La legendaria Rébsamen, de Xalapa (Alberto Roa/Multigráfica)
En realidad ya se hablaba de que era un sector minoritario el que se encontraba en lucha, pero en lugares altamente significativos, con grandes cantidades de maestros en huelga como Minatitlán o Xalapa, que tienen universidades públicas, privadas, tecnológicos, escuelas Normales, montón de primarias, secundarias y preparatorias que van desde públicas, privadas, nocturnas, abiertas, técnicas, etc.
La CNTE, ala radical de la protesta, fue la gran ganadora de este asunto: de tener apenas 4 estados con presencia, termina con tentáculos en 22 entidades. Sus adeptos crecieron porque supieron llegar a distintos puntos en lugares donde ni siquiera figuraban como grupo.
En Veracruz se ha mencionado desde este espacio, que la presencia de la CNTE se debe a que el magisterio veracruzano desconocía en absoluto el cómo protestar. Si bien ayudó a resolver con presiones para que se hicieran escuchar, la radicalización empezó a cosechar sus frutos: empezaron las divisiones.
Hoy hay maestros que ya quieren regresar a clases; otros sectores son más moderados y conscientes de la lucha magisterial, por lo que laboran bajo protesta. También existe una corriente académica, de liderazgo serio dentro del movimiento, que mantiene propuestas de plan de acción sin afán de protagonismos ni intereses mezquinos.
“La mirada académica puede aportar mucho al Movimiento Magisterial nacional, es falso que con ella se traicione a la movilización en calle, acciones sin reflexión y estrategia irremediablemente llevan al desgaste, al cansancio y a caminos sin salida”, expresa el profesor Oswualdo Antonio González, uno de los líderes serios que ha encabezado la protesta magisterial. “Hemos dicho que la mirada académica no es otro grupo, es una herramienta que puede aportar mucho al movimiento... por ello, hemos realizado múltiples esfuerzos por construir un Plan de acción que nos articule en torno a objetivos y no a personas”.
Los padres de familia también se han convertido en parte de la acción: algunos se ven obligados a decir que apoyan la lucha contra la Reforma Educativa con tal de que ya haya clases. En otros puntos, ya están cansados de la suspensión de las mismas y de que personas extrañas a las escuelas tomen las instalaciones como sucede en la Primaria Enrique C. Rébsamen, del centro de Xalapa, donde desconocidos cerraron las instalaciones hasta con candado y fueron confrontados por los padres.
Autoridades y maestros han planteado que se van a recuperar las clases perdidas a lo largo de casi 2 meses. En el caso de Oaxaca, el secretario de Educación da un dato más estremecedor: 10 años consecutivos sin clases regulares en uno de los estados donde más se palpa el retraso educativo.
Con el regreso a clases en algunas escuelas de Veracruz, padres de familia amigos de este columnista han manifestado algunas inquietudes que reflejan que la lucha exclusivamente vino a perjudicar a los niños y jóvenes, no sólo con la ausencia de clases, sino también en la recuperación de las mismas.
Algunos maestros han cargado de tareas a los niños con el pretexto de que tienen que ponerse al corriente, y ya por ahí se habla de asistencias a clases en días como los sábados e incluso vacaciones, hasta extender los horarios. Lo último, debido a que están condicionando su regreso a dar clases no toda la semana, sino acaso 4 días a lo máximo porque --¿así o más conchudos?-- tienen que ir a protestar por sus derechos laborales.
Y esa es la actitud más perversa de todo este asunto. Desde un principio el paro de labores se dijo que sólo tendría un grupo afectado: el de los estudiantes y padres de familia, que tuvieron también que modificar sus hábitos diarios para resguardar a sus hijos sin clases.
Perverso es también el hacerles pagar a los niños los platos rotos del asunto, forzándolos a ponerse al corriente por culpa de una “lucha” que no ayuda en nada a la deplorable situación educativa en México.
Chido, ¿eh?.
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