Edith Morales Mogollón
Pero a las tiendas departamentales les valía madre y sus operadores telefónicos decían que seguirían llamando porque daban como un hecho que ahí vivía una tal Edith Morales Mogollón, quien había dado como referencia un teléfono de domicilio falso que nos reservaremos por privacidad y seguridad de los afectados.
Durante semanas se vieron acosados por dichas tiendas departamentales. En el caso de Liverpool la insistencia fue peor, porque uno de los telefonistas de plano le dijo al titular de la línea que seguirían molestando hasta que ellos realmente verificaran que Edith Morales Mogollón no vivía ahí. La familia tuvo que mandar correos electrónicos a ejecutivos de alto nivel de la empresa y enviar copias de recibos telefónicos para que cotejaran el teléfono y dirección.
Así, con total irresponsabilidad, los vendedores de créditos de dichas tiendas nunca verificaron si los datos eran reales y nunca pensaron que los afectados serían terceras personas, pues Morales Mogollón ha dado al menos dos direcciones distintas falsas en la ciudad de Coatepec: la calle Santos Degollado y la calle Ayuntamiento. El número telefónico que ha dado a las tiendas departamentales ha sido el mismo, pero es falso y la familia que ahí vive ni siquiera conoce a la señalada.
Los acosos pararon por un rato, pero ahora Banamex es quien ha vuelto a llamar al número de la familia afectada preguntando por la misma persona debido a un préstamo que solicitó. La situación confirmó a la familia afectada que Morales Mogollón sigue dando el mismo número telefónico para hacer fraudes.
Previo a esto, y como el acoso de Liverpool llegó a ser incesante, los perjudicados hicieron la tarea que la tienda departamental no realizó: investigar quién demonios es la mentada Edith Morales Mogollón, dónde vive y a qué se dedica.
En el directorio telefónico de Coatepec no figura el nombre de Edith Morales Mogollón ni aparece ningún familiar relacionado con el número telefónico que ella da como el de su domicilio particular. Esto, por si acaso hubiese un error donde dicho número y Edith Morales aparecieran relacionados.
La sorpresa de la investigación es que la señora no es una humilde ama de casa, sino que es una funcionaria federal encargada del Módulo 301433 del Instituto Nacional Electoral (INE) en el municipio de Las Choapas, cuyas oficinas se encuentran en los bajos del Palacio Municipal, en la calle Miguel Hidalgo S/N entre Manuel Becerril y Revolución.
Es decir, la servidora pública quien tiene a su cargo el resguardo de miles de datos confidenciales, usa direcciones falsas y un teléfono falso para hacer compras en tiendas departamentales suntuosas y sacar fuertes préstamos en bancos.
Morales Mogollón no guarda ni siquiera un bajo perfil y da entrevistas a reporteros a cada rato en las oficinas del INE en Las Choapas hablando de responsabilidad y transparencia, teniendo un cargo delicado en un organismo que debe mantener al menos una imagen de respeto a la privacidad de los millones de datos que ahí se otorgan.
Luego entonces las preguntas: ¿cómo confiar en una institución cuyos funcionarios toman datos privados y confidenciales para defraudar a bancos y tiendas de lujo? ¿Con qué confianza el ciudadano podrá a acudir a votar en los próximos meses si funcionarios como Edith Morales Mogollón usan su cargo para falsear datos para banalidades? ¿Quién garantiza que Morales Mogollón no ha puesto en manos de malandros más datos confidenciales? ¿Quién garantiza que la señora no confecciona credenciales de elector al mejor postor para delinquir engañando a tiendas y bancos? ¿Cuántos años no tendrá defraudando a empresas y haciéndose de un patrimonio con datos falsos?
Y la verdad dudamos mucho que exista otra Edith Morales Mogollón, porque los apellidos son escasamente comunes y pocos también tendrían acceso a datos privados para falsear información como lo hace de manera impune esta embustera funcionaria del INE.
Dicho lo anterior, sería factible que autoridades correspondientes investigaran a Morales Mogollón por sus préstamos bancarios y compras en tiendas como Liverpool.
Lo peor es que los que se suponen que cuidan nuestra privacidad y deben ser ejemplo de responsabilidad en el manejo de datos confidenciales, como es el Instituto Nacional Electoral, resulta que sus encargados usan datos falsos para darse vida de ricos.
Ver para creer. Vaya funcionarios electorales.
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