Resumimos lo que se ha manejado en este espacio: al no saber realizar una protesta, los maestros veracruzanos fueron ayudados por facciones de Michoacán, Distrito Federal y Oaxaca; ahora el problema es que --ya radicalizada la protesta-- no ven la hora para que se vayan los “asesores”, aún con los conflictos que se están generando con los padres de familia y con la sociedad en general.
Los mismos maestros ya están confrontándose y amenazando a sus compañeros, como sucede en Teocelo, donde un grupo radical (señalan como cabeza a un oaxaqueño) “amablemente” impide a los maestros dar clases. Si bien no ha habido violencia que lamentar, la amenaza velada es clara: apoyas o apoyas.
Existe un derecho legítimo en su manifestación para lo que llaman su causa por los derechos laborales, pero la protestas --por momentos-- han salido de cauce. No obstante, trasciende una negociación en el hotel Fiesta Inn este miércoles por la madrugada, donde autoridades educativas y la disidencia parecen haber llegado a un acuerdo.
De ser así, esto explicaría la ausencia de protestas en las recientes horas.
Según rumores que provienen de los mismos maestros, dentro del acuerdo se desconocería en los próximos días a los líderes sindicales para darle voz a al Movimiento Magisterial como único interlocutor válido para discutir el conflicto. Sumado a lo anterior (aunque se antoja difícil y hasta falso) es que el mismo gobernador Javier Duarte hará el anuncio de manera oficial para desconocer a gente como la familia Callejas, a Acela Servín, Ricardo Diz Herlindo, etc.
Esta información corrió como reguero de pólvora entre los maestros, quienes a través de mensajes vía celular daban detalle del resultado de las negociaciones: “Ganamos una batalla, pero no la guerra, compañeros. Vamos por la derogación de la Reforma Educativa”.
Entre si es cierto o es falso, hasta ahorita no se ha desmentido oficialmente por parte del Gobierno de Veracruz, aunque es una versión que los mismos maestros se han encargado de difundir.
La situación anterior tendría una lógica si la comparamos con el caso de Elba Esther Gordillo: ¿por qué no desconocer a los líderes sindicales, especialmente los sempiternos, y darle voz y voto a los de abajo? ¿A poco los líderes magisteriales en realidad tienen control de sus agremiados en estos momentos?
El gobierno federal actuó igual en el caso del SNTE y demostró que los líderes sindicales se puede quitar por mucho que se llamen “poderosos”. ¿Cuándo el gobierno ha demostrado ser leal a un líder sindical cuando ya no le sirve? ¿Quién niega que las autoridades, en aras del pragmatismo, podrían negociar directamente con quienes están sumando fuerza en sus movilizaciones?
Y es que los líderes sindicales cometieron un garrafal error desde un inicio de la protesta: corrieron a tomarse la foto con el gobernador Javier Duarte de Ochoa, en lugar de tomarse la foto con los maestros. Lo anterior, inmediatamente se interpretó como una traición al gremio. Incluso si los líderes fueron quienes aceleraron a sus agremiados para protestar, ahora simplemente ya no tienen control.
Quien resulta el real ganador parece ser la CNTE. En una confrontación reciente entre manifestantes y maestros en Córdoba, surgió una expresión que delata el fondo de las verdaderas intenciones de la Coordinadora: “¡Si quieren afiliarse a la CNTE, que lo hagan, pero que ya nos dejen trabajar!”
Y parece haberse cumplido el objetivo de la Coordinadora: al darle voz a la disidencia, estos podrían ser agrupados en un nuevo sindicato filial a la CNTE, quien ya agrupa cerca de 100 mil miembros.
Hasta el momento, se repite, no hay ningún anuncio oficial de desconocimiento a los líderes formales de los sindicatos, pero la negociación de madrugada fue real, los mensajes entre los maestros son reales y hasta dicen que existe un documento firmado.
Sólo falta por ver qué sucedería en las próximas horas, pero lo probable es que la disidencia, que es bastante, terminaría agrupándose en un nuevo sindicato manipulado por la Coordinadora Nacional de Trabajadores del Estado.
Está bien: que se agrupen --como dicen en Córdoba-- en donde les plazca y se sientan protegidos en sus intereses. Sólo falta ver si la nueva y probable CNTE-Veracruz será igual de radical que la que existe en Oaxaca y Veracruz entraría en la nueva etapa de sumarse a los estados que se dedicarán a exigir, a través de marchas, plantones y paros laborales, respeto a lo que consideran sus derechos laborales, algo que nunca había pasado en Veracruz precisamente porque siempre tuvieron el apapacho de “Papi-Gobierno” y los consentía en todo.
Y así lo admiten en reciente carta a los padres de familia: que no saben protestar y que están en contra del gobierno que siempre les dio confort.
¿Entramos a una nueva etapa del magisterio veracruzano? ¿Se oaxaqueñizará un gran sector de los maestros? ¿En realidad queremos en Veracruz protestas como las que realizan en Oaxaca donde suspenden las clases por tiempo indefinido? ¿Queremos grupos como la APPO haciendo sus desmanes en tierras jarochas, en Xalapa específicamente? Si la intención es darle entrada a la CNTE en Veracruz, sépase que entonces compraremos problemas como los que tienen en Oaxaca.
Si a eso vamos, pos… ¡Xapapa, prepara cohetes, manito, y saca la cartón!
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