Jalarle la cola al pobre toro, deporte en Tlacotalpan (Foto: http://stopalmaltratoanimal.blogspot.mx/)
En verdad en Xalapa se ha respetado y se ha consolidado la petición que muchos hacemos por el respeto a la vida de nuestras mascotas y animalitos. No es posible que Veracruz se quede al margen de lo que poco a poco se convierte en una tradición para suplir al barbarismo.
Por eso preocupa que Teocelo, que se convirtió en el primer municipio antitaurino del país y puso los ojos del mundo en ese rincón de la montaña veracruzana, ahora se disponga a realizar las nefastas “vaquilladas” que, sin duda, serán llevadas a cabo justificadas con una “consulta popular”: el remedio más conveniente de la demagogia y el populismo ante situaciones que requieren sentido común.
La alcaldesa Ana Lilia López Vanda, en lugar de andarse haciendo la democrática, mejor dijera que está a favor de la práctica salvaje para torturar animalitos inocentes, así como la ex diputada suplente por Coatepec, Carolina Galván, misma que hasta quería “proteger” las tradiciones taurinas con una iniciativa de ley cultural: la señorita duró apenas unos días en el cargo por inventarse leyes que van en contra de la protección de la vida.
Y es que, se reitera, no se entiende en dónde está la diversión para maltratar a un animal… ¿Por qué no mejor, para demostrar que son harto machines, se agarran a puktazos en un ring a puño limpio, como era en los barrios? Por ejemplo, en algunos gimnasios de Córdoba, hacen peleas clandestinas de combate cuerpo a cuerpo. Ahí terminan por desahogar la adrenalina y ya, se rompió una jerga y todo mundo se va para su casa.
O si de veras tienen ganas de que los coja un toro, pues vayan a la tienda Erotika de la calle Ignacio de la Llave, en Xalapa, a unos metros del SuperChé. Ahí tienen regalitos de todas las medidas y para todos los agujeros, seguramente hasta para los “toreros” más exigentes.
Ahora con la cercanía de las fiestas de la Candelaria (2 de febrero), en Tlacotalpan se realizan las fiestas tradicionales donde abunda la jarana, el son jarocho, la cerveza, el torito y el baile. Un día especial hacen el embalse de toros que si bien le ha dado fama a La Perla del Papaloapan, también la ha ido degradando.
El año pasado, por descuido de los organizadores, uno de los toros se ahogó en el río, ya que los cruzan desde un rancho que está ubicado al otro lado del afluente, los arrastran amarrados y tomados de los cuernos, con la testa apenas afuera del agua para poder respirar. Al llegar a tierra firme, una bola de ígnaros los espera para darles cinturonazos, aventarles latas o botellas de cerveza, jalarle la cola y ya sabe… Todo con el pretexto de festejar a la Virgencita.
¿Se imagina a Doña Virgen de la Candelaria ahí toda beoda, haciendo desmanes? ¿Qué agarrar su manto sagrado para darle tundas a los pobres toros cebú nomás porque es muy divertido? ¿Qué la candela la usara para andarle quemando la cola nomás porque hay que seguir la tradición? No hay que ser.
Es por eso que ya desde ahora comenzó una campaña en redes sociales para pedirle al gobernador Javier Duarte de Ochoa que impida este maltrato. Que ahí sí puede intervenir y pedirle a las autoridades de Tlacotalpan que cambiaran tantito la “tradición”, que ya se sabe que ni lo es tanto y tiene pocos años que se realiza. Que si bien no puede derogar el IVA al salmón para gato, como mandatario ya podría hacer historia como el mandatario que cristalizó el respeto a la vida animal.
#NoAlEmbalseDeToros ya se hace presente en las cuentas oficiales del mandatario veracruzano, sabedor que las redes sociales son importantes y no son tomadas como chiste en este sexenio. El mismo mandatario aprecia la vida animal, pues tiene 6 perritos en Casa Veracruz, así como otras mascotas que le han regalado a lo largo de su gobierno.
Creemos que Homero Gamboa, el alcalde actual de Tlacotalpan, sabedor de la institucionalidad luego de su paso por el Ejército, no estará peleado con el gobernador del estado.
En verdad haremos esta petición todos los años, mientras no se prohíba la práctica barbárica de maltrato a los toros de Tlacotalpan. En serio, mejor practiquen box y hasta en una de esas hacen escuela de pugilismo, en lugar de hacerse expertos en jalarle la cola al toro en aras de la cultura “mexinaca”.
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