civiles inocentes, entonces logísticamente es imposible llevar a Calderón a San Lázaro sin que reciba de perdida un huevazo o una mentada de madre la unidad que lo transporte.

En realidad no debería ser para tanto. Es cierto: no se puede violentar la vulnerabilidad del recinto con la presencia de militares –como por cierto ocurrió el día de la protesta del mandatario– al momento que el ejecutivo suba a la tribuna; de todas maneras se duda mucho que haya un valiente que le toque un solo pelo al Presidente de México.

Es más, hasta donde recordamos, en las elecciones federales recientes estamos hablando que las bancadas más radicales anti-calderonistas fueron minimizadas por la votación de la población; es decir, es sólo un grupúsculo al que le tienen miedo Calderón y sus guaruras. Ahí se vio con Fernández Noroña y su pandilla, que acaso fueron cerca de 10 y exageradamente eran 15… Y esa es la flota que tiene en jaque al presidente.

Se les olvida en Los Pinos que la mayoría es priísta y que hasta el momento el PRI se mantiene muy apacible, sin generar conflictos, que no serían problema en la Cámara porque son más razonables, los mejores aliados que tiene en el momento, para negociar una visita presidencial.

Incluso el PAN como segunda fuerza en el Congreso, y reiterando que no podemos exponer al presidente a escenarios donde se pongan en riesgo su integridad, con sus diputados podría jugar un papel importante para proteger al panista número uno.

En verdad que se extraña la audacia utilizada para que Calderón rindiera protesta ante el Congreso de la Unión.

No obstante, como decíamos al principio, los panistas ya no tendrán que preocuparse por lo anterior, pues ya encontraron una receta más tranquila: mandan al secre de Gobernación con su informe en un práctico kit “Pa’ que te informes”, luego el presidente va a Palacio Nacional y da un mensaje ante la “alta suciedad” del país… Y ya, ¿pa’que tanto argüende y gasto en logística?

De por si los tiempos están del nabo como para estar pensando en soldaditos corriendo al lado de las flamantes camionetotas blindadas que tragan chorro de gasolina; aparte los vehículos para movilizar barricadas, elementos, armamento, etc. La verdad se ahorran mucho.

Lo que si preocupa fue una frase calderoniana: ¿Qué no tengamos miedo? Futa, si tuviera la seguridad que usted tiene, presidente, jure usted que andaría sin preocupación alguna.

Si no es miedo, nomás precaución.

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