17 de marzo de 2013

Nico


Pablo Jair Ortega - pablojairortegadiaz@gmail.com.- Don Nico, aquí en lo terrenal te extrañamos todos: tu sarcasmo, tus leperadas, tu olor a cigarro, tu andar rápido, tus tangos, todo tu.

Extraño cómo te pitorreabas de los Testigos de Jehová. Que sacabas tu silla y radio a la banqueta para escuchar el beisbol. Tus dientes chiquitos.

Extraño cuando ibas a la universidad a pagar la colegiatura, porque pensabas que tu nieto se chingaría la lana en pedas.

Extraño cuando escuchabas tu cassette del juicio a La Quina. Tus libros raros y radicales, tus novelas policiacas, tus crucigramas.

Extraño cuando ibas por nosotros a la escuela, y en ese callejón de la calle Bolívar nos dejabas a mi hermana y a mi cazar ratas a pedradas.

Extraño cuando curabas a los gatos con ese aceite extraño e inacabable que hasta el día de hoy no sabemos qué receta era.

¿Te acuerdas también que veías caricaturas con nosotros? ¿Que te gustaba el gato del Dr. Claw, archienemigo del Inspector Gadget? ¿Que siempre te enternecías por Maggie, la hija de Marge y Homero?

Extraño cuando nos ibas a cuidar a la casa de mamá porque pensabas que todavía éramos chiquitos, pero bien que nos regalabas cigarros.

Extraño cuando hablabas de Tamaulipas, de tu hermanito Tomás que se fue antes que tú de la casa, y que andaba perdido trabajando por ahí.

Extraño cuando nos prometiste llevarnos a pasear en tren, pero Salinas lo vendió y valió madre el viaje.

Extraño, mucho Don Nico, cuando nos llevaste a Veracruz para conocer a tu compadre Doroteo, hermano de Toña La Negra.

Te extraño mucho Don Nico, y cuando nos llevaste a Ciudad Madero para mostrarnos la casa dónde naciste. De cuando nos presentaste al bisabuelo Antonio, blanco como la cal, ojos claros y muy alto.

Extraño mucho, abuelo, cuando me contabas que fuiste a perseguir a Doña Chelo, la bracera, hasta Texas porque te querías casar con ella.

Extraño, Don Nico, que te gustaban Los Beatles (a regañadientes, porque nada más te acordabas del Submarino Amarillo).

Te extraño mucho, Don Nico, y hay muchas cosas que no te pregunté y otras muchas que no me contaste.

Te extraño mucho y nuestras pláticas de nuestra familia, de lo orgulloso que estabas de tu "chaparrita".

Extraño, Don Nico, cuando de la nada reparabas cosas: tenías una varita mágica que hacía funcionar las cosas. Eras de un ingenio muy meticuloso.

Extraño cuando de niños nos decías que fuiste torero, plomero, bombero, astronauta, comunista, masón, mimo y hasta revolucionario.

Extraño, Don Nico, cuando eras el único que me entendía cuando decía que era ateo y defendías a Fidel Castro y hasta a Hitler por hacer el vocho.

Extraño, Don Nico, en verdad, porque nos deparaste sorpresas incluso cuando te fuiste: eras de sangre azul, rara, difícil de conseguir.

Extraño cuando te decíamos Secundino y te encabronabas porque no querías que nadie supiera tu primer nombre.

Hay tantas cosas que quizás se me olviden y luego las recordaré, pero estoy seguro que te acuerdas de todas.

Gracias por todo, Nico.

PD. Este 17 de marzo cumple un año el bisnieto que más hubieras querido conocer. Tu nieta le puso tu nombre: Nicolai, con eso de que también eras medio bolchevique. Tiene todos tus gestos, tu color de piel, es muy risueño, expresivo y no dudo que hubieran jugado al caballito o las escondidos como lo hacías de alcahuete con tus nietos. Igual no dejarías de darle muéganos y fumar frente a él para hacerle entender que tu casa siempre olía a cigarro. Nunca te conocerá en persona, pero sabrá que lleva tu nombre y verá tus pocas fotos que te dejaste tomar. Aprenderá a quererte porque siempre le platicamos de ti.

No hay comentarios.: