29 de marzo de 2013

Otra vez SSP contra fotógrafos y los encapuchados

Pablo Jair Ortega - pablojairortegadiaz@gmail.com.- Ni bien el secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez, hizo un desayuno para disculparse por sus comentarios sobre meter al bote al fotógrafo Félix Márquez por unas fotos “vaciladoras” que no le gustaron al Gobierno del Estado donde se mostraba un grupo armado en Tlalixcoyan, y la vuelven a regar sus subordinados.

Elementos de Seguridad Pública arremetieron contra otro fotógrafo: David Bello, del Diario de Xalapa, quien tomó unas gráficas al momento de que en pleno acto público le estaba dando un infarto al subdirector Vial de Tránsito, José Miguel Torres Cházaro, pero alguien con caca en lugar de cerebro se le ocurrió que era una buena idea volver a comprometer a la corporación, mandando a madrear al fotógrafo para que no tomara el registro del incidente.

La Secretaría de Seguridad Pública, en sus mandos, anda muy conciente de su labor y está orgullosa de cambiar su imagen, pero los muchachitos nuevos, con eso de que son niños acreditados, aplicados, con estrellita en la frente y abejita en el examen, salieron peor que los antiguos policías.

Se pensaba la nueva Policía sería un poquito más tolerante e inteligente. Que habría mayor sentido común, pero volvieron a ser los mismos patanes engreídos de siempre.

Pero también se entiende que son solamente policías.

Algún responsable debe haber para el trato entre la prensa y Seguridad Pública. Ya se conoce la actitud pedante del encargado de prensa, apellidado Zepeda, pero por alguna extraña razón sigue ahí cobrando por hacer un mal trabajo.

Algún responsable debe haber por estas agresiones sin sentido. ¿De qué sirve que el titular se ande disculpando con los medios si sus achichincles andan otra vez regando el tepache? ¿Qué un trinche infarto no le da a cualquiera en la calle? No sean nenas.

Otra vez: ni un comunicado para condenar las agresiones por parte de quienes deben condenar. Se limitaron a llamar para preguntar si era cierto lo que son las imágenes que ya circulan en las redes sociales entre la prensa veracruzana.

Al final de cuentas todo acabó en manotazos y gritoneos. No pasó a mayores.

POLIS PARANOICOS

Quizás a los señores de SSP se les metió la idea de que como las fuerzas armadas los están entrenando, su sentido común debe ser igual de cuadrado, sin astucia como algunos viejos policías de carrera. Les va faltando tacto y hacerle al conocedor de derechos humanos sólo cuando hay agresiones a cada rato, es una verdadera falacia: nadie se las cree.

Están tan paranoicos en SSP, que en Córdoba no dejan tomar fotos (más que de lejitos) al cuartel donde está instalado el mando único que acaban de instalar.

Tampoco han aclarado el caso de una jovencita desaparecida en Coatepec, frente a la gasolinera que está en la salida a Xico. Ahí detuvieron dizque a unos malosos, pero corrieron a medio mundo del lugar como si fuera secreto de estado. Seguramente agarraron al Chapo Guzmán, con eso de que la leyenda urbana dice que vive en Xico.

LOS ENCAPUCHADOS

Ya en la agenda nacional se está planteando que sea un delito el estar encapuchado. Quesque ahí se refugian los delincuentes, malosos hijos de su repipinchamaco.

El anonimato de los manifestantes es totalmente necesario ante un estado que no ha cambiado sus formas de operar de manera clandestina, de reprimir como en los viejos tiempos del priato, de perseguir a quienes no están con sus políticas. Censurar y agredir hasta por meras broncas personales.

En todo caso, los ciudadanos somos los que desconfiamos de quienes vestidos de policías andan encapuchados… ¿Quién nos garantiza que lo hacen por su seguridad personal? ¿Quién garantiza que bajo esa máscara se amparen para cometer fechorías o estupideces como el arremetimiento contra la prensa?

Si bien se entiende que su trabajo debe ser anónimo en tiempos donde tienen al enemigo en casa, lo último que se debería apoyar es esa mafufada de ir a arremeter contra manifestantes encapuchados. El anonimato debe ser parejo.

Si no es por el anonimato, no surgen temas escabrosos, por ejemplo, en redes sociales. Ese lugar donde los que se escudan en seudónimos pueden ser porque son funcionarios, son orejas, son malosos, son cobardes paranoicos o sencillamente son ciudadanos preocupados por tener el único espacio donde pueden expresar sus inquietudes sin temor a ser perseguidos.

Eso de que cuentan con una unidad de inteligencia informática es una chaqueta mental de la autoridad. Algunos a duras penas le entienden al Twitter.

La realidad es que no todos los que andan encapuchados son delincuentes. Si fuera así, bajo esa lógica, se entiende ahora porque se dice entre la flota que ya no sabes si te atacan los buenos o los malos, con eso de que a los policías de Seguridad Pública de Veracruz les encanta la comodidad de andar respirando las babas en sus bozales.

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