26 de enero de 2014

¡Viva la revolución pacheca mexicana!

Afiche en un capítulo de The Simpsons, donde Homero viaja a Cuba con el señor Burns

Pablo Jair Ortega - pablojairortegadiaz@gmail.com.- 
El asunto de las autodefensas en Michoacán me parece muy polarizado: por un lado tenemos a una clase política que durante años ha gobernado al estado natal del “Tata Cárdenas” a base de cacicazgos muy específicos, que dejaron crecer los problemas sociales durante años; que a Michoacán lo dejaron solo, sin orden, sin gobierno, le hicieron caso omiso.

Por el otro extremo hay una cultura armamentística muy arraigada; una población muy trabajadora que también ha aprendido a usar las armas para “defenderse” de los abusos caciquiles. No es de gratis que los niños en Michoacán aprendan a usar armas o a portarlas. El mismo Doctor Mireles, líder de las autodefensas, narra en una entrevista a la periodista Denise Maerker que sus hijas pequeñas también querían andar en la bola echando tiros.

Ambas combinaciones dieron como fruto un estado fallido donde la delincuencia organizada encontró su perfecto territorio: base social, geografía estratégica, tierras fértiles para cultivo, costa, escondites perfectos y gente dispuesta a usar armas como cambiarse de calzones.

Las autodefensas se han convertido en algo muy popular dados los abusos de la clase política en general. El regreso del PRI al poder enardeció especialmente a quienes desean que se le dé una oportunidad a las tendencias de izquierda para gobernar; que México salga de esos gobiernos de ultraderecha, conservadores, trácalas, transas, neoliberalistas y abusivos representados por el panismo lejano a Gómez Morín y del PRI demasiado cercano al presupuesto.

La situación en Michoacán puede considerarse como una respuesta lógica a gente que no conoce otro método para combatir a los abusos de los grupos delincuenciales, más que con el uso de armas. Que los líderes de las autodefensas (algunos empresarios del ramo agropecuario o ganadero) estaban viendo cómo sus cultivos y gente estaban siendo azotadas por una delincuencia que también se vincula con el poder.

Basta recordar aquella gran plática telefónica entre Servando Gómez “La Tuta” y el ex diputado federal Julio César Godoy; o los señalamientos de un hijo del gobernador Fausto Vallejo relacionado con Los Caballeros Templarios.

Las autodefensas también han revivido ese romanticismo de la izquierda armada, de la guerrilla; de tomar las armas para defendernos de los abusos de la delincuencia vulgar o de cuello blanco. Que, según los chairos, es tiempo de una revolución armada quesque para combatir las injusticias del país… *Tssss, le dan jalón a la bacha*

Si bien los michoacanos nos han enseñado que se puede coger valor para enfrentar la injusticia, el llamado a tomar las armas para combatir a la violencia es de un deseo peligroso, de doble filo; es combatir violencia, con más violencia; exhorto hecho por gente que, como muchos mexicanos, por lo menos no tienen ni idea ni noción de lo que es un enfrentamiento armado. Tampoco lo sé, pero al menos he leído y visto historias de guerra que no merecemos los mexicanos por las ideas de gente que quiere hacerle al Pancho Villa.

Fieles a nuestra cultura educativa, parece que no hemos leído sobre la tiranía de las dictaduras en Sudamerica, las guerras balcánicas o la guerrillas salvajes de África, incitadas bajo el mismo pretexto y llevadas al extremo de la intolerancia religiosa o de ideas. No falta tampoco el que pide se dé un golpe de estado sin saber la babosada que está pidiendo. Los afectados siempre son los desplazados, los refugiados, los hambrientos, los inocentes que quedan dentro de intereses políticos… ¿Una guerra armada? ¿De veras creen que podrán con todo el aparato y además una intervención estadounidense para proteger su patio trasero?

Y siendo más honestos o pesimistas ¿de veras creen que eso va a cambiar las cosas? ¿Han leído acaso que la mentada revolución mexicana, con todo y sus héroes como Zapata, sólo generaron un cambio en la clase dominante? ¿Qué los jodidos siguieron igual o peor de jodidos? ¿Qué lo único que hubo en abundancia fueron muertos en vano?

Es claro que se necesita un valor civil para un cambio, como está ocurriendo en Michoacán, pero ese valor debe traducirse en ámbitos como la educación, el combate a la corrupción, rescatar los valores familiares (sí, aunque me escuche como sacerdote), porque creo que en la familia es donde nacen los principios que rigen nuestra vida.

¿Quieren de veras una guerra? ¿De veras creen el cuento de que a punta de pistolazos vamos a cambiar el mundo? ¿Qué nadie va a sufrir? Nomás recordemos que en Michoacán, con la idea de expulsar a los Zetas de su entidad, se creó La Familia Michoacana, hoy Templarios, que a la postre trataron peor a los michoacanos que los de la última letra. Es como la ironía de Cuba donde se combatió al dictador Batista para colocar al dictador Fidel. Es como la paradoja de quitar a Porfirio Díaz para instaurar el priato.

Lo que me sorprende es que hay métodos más sencillos para combatir a la delincuencia como el no comprar droga, respetando a cada quien lo que le hinche meterse a su cuerpo. Ese cuento de que si la mota, siendo natural, es menos dañina que el cigarro, ojalá pudiera convencer a las familias de los muertos en la guerra que se trae el narco por controlar rutas, mercancía, etc.

¿Legalizarla? ¿Para hacer más ricos a oportunistas como Vicente Fox que siendo presidente no hizo nada y ahora resulta que es hasta promotor? Y ya ni digamos de la mota, que me parece también inofensiva, pero la banda ya de plano le atora hasta a las cenizas.

La realidad de Michoacán sólo pertenece a Michoacán y no debe entenderse como los inicios de una guerra armada incitada por gente que ignora lo que dice. Lo de Michoacán es muy propio, muy suyo, es un conflicto donde están defendiendo la vida. Es una lucha muy específica y debe entenderse en toda su exacta dimensión y contexto.

¿Crear grupos de autodefensas? Bah, si en verdad hay valor civil, mejor que se denuncie a los corruptos, a los tiranos, a quienes verdaderamente hacen daño (y si hay pruebas de ello, claro está), en lugar de esconderse en Facebook para escupir estupideces.


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